jueves, 17 de mayo de 2012

No sé nada de ti, y me duele

Él:

¡Hola amiguitos y amiguitas! Me presento, me llamo Payasito, muchos me recordaréis, con mi aspecto juvenil, y mi forma de vestir desenfadada: Un pantalón cómodo, una camiseta de rayas y para darle un toque de distinción al conjunto, un sombrero bombín.

Me gusta pensar que tengo un sentido único de la moda. Porque soy el único que piensa que a eso que llevo puesto, se le pueda llamar moda.

Como todos los payasos, nací principalmente, para traer una sonrisa a los niños del mundo.

Y lo hacemos de la siguiente manera: Primero provocamos rechazo, miedo y pesadillas en los tiernos infantes, creando incluso fobias que les obligan a ir terapia durante años. Gracias a lo cual el terapeuta puede pagar costosas ortodoncias a sus hijos, y por fin pueden sonreír y dejar de taparse la boca en las fotos: Y así es como al final ¡ponemos una sonrisa en la cara de un niño!

Aunque a veces los críos resultan ser más duros de pelar de lo que uno pensaría, y para producir estos sudores fríos y terrores nocturnos, necesitamos recurrir a palabras mayores y llamamos a nuestras mejores amigas: Las muñecas de caras de porcelana.

Yo, que confío en la bondad del ser humano e incluso de seres de extraña clasificación, creo a pies juntillas en sus buenas intenciones, pero que no salga de aquí, hay rumores que afirman que son auténticas fuerzas del mal, que algo traman tras sus miradas extraviadas y sus vestidos de volantitos, e incluso que conspiran en silencio para acabar con la sanidad pública y las becas de comedor.

En realidad soy un tipo de payaso algo diferente, y la finalidad de mi creación fue más bien traer un poco de ternura y perogrulladas a la vida de los niños.

Para ser sinceros, más bien a las niñas (a ser posible de colegio de monjas), y más que a su infancia, pura y dura, a los momentos álgidos de la edad del pavo. Esa extraña fase en el desarrollo que suele tener un momento claro de comienzo en el ser humano y, según el individuo, incierto (e incluso inexistente) final.

Pues bien, estas adolescentes gracias a mí y a mis amigos, podían reflexionar sobre las cuitas de la época más aviar de sus vidas, y hallar consuelo a los intrincados dilemas de esa fase de la vida. Mi filosofía es que no hay problema lo suficientemente complejo que una buena dosis de cursilería y un tópico simplón no puedan resolver.

Y si para ello he de recurrir a plagiar frases de cualquiera ¡Lo haré! ¡¡Tan entregado estoy a mi misión!!

Por ello repito sin descanso que "Amar es no tener que decir nunca lo siento", o que "Si lloras, las lágrimas no te dejarán ver estos dibujitos tan cursis".

Y si a esto le añado una florecita en la mano y una poniendo carita de pena, éxito seguro.

Durante un tiempo, todo fue bien, y alumnas de octavo de EGB de todo el país, nos intercambiaban como si fuéramos cromos, generalmente en la práctica forma de calendario, que no solo servía para recordarles el valor de la amistad, o cualquier otra simpleza, sino para recordar cuándo caía el examen de inglés.

Qué momentos más felices, viviendo en las carpetas forradas, compartiendo espacio con la mirada lánguida del rubio de Los Pecos, Iván, David Summers o cualquier otro cantante aniñado que estuviera de moda en aquel momento.

Pero un día, no comprendo por qué, nuestra estrella empezó a decaer, y la juventud, poco a poco, fue olvidando nuestras obviedades y nuestros gestos de mascota abandonada. Hasta que desaparecimos de la circulación.

Alguno aún sobrevive entre las páginas de un ejemplar de un libro de Martín Vigil, de Torres de Mallory, o incluso del Diario de Cristina F.

Pero la mayoría nos vimos obligados a dormir en polvorientos almacenes, junto a cromos de series de televisión pasadas de moda, y material escolar variado, que sucesivas olas de merchandising, habían ido arrinconando.

A veces hablábamos entre nosotros de nuestros pasados días de gloria:

- Antes todos me querían, los niños me pedían a los Reyes Magos.

Se quejaba un cuaderno de la Liga de Fútbol 84-85.

- De mí decían que no podría acabarse un fenómeno como el mío.

Lloraba una V enorme estampada en todo tipo de artículos de papelería. Un improperio (que mi sagrada misión de pazguatería me impide reproducir) gritó:

- Cállate, callad todos. ¡¡No tenéis ni idea de lo que es caer de lo más alto a lo bajo!!

Que es un tío muy majo, pero la verdad: Naranjito es un amargado.

Yo ya había perdido la esperanza de poder volver a hacer un nuevo amigo, cuando fui rescatado para imprimir un calendario.  ¿En qué año estaremos ya? Pensé. 

Al fin me enteré: Año 2012. ¿Año 2012? ¡Año 2012!

¡Casi me caigo del calendario! Si en mi época había quien pensaba que no sobreviviríamos al 2000, y si lo hacíamos, sería en naves espaciales. ¿Cómo estaría el país? La última vez que supe algo del mundo, en el 92, se decía que a España le esperaba un futuro muy brillante.

Así que esperé pacientemente en mi nueva casa, un calendario de publicidad de un tal Herbolario El Sauce Llorón. Hombre, qué alegría, con lo bien que se me da a mí dejar caer una lagrimita falsa.

Ahí esperé pacientemente a mi nuevo amigo, para el que tanto significaría mis filosofía de baratillo. Al fin, llegó el día, y me vi junto a un ticket, en la mano de una mujer que me miraba y decía:

- Pues hubiera preferido que no me cobraran la bolsa.

¿La bolsa, la bolsa de plástico? Pero si eso no se cobra, mujer.

Lo primero en lo que me fijé era en que tenía una belleza incontestable, y lo segundo, que me dejó dentro de la bolsa esa (al parecer tan cara), durante dos semanas.

Hasta que un día, caí al suelo de su cocina, cuando me recogió, la miré con mi expresión más tierna, convencido de que me guardaría entre las páginas de su diario.

Sin embargo, no sé... algo me pareció que no salía del todo bien, y eso que me cogió varias veces y que parecía muy impresionada, y que repetía mucho una frase. No sé, entiendo que han cambiado muchas cosas ahora, en el futuro, donde vivo, pero ¿la madrequeloparió, es bueno? A mí me pareció que no.

Un día me metió en su bolso y cuando me sacó, y me enseñó a una amiga, yo pensé que era bueno, porque me pareció que le quería hacer un regalo, como aquellos tiempos en que las mejores amigas me intercambiaban en la hora de estudio, entre "mates" y "reli".

- Que no, que no, que yo no lo quiero. Exclamó la amiga. Qué generosidad, pensé yo.
- Venga mujer, si es genial.

¡Genial! Eso es que le gusto ¿no?

Y empezaron a reírse. Mejor, porque los payasos queremos que la gente se ría. Eh, eh pero... no tanto, eh?


Ella:

Siento interrumpir su relato, pero amigos, he de comunicaros que Payasito nos ha dejado.

No, no ha muerto. Y no porque yo no lo intentara. ¡Quién iba a pensar que ese cartoncillo fuera tan resistente! 

Tampoco conseguí colocárselo a nadie. No, Payasito se ha ido literalmente, me ha abandonado, por su propio pie.

Yo iba en el metro, leyendo un libro en el que había terminado la estampa filosófico-intantiloide, como marca-páginas de emergencia.

De repente, vi que el amigo de los niños había desaparecido de entre las hojas. Me moví un poco a un lado y a otro, incluso miré debajo del asiento y lo supe: Harto de las públicas humillaciones a las que le sometía, Payasito había cortado conmigo.

Cuando anunciaron mi parada, y me acerqué a la puerta del vagón, seguía escondido, pero en el último minuto pude vislumbrar como se asomaba, debajo del asiento.


Noté que me miraba con resquemor (sea lo que sea eso) y no quise volver atrás, y menos, que se me pasaba la parada (que después da mucha vergüenza tener que volver a coger el metro en el otro sentido).

- Sin rencores, Payasito.

- Sin rencores tú, que no te he hecho nada, excepto intentar llevar un poquito de ternura a tu negro corazón.

- Ya verás como ahora te encuentra alguien te aprecie más, no sé, una monja seglar. O un despistado de la JMJ.





Payasito, superando nuestra ruptura (Imagen de aquí)

Se negó a contestarme.

- Venga Payasi, que no es por ti, es por mí.

- ¡Y tanto que es por ti!

- Venga hombre, no llores, que si lloras, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.

Salí del tren en ese momento, y no me hagáis mucho caso, pero en medio del piii-piii-piii que avisa del cierre de las puertas, me pareció escuchar algo que me sorprendió, porque un payaso no puede metarte la abuela ¿verdad?

29 comentarios:

Isi dijo...

Por dios, qué tristeza, Loque.
Pero esto no era un blog de risa???? Casi me dan ganas de ir yo misma a buscar a Payasito, que le veo solo y desamparado en el suelo del tren del metro y se me empañan los ojos!!!!

jane dijo...
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jane dijo...

¡Sí! Yo me acuerdo de habérselo visto una vez a mi hija en alguna tarjeta de esas que se regalaban las niñas en los cumpleaños. Mujer, es un viejo amigo, ¿cómo fuiste capaz de ningunearlo para que te mentara a la abuela?
Y ahora que me acuerdo, de mi madre heredé un montón de tarjetas con corazones, pajaritos y parejas mirándose a los ojos. No sé si llevármelas cuando vaya a una ciudad con Metro a ver...

Susana dijo...

Puedes dármelo a mí que soy una despistada de la Jmj.;)Un beso.

Doctora dijo...

Mi madre trajo hace poco unos imanes con dibujitos payasiles como el de la imagen y con frases de esas tipo Opus, pero no sabía que tenían tanta historia.
Lo malo es que al ser imanes jamás me libraré de ellos, no es como un calendario que se puede perder o romper. Lo bueno es que no están en la nevera, sino en el calentador, así que no los veo cada día :)

Esti dijo...

Arg, los payasitos, qué atentado a la estética, la moral y el buen gusto. Espero que la chica que se parece a tu cantante indie favorita se haya sentado cerca del payasito, y que su rata tuviera hambre, y que se comiera al payasito.

Mónica-serendipia dijo...

¿En serio que aún existen los payasines estos? Bueno, creo que fue él quién te abandonó a ti loque, no te sientas mal.

Al principio pensaba que era un relato de terror porque entre los payasos y las muñecas de porcelana se me estaban poniendo los pelos de punta. Sólo hay una cosa que me parezca más inquietante: los gnomos de jardín, que seguro que cuando les das la espalda mueven sus ojillos para mirarte con malevolencia.

Oye, qué bueno lo de las bolsas de plástico que se pagan, menudo shock temporal para el payasín. Suerte que le llevaba una muchacha de belleza incontestable.

Pues yo todavía guardo mis libros de "Torres de Mallory", lo confieso. Aunque dentro no llevan ningún payasito (que yo sepa).

Pilar Abalorios dijo...

Serás descastada, jeje.

Me ha encantado la historieta.

Besos

Blackmount dijo...

payasos! oh que horror inenarrable. no se quien fue el zumbado al que le le ocurrió que esas criaturas malevolentes servían para entretener a los niños. acaso para causarles ataques de pánico y pérdida de control sobre el colon tal vez.

Alice Silver dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alice Silver dijo...

He buscado a payasito en la Biblia, en el libro de Juan Salvador Gaviota y en una edición sudamericana del diario de Anna Frank, sin éxito.

Tu relato, enternecedor y aterrador a un mismo tiempo, que me ha hecho recordar lo peor de mi adolescencia monjil.

Que descanse en paz payasito, junto a Donna Summer, que también adornaba mi carpeta.

loquemeahorro dijo...

Isi Vaya guapa, lo siento, menudo fracaso. Pero tranquila, que él es feliz ahora, con otro querer.

Jane Me temo que nunca fue amigo mío. Oye, pero lo de las parejas mirándose a los ojos, con unas flores detrás, eso sí que me gustaría.

Susana Ya le decía yo a Isi que encontraría pronto otro querer.

Doctora Ten cuidado, no vaya a ser que el agua os empiece a salir con consejos de perogrullo.

LaEsti Anda, es verdad, la rata y Payasito a lo mejor son como el soldadito de plomo (otro al que detesto) y... espera, la rata se lo comía, no?

loquemeahorro dijo...

Mónica Serendipia Yo me quedé alucinada, no pensé que sobreviviera ninguno, fue como un viaje en el tiempo. Un poco chungo, la verdad.

Los gnomos de jardín, otros que tal, menos mal que en Full Monty ya les dieron su merecido.

Pilar Gracias, gracias. No sé yo si muchos comparten tu opinión.

Blackmount ¿¿Verdad?? Dan un mal rollo horrible, yo, hasta que no descubrí lo del ortodoncista, no supe cuál era su finalidad, además de la del descontrol de esfínteres.

Alice Silver ¡¡Juan Salvador Gaviota!! Me ha faltado ese. Yo creo que he exorcizado un poco esas pesadillas.

Jo, Donna Summer hacía que no odiara los 70, qué disgusto, y lo peor es que hasta ayer, no me enteré de todas las canciones que eran suyas y que yo no asociaba con nadie.

Natalia D. dijo...

Uf, uf, me has dejado espantada Loque, porque toda la introducción (por muy aterradora-divertida que sea) sólo sirve para encubrir una cruelísima realidad ¡fuiste capaz de abandonar a un in indefenso payasito en un siniestro vagón de metro para que lo coja la rata de la indie. Si supiera que hay una Sociedad Protectora de Payasitos, te denunciaría.

loquemeahorro dijo...

Natalia D: Que no, que no, que él me dejó a mí y me cambió ¡por una rata!

Vaya, esto me debería hacer reflexionar.

xGaztelu dijo...

Gracias a Dios nunca tuve relación con ese tipo de estampitas (son de pesadilla) pero he de reconocer que esta entrata le ha salido bien, bien ... pero que muy bien, señora!

xG

Mae Wom dijo...

Vamos que no tuviste valor para deshacerte de él y tuviste que dejarle caer, mirando para otro lado...
Yo me quedo con el payaso de "It", ése sí que me dio miedo (el del libro) Desde entonces no puedo entrar a un McDonalds...Aunque la verdad es que no entro nunca pero si tuviera que hacerlo me resistiría como Garfield cuando le van a llevar al veterinario.

loquemeahorro dijo...

xGaztelu ¡Gracias! Creo que eres el único al que le ha gustado la entrada.


Mae Wom Que no, que no, que fue él, y te juro que miré al suelo y no lo veía.

No me extraña que no quieras entrar a un McDonalds, por más de un motivo.

Y sí, los payasos dan mal rollo.

Ángeles dijo...

Loque, esta noche, cuando despierte en medio de mis pesadillas, me voy a acordar mucho de ti.
Por si no tenía bastante con IT y con los del gorro cónico y la cara blanca, ahora está Payasito, acechando ¡¡¡desde debajo de un asiento del metro!!! Qué imagen, cielo santo...

Isabel Hernandez dijo...

Yo creo que a la chica de la rata le vendría de perlas encontrarlo, total ya tiene rata, un payasete tampoco va a desentonar mucho con ellas.

Lectora dijo...

¿Martín Vigil? ¿Torres de Mallory?, apuesto a que también estuvo en los Hollister.
Yo tampoco entenderé la insistencia de los payasos que tanto cague dan a los críos...e incluso adultos, (Fofito y Miliki no claro, me refiero a los clásicos)

loquemeahorro dijo...

Ángeles La verdad es que soy un poco mala persona, primero te cuento lo de la rata, y ahora saco los payasos a colación.

Isabel Hernández Je-je-je (risa diabólica).

Sonja Los Hollister estaban en mi casa, y nos llevábamos fatal. Qué asquito les tenía. Y entre nosotras, miedo no, pero Los Payasos de la Tele, nunca fueron mis favoritos.

Maribel dijo...

Loque, ¿cambio de genero?, yo que venía con sentimiento de culpa por el título..., esperando un chorreo para los que tardamos en llegar, los de nomedalavida.com... y me encuentro este panegírico....
¿lloro? ¿me río?, me arrepiento, de no venir más, de haber coleccionado piezas diminutas cursis hasta agotar la paciencia de mi madre (por cierto, ¿cuando desaparecieron?)
Como a Alice me apetece ponerme a buscar entre estanterias marcapáginas olvidados...
Gracias Belleza Incontestable, por cierto, aquí se llora desconsoladamente a tu payasito, diluvia!!
Un abrazo ;-)

loquemeahorro dijo...

Maribel Pues no, yo pensaba que era gracioso lo de la ortodoncia y eso, pero vamos, que no le ha hecho gracia a nadie.

Es curioso, yo tampoco recuerdo cuándo desaparecieron, pero para mí, demasiado tarde.

Uno dijo...

No sabes la que tuvimos Naranjito y yo.
Estupendo. Un abrazo

JuanRa Diablo dijo...

No debería decirlo, porque ya se sabe, hay tantas cosas políticamente incorrectas... pero es que... cómo comprendo tu empacho ante los payasitos cursis.
La gente que los amaba tendría sangre de piruleta, ¿no?

Tampoco debería decirlo, pero... acabas de sembrar la semilla de una maldición muy potente. Los payasitos de la lagrimita... son vengativos que te cagas!!! Mucho cole de monjas y mucho Martín Vigil y frasecita de azúcar, pero la vena sádica la tienen, Loque. ¡¡CUdiao con esa vena!!

PD. Me encantan las coincidencias post-ales. Yo he puesto foto de Naranjito en mi post. xDD

loquemeahorro dijo...

Uno Parece que va saliendo más gente a la que le gusta, bueno, de momento, dos.

Jo, Naranjito... qué chungo, yo a la que recuerdo mucho es a su novia, Clementina, que era una mandarina (qué vergüenza me da recordarlo)


JuanRa Diablo "Sangre de piruleta". Es lo mejor que he leído en mi vida. Qué bueno, por favor.

En realidad, ya teníamos un contencioso abierto hacía tiempo y sí, me dan mucho miedo.

Gallo dijo...

MAgnífico que increíble imaginación y relato, hace poco el blog de un amigo mio hizo un relatorio similar pero enfocado a los peluches que están en los aparadores y que NADIE compra. Increíble como pasa la moda dejando atrás cursilerías como esta, MAGNIFICA.

LO DE NARANJITO me orine de risa, pobre el destino de una mascota olímpica o de cualquier evento deportivo tiene la vida útil de una vedette despues de los 40.

Y yo tan corto de inspiración.

loquemeahorro dijo...

Gallo Muchas gracias, veo que le ha gustado a poca gente, pero con gran intensidad :-)

Los peluches, otros seres inquietantes.

Tú, falto de inspiración ¡jamás!