martes, 23 de junio de 2009

Estoy de Vacaciones

ME VOY DE VACACIONEEEEEEEEES.

Sí, amigos y amigas, llega la mejor época del año, aquella en que ejecutamos a nuestros queridos jefes en la guillotina que se instala en el patio de la empresa, ante el solaz y regocijo de sus subordinados, y de algún sádico sin relación alguna con ellos.

Cómo ¿que en vuestros trabajos no se hace eso? ¿Y qué hacéis en verano? Qué aburrimiento, no?

Pues me voy a la playita, aunque no tanto tiempo como quisiera. El tiempo que todavía me quede en Madrid ¿actualizaré el blog? ¿Contestaré comentarios? Ummmm, está dudosillo, pero se hará lo que se pueda (y los 45 min. que las bibliotecas permitan)

Voy a echar de menos leer "los (blogs) habituales" y enterarme de las novedades, pero me comeré una paellita a vuestra salud, para que me perdonéis.

Para despedirme os mando una tontuna:

Comentaba Isi que tiene un magnífico blog de recomendaciones literarias en el también magnífico... de HomoLibris , que el último libro que se estaba leyendo, de genética veterinaria, no nos lo iba a comentar.

Francamente Isi, no te entiendo, porque esos libros admiten tanto comentario como cualquier otro. Ejemplo

"Principios Básicos de Genética Veterinaria II"

Autor: Prof. Federico Antúnez Matesanz

Comentario:

"El autor, que desconoce el término "claridad expositiva", nos lleva de la mano (o nos da una patada, según se vea) por el fascinante mundo de la genética veterinaria, sin la más mínima gracia ni chispa, con frases más difíciles de descifrar que la Piedra Roseta, y una profusión de oraciones subordinadas, que no veíamos desde "Análisis Sintáctico de 3º de la ESO". Provocando una somnolencia incontrolable en quién lo lee. Recomendado a: Insomnes"

También se puede vender un poco mejor (léase con voz de trailer de película)

"La novedad editorial más esperada.

Más de 50.000 ejemplares vendidos...

De los creadores de "Genética Veterinaria I" ya está aquí

.................."Genetica Veterinaria II"

Así mola más, verdad? También pueden transformarse sus defectos en virtudes, por ejemplo esas frases crípticas, que cada vez que las lees, te parece que signfican algo diferente.

(léase de nuevo con la voz del que anuncia los trailers)

"Más entretenido que el trivial.

Déjese de discusiones vacías con sus amigos, sobre si el quesito marrón se ha dado injustamente.

Deje de discutir si Groenlandia es un continente o no.

Pase horas de inintirrumpida diversión con disquisiciones absurdas sobre la línea contínua y los vehículos de tracción animal.

¡¡Intente descifrar los test de autoescuela en familia!! ¡¡Diversión garantizada!!" (y rupturas de relaciones, también)

Volviendo a los libros técnicos, manuales, etc... a mi de estos libros me gustan mucho las dedicatorias, casi todas a sus (pobres) mujeres e ignotos hijos. Ejemplo "A mi mujer, Mª del Carmen y a mis hijos"

Jo macho, qué expresivo, desde luego el sentimiento no te nubla el sentido, no se puede negar.

Ponles algo más:

"A mi mujer, Mª del Carmen, que me aguanta desde que bailamos juntos en aquel guateque (mi más profundo agradecimiento, Dúo Dinámico, hasta un sieso como yo, consiguió ligar gracias a vosotros).

Y a mis hijos, se llamen como se llamen, no sé... para mí son el rubito ese y la chica larguirucha. También hay un pelirrojo que viene mucho por casa, pero creo que es amigo de alguno, o vecino o algo, se lo tengo que preguntar a Mª del Carmen"

También podría glosar la figura del autor (insisto, esto lo escribe uno de sus alumnos)

El Autor: El profesor Antúnez (Atúnez, El Atunero o Latúnez, para nosotros), es ese calvito ese de Genética2.

De él sé que lleva chaquetas de mezclilla que se pasaron de moda antes de la primera promoción, que lleva pantalones rabicortos, aunque mide como 1,60 y que dicen que si no ve que has comprado su libro, no apruebas. No, fotocopias no valen.

Isi también me recuerda "La Biblia del Java", hay "biblias" de todos los lenguajes informáticos y demás técnicas "La Biblia del Correo Electrónico", "La Biblia del Hacker" (!).

Solo diré de ellos que si alguién cree que La Biblia es aburrida, es porque no se ha atrevido con ninguno de estos libritos.

Su único punto de contacto con la citada Biblia, es que tienen unas 800 páginas y que el que los ha escrito, se cree que eso es un texto sagrado. Y nada más, si alguno fuera creativo podría decir:
"Y Bill Gates engendró el MS-Dos y el Dos engendró a Windows y Windows engendró al 95, al 2000, al XP ..."

Vale, ahora uno open source para que no se me enfaden

"Y el Pl-1 engendró el Unix, y el Unix engendró al Línux, y el Línux engendró el Ubuntu, el Mandriva, el ...."

pd. Si alguien me escribe para corregirme esta tontería de los sistemas operativos, juro que aquí van a caer cabezas, y pensad que estoy escribiendo esto al lado de una guillotina .....

jueves, 18 de junio de 2009

Peticiones del oyente (El drácula)

Hoy queridos amigos y amigas iniciamos, o seguimos, no sé, una sección llamada "Peticiones del oyente", que Roberto quiere que le cuente Los Tres Cerditos, pues yo se lo cuento, que Isi quiere que le explique mi alusión al polo drácula, pues yo se lo cuento.

Así que si queréis que descuartice una peli, libro, o lo que sea, pedid por esa boquita, claro que os haga caso, os advierto que es harina de otro costal.

Y si queréis saludar a un familiar, o a la clase de 3º de la ESO del Insituto Gabriel y Galán, pues nada, ahí tenéis estos micrófonos.

Érase que se era que estaba yo de vacaciones, hará unos 10 años, con mi hermana+cuñado.
Insisto: no, no es cuento, es que os debo una explicación, y como alcalde vuestro que soy, os la voy a dar.

Estábamos en Galicia, muy cerca de Tuy. Muchas cosas buenas se puede decir de esa tierra, yo solo diré tres: empanada de pulpo.

Un día pasamos a Portugal, buscando un restaurante que habíamos visto en una guía.
Comimos muy bien en una especie de patio con jardincito.

El sitio era bueno, pero estaba en un pueblecito muy pequeñajo, en el que solo había un bareto-tienda de esos donde hay unas jubilautas retándose a muerte, por una partida de tute subastado.
Bueno, como eran portugueses, no distinguimos si se estaban insultando hasta la muerte, o solo comentando el tiempo.

A la salida queríamos tomarnos un café o algo, pero como era tan cutre el sitio, preferimos comprarnos unos helados y darnos una vuelta por ahí.

Mi cuñado preguntó
- ¿Tienen drácula?
- No
- Pues no quiero nada

Por cierto que lo preguntó en castellano (o español o como se diga), porque ya se sabe que los españoles cuando vamos a Portugal hablamos en nuestro idioma, sin ningún complejo.

Es algo que hacemos todos, no lo neguéis, eso y comprar toallas.
¿Habrá algún cuarto de baño español que no tenga un toalla portuguesa? Valen pijamas, manteles y zapatillas de felpilla.

Que los toalleros de toda nuestra geografía patria, saben más portugués que nosotros, es triste reconocerlo.

Los pobres portugueses nos aguantan el pavo que llevamos como buenamente pueden, pero una vez conocí a un portugués que me dijo que ahí se contaban chistes "de españoles" en los que siempre quedábamos como soberbios (pues no sé por qué, la verdad).

Volvamos a ese feo bar de esa bonita tierra.

Como no tenían (polos) drácula, compramos no sé qué mi hermana y yo. Y nos fuimos los tres por un camino, que a pocos metros del pueblo, llevaba a la ribera del Miño.

Descubrimos un paseo precioso, lleno de frondosos árboles, con un airecillo que mecía las hojas...
Vamos, que nos lo habían pintado para nosotros.

Encima no había domingueros, ni niños dándote balonazos, ni una tal Vane gritando "quién ha veníiiiiiiiiiioooooooooo", ni radios, ni ... ni más españoles, vamos.

Ni siquiera aquel monitor que torturaba a unos niños desganados (y a nosotros que pasábamos por ahí) con la canción del tallarín a las 4 de la tarde, aquel otro día en otro pueblo gallego.
Hijo, por favor, deja el tallarín en paz, que hemos comido mucho, y la pasta llena mucho.
Por cierto, que todo ese grupo ha cogido aversión a los hidratos de carbono, que lo sepáis.

Bueno, pues ahí estábamos disfrutando de aquella paz, aquel río, aquellos arbolitos

Hermana - Qué bonito
Servidora - Qué maravilla
Cuñado - Quiero un drácula

El drácula, para el que no lo sepa, es un polo de hielo, con sabor a coca-cola, que existe por lo menos desde los años 70.
Yo hasta ese día pensé que se había perdido como tantas cosas de mi infancia, como... no sé...
Como las canciones de Enrique y Ana, por cierto, alabado sea el Señor, alabado sea por siempre, por no permitir que continuara la relación de pareja más extraña del mundo musical, desde la de la hija de Elvis Presley y ese mutante, que antes era un ser humano llamado llamaba Michael Jackson.

Continúo, seguimos sentados ahí, disfrutando de aquella brisita.
- Qué bien hemos comido, no?
- Sí, sí, el restaurante, buenísimo.
- Quiero un drácula.


- Qué bien se está aquí, verdad?
- Quiero un drácula.

- Quieres otro helado? quieres que vayamos a otro sitio?
- Quieres que volvamos al pueblo?
- Quierooooo...., quiero un drácula.

Después de eso entró en bucle, y de vez en cuando, entre el sonido de la corriente del río y el fru-fru del viento en las hojas, se podían oír aquellas tres palabras, una y otra vez
- Quiero un drácula.

Y es curioso, porque mi cuñado (es que no tiene nombre) es de muy buen conformar, y siempre-siempre, que le preguntamos ¿dónde vamos? ¿dónde comemos? ¿cómo quedamos?
Siempre contesta otras tres palabras

- Ah, como queráaaais

Claro, por una vez que tenía una petición el hombre, como no consiguió nada...

Desde entonces es un comodín en nuestras vidas.
Yo al pobre, se lo recuerdo mucho, porque soy una desgracia como otra cualquiera y porque, con la de gente que hay que tiene familias políticas con las que poder meterse a gusto, a mí este hombre no me ha dado otro motivo para poder meterme con él, en casi 15 años.

Y me tengo que conformar con decirle tonterías como

- Oye, tú no querrás un drácula, verdad cuñado?
- ¿Vas a por un helado? Mira a ver si hay dráculas, hombre.

Y similares cosas que me aguanta, porque la verdad es que es un santo varón, que cuando le he preguntado que si lo podía contar, me ha dicho.

- Ah, como quieraaaas

lunes, 15 de junio de 2009

Los tres cerditos

Érase que se eran tres hermanos que vivían en el bosque y que... bueno... no sé cómo explicarlo... en fin... no hay manera de decirlo suavemente, que eran unos cerdos.

Sí, sí, lo siento, pero es la palabra, unos guarros, unos puercos, es decir unos auténticos cerdos:
tiraban cosas por la calle, escupían, hacían pis en las esquinas.

¡¡Desenmascaremos por fin a estos farsantes porcinos!!

Eso me recuerda que tenía un vecino hace años, que debió mantener un affaire (y nunca mejor dicho) con una francesa, que se ve que no acabó muy limpiamente (por seguir con el tema), y ella se presentó en su casa, él se abstuvo de abrirle la puerta, no por nada, vamos.

Y ella empezó a insultarle a grito pelado desde el pasillo del edificio, como no debía saber muchos insultos españoles, le llamaba (poner el acento de las que anuncian perfumes)
- Serdó, serdó, eges un serdó.

Yo creo que todos los vecinos estábamos pensando cosas mucho mejores, y es que en español (sobre todo con el "acento" castellano) se insulta muy bien, que nos salen unos sonidos jota, que hasta nos rascan en la garganta.

Vamos, que no impactaba nada, y es que lo primero que tenía que haber aprendido la chica, a la hora de liarse con alguién de otro país, es un buen y contundente improperio en ese idioma, como malandrín o tunante.


Pues eso, que a los protagonistas de nuestra historia, para suavizarles un poco, se les llama cerditos.
Y es que es increíble lo que puede hacer el sufijo "ito" o "ita" en una palabra.

Ejemplo: cuando vas a una merecería y dices

- Quería unas bragas

Siempre, siempre te contestarán

- Quiéres unas braguitas?

Favor que usted me hace, pero con mi talla, llamarlas "braguitas" es un demasiado optimista.

Yo siempre me imagino que me sacan unas braguitas de niña, de esas blancas que llegan hasta las costillas, que la verdad de "itas" tienen poco.

Bueno, que eran unos cerditos, que vivían en un bosque.

A qué se dedicaban, pues lo ignoro, yo sé que hay cerditos que viven en granjas preguntándose porqué esos señores tan amables les dan tanto de comer, y que se pasan la vida diciendo

- Ay, no, no puedo más, de verdad... bueno, para el postre haré un hueco.

Bueno, pues estos de este cuento no, eran autónomos o algo, pero en una granja no "trabajaban".

Como eran independientes y además muy mañosos, decidieron hacerse cada uno una casa.

El primero de ellos se hizo una casa de paja, es decir, aprovechó que quitaban las terrazas veraniegas de los bares, y con los restos de pajizo que ponen cercando esas 4 mesas de piscina en las que una coca-cola vale 3 veces más, pues con eso, se hizo una casa.

Con la palmera de cartón piedra que adornaba la barra, no hizo nada.

El segundo se compró una casa de esas de madera que adornan, inevitablemente, las afueras de Leroys Merlines y similares del mundo y que suelen estar a la entrada de los campings.
Todo el mundo que habla de una, dice que tiene de todo, hasta tele y microondas.
Halaaaaaaaa, teleeeee y microoooooooondaaaas, por ver eso merece pasar 15 días en una caseta de obra!!

El tercero se hizo una casa de ladrillo, cemento y demás elementos constructivos habituales.

A mí siempre me ha fascinado la gente que "se está haciendo una casa en el pueblo" y resulta que se la están haciendo ellos solitos, con sus manitas.
Pero ¿cómo se puede construir una casa uno solo, sin tener ni idea de construcción, por cierto?
- No, es que me ayuda mi padre (que es agricultor, por cierto)

Ah, bueno hombre, si te ayuda tu padre, ahora se entiende todo!

Para una persona como yo, que le fascina que alguién se pueda hacer un jersey de punto, me resulta un misterio insondable.

Bueno, pues vivía cada cerdito en su casita cuando un lobo que vivía en el bosque también, se enteró de que tres potenciales cochinillos asados, habitaban en las inmediaciones.

Se dirigió a la casa de paja del primer cerdito y llamó a la puerta.
Como no hay cosa más difícil que intentar dar un golpe en una puerta de paja, llamó a grito pelado

- Estoooo... holaaaa... ah, de la casa ....de paja.
- ¿Quién es, qué quiere?
- Soy un joven y dinámico reportero de "Callejeros" o de "España Directo" o cualquier otra zarandaja por el estilo, que viene a pedirle amablemente que me enseñe su casa, para después mostrarla en la tele como ejemplo de infra-vivienda y reirnos de usted un rato.

El cerdito pensó "voy a salir en la tele, me podrá ver mi hermano, que tiene tele en la cabaña canadiense", pero después se dio cuenta del truco y contestó:

- No paso, que eres un lobo malvado.
- Pues soplaré, soplaré y la casa derrumbaré.
- No te creo, lobo falsario.
- Venga hombre, si ya medio se ha deshecho cuando he intentado llamar a la puerta.

Y efectivamente, con dos soplidos, la casa se vino abajo.

Pero mientras, el cerdito había huído y llegado a la casa de madera de su hermano, que insistió en enseñarle la televisión y el microondas.

El lobo llamó a la puerta (ahora sí) y dijo
- Hola, me han dicho que estas casas son muy completitas y tienen hasta televisión, pero ¿tienen tdt? vengo a prevenirles del apagón tecnológico.

Pero el cerdito no tenía ni idea de lo que era eso y dijo
- No, no, no es aquí, aquí no vive quién dice usted.
- Pues soplaré y soplaré y la casa derribaré (dominaba los sinónimos)

La verdad es que echar abajo una casa de madera soplando, tiene su mérito, a menos que seas el Huracán Federico, pero el lobo sopló y sopló y de la casa solo quedaron en pie la tele y el microondas.

Pero los cerditos ya había salido corriendo con sus jamoncitos, y habían llegado a la casa de ladrillo del tercer hermano.

Cuando el lobo se percató, les siguió y llamó al portero automático

- Quién es?
- Cartero comercial
- Échelo debajo de la puerta

- Vengo a venderle La Atalaya
- Francamente, no sé si me cabe una atalaya en casa, además lo veo un elemento arquitectónico bastante inútil.

- Soy yo, ábreme.

Dijo con autoridad el lobo, y el puerquito estuvo a punto de abrir, porque eso nunca falla, pero se contuvo acordándose que él era el cerdito listo.

Al final el lobo decidió pasar a mayores y dijo

- Pues soplaré y soplaré
y tu casa patas arriba pondré

Y empezó a soplar como un descosido (como un descosido.... a quién se le ocurriría esa expresión... cuando habéis visto a alguién "descosido"? además de los ositos de Lillusion)
pero por mucho que lo intentaba, la casa no se movía de sitio, al final el pobre animal se quedó sin aliento y se retiró para siempre jamás, ahora tiene asma, por cierto. Si véis un lobo con un inhalador, ya sabéis por qué.

Los dos cerditos se pusieron súper contentos a cantar y a bailar.
¿Que si no eran tres? No, es que el tercer cerdito se acababa de dar cuenta de que a lo tonto, se le había metido la familia en casa y que no tenían pinta de irse fácilmente.

¿Que cuál es la moraleja de esta historia? Pues que los materiales de construcción de calidad, solo se ven en los cuentos, es obvio.

¿ Y qué fue de los cerditos? Pues el cerdito de la casa de ladrillos, viendo que sus hermanos no parecían tener medios económicos a su alcance y se iban a quedar en su casa de por vida, decidió montar una cuadrilla de albañiles, y dedicarse a hacer ñapas por ahí.

Vale que los hermanos no tenían ni idea, pero les enseñó aquello de
"¿Quién le ha hecho a usted esta chapuza? Yo, en dos patás, se lo arreglo."

Y también ese otro clásico que dice
"Nosotros venimos el martes a las 4 sin falta, espérenos que llegamos seguro"

Ya os advertí que eran unos auténticos cerdos.

miércoles, 10 de junio de 2009

El Gato con Botas (y III)

Estábamos en que el gato y el mago se encuentran, cara a cara y el gato con botas le está retando:

- He venido a retarte, yo soy mucho más poderoso que tú.

- ¿Tú?. Contestó el mago con desprecio.

- Sí, yo tengo muchos más poderes que tú.

- ¿Por qué? ¿por que hablas y andas de pie?

- No. Porque veo en la oscuridad y puedo caerme desde 10 metros y no me pasa nada ¿por qué os fijáis todos en que puedo hablar? Esto tiene muchísimo más merito. A ver, hazlo tú, listo

El mago cambió de tema:

- Yo soy un mago con grandes poderes, y además soy muy malo, y tiro papeles a la calle, y pongo la música del coche a tope y en el metro no dejo salir antes de entrar.

- ¿Y esto? ¿Por qué me lo cuentas? ¿Para iniciar conversación?

El mago miró a ambos lados, y susurrando le dijo

- Lo decía por justificar un poco lo que va a pasar después.. disimula.. Aunque, ahora que lo dices, aquí en el castillo, me aburro bastante, además soy tímido. ¿Te puedes creer que nadie sabe cómo me llamo? Y me llam..

El gato le interrumpió:

- Oye, que este cuento no se acaba ni a tiros, y me he saltado mi siesta diaria de 2 a 7 de la tarde. A ver ¿tú qué poderes tienes?

- Yo me puedo convertir en cualquier animal del mundo: Un elefante, un rinoceronte, un mamut, un dragón. Como ves todo cualquier palo, animales reales, extintos, míticos...

El gato se ajustó las botas, no por nada, sino porque suelen tener tendencia a resbalarse un poco, y le dijo:

¡Bueno, bueno, bueno, vaya transformaciones de tercera regional! Pero si todo el mundo sabe que los animales grandes se aprenden en la primera evaluación ¡Por favor! Los pequeños, los pequeños sí que son chungos.

El mago le respondío muy ofendido:

- Yo también me transformo en animales pequeños, pequeñísimos, por ejemplo un... un... perro.

- ¿Un perro? Vaya porquería, pequeños de verdad

- Un ave canora no puedo hacerte, canora no me viene bien (pues en el último congreso de magos, este chiste arrasó)

- Venga por favor, vaya mago de pacotilla, nada, me voy a otro castillo.

El mago ya estaba nerviosísimo y no sabía qué ofrecer de su repertorio.

- ¿Y en un ornitorrinco sordo, un joven castor, un pájaro espino, una cochinita pibil, un camaleón espía, una gallina decrépita, un pato en un garaje, el abejaruco?

- ¿Y un ratón? ¿Puedes convertirte en un ratón?

- Pues claro. Contestó el mago, y a continuación, se convirtió en un ratón.

Entonces el gato le miró con esos ojos enormes y le dijo

- Muy bien, ahora eres un ratón y yo, yo... sigo siendo un gato.

Devolvemos la conexión temporalmente a nuestros estudios centrales, por si hay personas sensibles entre nuestro público. (musiquilla de hilo musical)

De vuelta al castillo, nos encontramos con nuestro protagonista convertido en el primero okupa de los cuentos infantiles. Me abstengo de mostrar mi opinión sobre este oscuro episodio del cuento.

Entonces manda un emisario o le pega un grito por la ventana o algo (hombre por Dios, este gato no puede seguir todo el rato de la ceca a la Meca) y avisa Federico, para que se vean en el camino al Castillo.

Cuando se encuentran, le dice al muchacho:

- A partir de ahora vas a tener que hacer todo lo que yo te diga, y darme la razón en todo lo que hable ¿De acuerdo?

- Hombre, si insistes...

- Vale, desnúdate.

- Bueno, hasta luego gato, me alegro de haberte conocido.

- Hombre hazme caso, con que te quedes en ropa interior, creo que bastará.

El muchacho se quedó en calzoncillos abanderado y camiseta imperio.

El gato le miró y pensó que su madre no le había explicado que siempre hay que llevar ropa interior bonita, por si tienes un accidente o te tienes que hacer pasar por un marqués.

- En fin, hasta esto habrá que cubrirlo, baja hasta el cauce del río que hay en la cuneta y mánchate la ropa y revúelvete el pelo.

El chico obedeció, aunque mirando a su alrededor, por si veía la cámara indiscreta.

Poco después, apareció el carruaje real. El gato se puso a gesticular y a gritar para que pararan.

- Paren, por piedad, ayuden a mi señor! (a mí no, a mí que me den)

- ¿Qué ocurre?

- Cuando el señor marqués se dirigía a su nuevo castillo, unos bandidos que habían oído que llevaba una gran fortuna, le han atracado y le han robado todo: Caballos, carruaje, equipaje, joyas... todo, incluso la ropa que llevaba puesta.

- ¿Cómo es posible?

- Mi amo, que es muy fuerte y gallardo, se ha enfrentado a ellos, pero los muy malandrines eran por lo menos 12 ó 35 y le han dejado herido en el arroyo cercano.

Los criados del rey fueron a buscarle, y le trajeron envuelto en una capa.

- Una cosa ¿por qué está tan mal vuestro amo y vos os hayáis tan limpito como siempre? Le preguntó el rey al gato.

- Hombre, es que yo soy un gato y llevo la ducha incorporada.

Pero ya todo daba igual, porque cuando los ojos de la princesita y del muchacho se cruzaron, sus corazones se inflamaron como una palomita de maíz, comenzó a sonar música de violines, los pajarillos empezaron a trinar.... y el gato salió corriendo detrás de los pajaritos.

El rey se sintió aliviado de que su hija se enamorara de un hombre de tanto dinero, y no de esos perro-flautas que tanto le gustaban normalmente.

En fin, que los jóvenes enamorados desde ese momento empezaron a llamarse el uno al otro con apelativos que demostraban que aquello era amor verdadero (o que se habían trabado un kilo de merengue).

Ya se sabe que cuando amas de verdad, empiezas a decir cosas como fresita mía, ay mi melocotoncito y otros nombres de alimentos con tres sílabas o más:

- ¡Cuánto te quiero, mi cuchifrito con patatas panadera!

Si nunca habéis dicho estas cosas, es que nunca habéis amado de verdad.

Y después venga a decir

- Cuelga tú, no tú, tú-tú-tú

Y el rey le decía a su hija

- ¡Qué pesadita estás hija, y eso que ni se ha inventado el teléfono!

Al final el pobre hombre no pudo con tanta cursilería gastronómica y les cedió todo.

Ahora está en Benidorm, aprendiendo Los Pajaritos, La Macarena y otras coreografías que denigran al que las baila y causan vergüenza a quiénes las contemplan.

Por cierto, que en la universidad de Toledo (Ohio) están investigando los poderes hipnóticos de estos bailes en la tercera edad, se sospecha que hay una conspiración detrás de todo esto.

Y así fue como el pobre hijo de un molinero se consiguió todo lo que quería y mucho más.

¿Que cuál es la moraleja?

A mí me gustaría pensar que es "El ingenio puede más que cualquier otra cosa", aunque me temo que es "Quién tiene un subordinado eficiente, ya se puede rascar la barriga".

Aunque me quedaré con "Quien ofrece su casa a un animalito abandonado, merece que le pasen muchas cosas buenas".

Y colorín... ah, que ¿Qué fue del gato? Pues "colgó las botas" y ahora lleva un severo régimen de sueño y de mimos diarios que solo rompe de vez en cuando, para destrozar las cortinas de palacio.

Si escucháis atentamente, quizá le podáis oir ronronear...

lunes, 8 de junio de 2009

El Gato con Botas (II)

El gato con botas se dirigió a palacio, que afortunadamente estaba cruzando la calle. Porque sinceramente, un gato, por muchas botas mágicas que tenga ¿cómo se desplaza de un lado a otro?
¿Tiene abono transporte? ¿y tiene una fotito suya? ¡Qué mono estará en una foto de carnet, no?!

Llegó pues a la puerta y les dijo a los guardias de palacio
- Soy el emisario del Marqués de Carabás y exijo una audiencia real inmediatamente.

Los guardias se miraron el uno al otro y dijeron a la vez
- Mira, un gato que habla!
- Manolo, ven, que aquí hay un gato que habla
- Y bien elegante que va
- Vamos a tirarle un ovillo de lana, a ver si juega con él, o se hace unos calcetines a juego con las botas.


Después de un buen rato, fue conducido ante el rey y su bella hija.
Inciso: El rey no sabemos si era guapo, o si es que la chica había salido a su madre.

- Soy el emisario del poderoso señor Marqués de Carabás, señor de inmensa fortuna y de títulos sin fin. Mi señor es tan importante, que ante él se han postrado reyes y emperadores. Pero os comunico que mi señor se ha trasladado a vivir a este reino, y que tendrá la gracia y donosura de concederos audiencia en su castillo, en la tarde de mañana.

El rey y la princesita se quedaron patidifusos, porque no estaban acostumbrados a que nadie les mirara por encima del hombro.

Pero como pocas cosas paralizan más que una persona que te mangonea a lo bestia, accedieron sin más.

Antes de irse, al gato le pareció que les había dado poca cera y les espetó: (por fin he podido utilizar este verbo!)

- ¿No poseéis ropajes más lujosos? Es que mi señor es muy mirado para estos temas ¡Miradme a mí cómo me lleva, hecho un pincel, con mis botitas y todo!

Se quedaron tan anonadados de que alguién en vez de hacerles la pelota, les llamara horteras por toda la cara, que corrieron a adecentarse un poco.

El gato se dirigió (ahora ya no sé cómo) a un gran castillo que había en los límites del reino.

Por el camino se cruzó con unos campesinos y les preguntó

- ¿Podéis decirme de quién es ese castillo?

Los campesinos se miraron el uno al otro dijeron
- ¡Mira, un gato que habla!
(etc, etc...)

Al final le dijeron que era el castillo de un poderosísimo mago del que nadie conocía el nombre.

El gato continuó caminando ... este no llega en la vida, no es por nada. Espera ¿estas eran las botas esas de las siete leguas, o eso es de otro cuento?

Bueno, que siguió acercándose, fuera como fuera, al castillo y preguntando a la gente, y todos le respondían lo mismo: Que nadie conocía el nombre del misterioso mago. Bueno, eso y lo del gato que habla, y algún que otro "los gatos son muy traicioneros".

Así que a la siguiente persona que se encontró le saludó y añadió

- Me dirijo al castillo del Marqués de Caravás ¿podéis indicarme dónde se encuentra?

- Aquí cerca hay un castillo ¿decís que su dueño se llama Marqués de Caravás?

- Así es, mi buen señor.

- Pues buenas tardes, mi buen ... gato.
Dijo el otro, que no quería ser menos

Y así con varias personas más.

Por fin, llegó al castillo, el mago anónimo le abrió la puerta y el gato le dijo:

- He venido a retarte, mago.

- ¿Eres por fortuna, otro mago que se encuentra bajo la forma de un gato, por obra de un encantamiento?

- No, soy un gato normal y corriente. Pero los primeros domingos de cada mes, voy por ahí retando a los magos que me encuentro, a menos que sea el día de la madre, o haya elecciones.

(Continuará y acabará también, lo prometo)

viernes, 5 de junio de 2009

El Gato con Botas (I)

Este cuento empieza como una novela de misterio británica, en la lectura de un testamento.

Era el testamento de un molinero y ahí estaban los que suelen estar en estos eventos:

La señorita Amapola, el Señor Pizarro y el Doctor Mandarino.

Cuando les dijeron que se habían equivocado y que el Cluedo era en otro sitio, se fueron llevándose la llave inglesa, la cuerda, la pistola...

Se quedaron los tres hijos del decesado.

El notario (¿a que nunca habíais visto un notario en un cuento?) después de un poco de jerga legal, leyó las disposiciones:

Notario: A mi hijo mayor le dejo el molino que ha sido nuestro sustento durante años.

Añadiremos que además era un negocio con vivienda propia, un chollo vamos.

A mi hijo mediano, el caballo y el carro con el que repartía el harina.

Y a mi hijo pequeño, le dejo el gato.

Hijo pequeño : - ¿Que a mí solo me deja el gato?

Notario: - No hombre, no he acabado ¿cómo te va a dejar solo el gato? También te ha dejado la cesta del gato y un saco de sepiolita, que no me has dejado acabar.

Hijo pequeño: Llamadme suspicaz pero...

Hijos mayores: ¡¡SUSPICAZ, SUSPICAZ!!!

El hijo pequeño les llamó a ellos otras cositas.

Y es que ya se sabe que ser el hijo pequeño es un chollazo, siempre eres el mimado y te llevas lo mejor, como la ropa usada, por ejemplo.

Después de saber las disposiciones de su padre, el joven se quedó acordándose de su ídem.

Así que fue a buscar al gato, la cesta y la arena para el cajón.

Y así iba, maldiciendo su suerte, hasta que se dió cuenta de que se había dislocado el hombro por culpa de la tierra del gato, que abandonó a su suerte por ahí.

La tierra, no el gato.

Al final llegó a su humilde morada y abrió la cesta.

El gato salió con cuidado, olisqueó aquello un buen rato, se hizo pis en un par de esquinas y ya más tranquilo, se echó una siesta de 15 horas.

Entonces el mozalbete encontró que dentro de la cesta había un par de botitas como de un número muy pequeño, como el 4.

Mientras buscaba a la Nancy setentera para devolvérselas, el gato se despertó y ante el asombro del muchacho, se puso las botitas. (si os podéis imaginar como un gato se ajusta unas botas altas, me lo decís)

Después de esto, el gato se puso de pie, escupió una bola de pelo y dijo con la voz de Constantino Romero.

- Buenos días, no te asustes, soy un gato encantado, que cuando se calza estas botas tiene súper poderes.

- Ein?

- Que soy un gato especial y que para agradecerte que no me abandonaras (Y he aquí la única moraleja a recordar de un cuento: NO SE ABANDONAN LOS ANIMALES), voy a colmar tus deseos

- Lo cualo?

Después de explicarle lo que significa colmar y prepararle una tila, el gato le dijo

- Dime ¿qué quieres?

- Quierooooo.... ¡un drácula!

- ¿Te encuentras con gato que habla, razona y se ofrece a concederte tus deseos y lo que quieres es un polo ?

- Pues sí.

- Venga, pues dame dos euros y te bajo a por uno.

Cuando el joven se había terminado su drácula y comprobado que no tenía premio el palito, continuó la conversación.

- Entonces ¿qué deseas?

- Poder darme de baja de Jazztel.

- Ahora en serio.

- La paz mundial.

- Vamos a intentarlo de nuevo.

- Que el Betis vuelva a primera.

- Empiezo a comprender por qué tu padre no te consideraba idoneo para la gestión del molino.

El gato se frotó el entrecejo con su patita almohadillada y después de respirar hondo, dijo

- Miraaaa, Federico ¿porque te llamas Federico, verdad?

- Anda! cómo lo has sabido?

- Te voy a decir dos cosas, una es que tienes mucha suerte de que no haya tocado el genio de la lámpara, que tiene un carácter que ya te hubiera mandado a freir puñetas, y la otra, que no te pienso explicar lo que son las puñetas.

- Vale, pues mira, en este reino vive una hermosa princesa, cuyos encantos ¡cómo me sulibellan!. Y quisiera que me concediera su mano. Además no tengo nada en contra de ir a actos oficiales y los cuellos chimenea, con lo que creo que estoy perfectamente capacitado para ser príncipe consorte.

- ¿Eh, perdona? No te he oído nada, es que estaba mirando fíjamente una mota diminuta en esta pared en la que tú no ves absolutamente nada.

El mozo se lo explicó todo de nuevo y añadió:

- Lo malo es que aunque mi amor es sincero, el rey no quiere que su hija se case con un perro-flauta (o gato flauta en mi caso) como yo, y nunca podré aspirar a la bella princesa.

El gato se quedó muy pensativo y le preguntó:

- ¿Admiten gatos en palacio?
- Creo que sí.
- Vale, entonces dalo por hecho.

(Continuará)

martes, 2 de junio de 2009

La princesa y el guisante

Empiezo una serie (o no, ya veré) de los "Cuentos Populares".

La verdad es que los cuentos infantiles clásicos, dan un miedo horrible, y si tuviera un hijo no querría hablarle de abuelas devoradas, niños abandonados, mujercitas que esperan a que un hombre las saque las castañas del fuego y sobre todo, huérfanos. ¡Muchos huérfanos! que los hermanos Grimm causaron más bajas entre los padres europeos que la Gripe Española.

Una amiga que tuvo hijos hace algunos años, me preguntaba qué cuento les podía contar que no fuera retrógrado y/o sádico. A mí, solo se me ocurrieron dos, este es uno de ellos (y si este es el mejor).

Un príncipe se quiere casar y quiere que su futura esposa sea de "sangre real" también (porque la sangre falsa debe dar muchísimos problemas), a su palacio llegan cienes y cienes de falsas impostoras.

Yo soy reina... de las fiestas de mi pueblo

Yo soy la princesa cisne (no calla, que me lo llenas todo de plumas)

Yo soy la reina de mi casa

Yo soy la reina de los mares y ustedes lo van a ver, lo van a ver, tiro mi pañuelo al suelo y lo vuelvo a recoger, a recoger (mujer, si tú te entretienes así)

Yo soy Lorenzo Lamas, el rey de las camas (pues mira, has venido a la casa idónea)

Cuando ya había abandonado toda esperanza y estaba a punto de leerse La Divina comedia, oye que llaman a su puerta.

Era de noche... y sin embargo llovía (al parecer esta frase nunca se escribió, vamos que era una bromita)

Bueno pues que llega una chica totalmente calada y dice que es princesa, cuyo carruaje se ha estropeado y que busca alojamiento gratis.

El príncipe y su madre dudan de la veracidad de sus palabras (las familias nobles son así, no piensan que mientas, dudan de la veracidad de tus palabras) y de si no vendrá de la fiesta de la camiseta mojada de la discoteca Megatrón (es que pasa en los 80).

Entonces la reina (la de verdad) dice que tiene un plan para descubrir si es una princesa fetén (era reina pero había nacido en Cascorro)

Pide a los criados que preparen una cama con
- 10 colchones
- 10 edredones
- 10 almohadas

y no me acuerdo que más.

Si había sábanas o fundas nórdicas, lo ignoro.
Por cierto ¿quién no tiene 10 colchones, etc... de sobra en casa?

Eso sí, en la base de todo esto, ponen un guisante. ¿Que cómo no se aplasta un guisante debajo de semejante peso? No sé niño, pregúntale a tu padre, a ver qué dice.

Así que le dicen a la princesa que pase a dormir a tan cómodo lecho.

Ella dice que se lo agradece, pero que si no le dejarán un secador del pelo antes, que le ha dicho la reina (su madre) que si te acuestas con el pelo mojado, te resfrías. Que en casa de Blancanieves le habían tratado mejor, y eso que vivían en una cabaña en el bosque.

Resumiendo: que se va a la cama y a la mañana siguiente van a despertarla y le preguntan qué tal ha dormido.

Ella les responde que fatal de la muerte (un poco pija sí que tenía que ser) porque:

a) No consiguió encaramarse a semejante torre de ropa de cama hasta las 2 de la mañana.

b) Cuando llegó a la cima, aquella construcción de visco-latex se le vencía a un lado y se paso de 2 a 2 y media intentando equilibrarla.

c) Que a las 3 de la mañana se desmoronó todo definitivamente

d) A las 4 y media después de no encontrar el botiquín ni a nadie que no estuviera sordo en palacio, se curó como pudo.

e) A las 5 consiguió medio dormir encima de un colchón rescatado de la debacle, sin encontrar un triste juego de cama, pero que eso sí, ha encontrado un guisante espachurrado, que a ver si barren mejor.

f) Que si tienen Trombocid

g) Y que si se aburren y quieren jugar a algo con los invitados, que se piensen comprar el "Cocodrilo Sacamuelas".

Al final la madre le dice al príncipe soltero que ella era una princesa de verdad, y que le proponga matrimonio.

Pero ella ya ha llamado a un taxi y le dice que va a ir a Urgencias primero, y después les va a mandar un catálogo de Ikea y uno del Media Markt para que se compren una tele si se aburren.

Al final lo que les manda es una factura del fisioterapeuta, una demanda civil y otra penal

El príncipe dijo

- ¡Pues sí que nos ha costado dinero!

Y la madre le respondió

- ¿Ves como era de la familia real?

lunes, 1 de junio de 2009

Laboriosa (II)

Decíamos ayer que compraron unos conejitos de escayola muy monos, que parecían una idea a prueba de torpes.

Bueno, de torpes normales, porque yo conseguí estropearla.

Recuerdo que le dí una capa de barniz y quedó francamente bien, solo le quedaba un retoquito por aquí......Después un poquito más de barniz por allá ...

Una cosa que tiene el barniz es que si te has quedado corto, es fácil arreglarlo, pero si se te ha ido la mano, solo puedes hundirte más y más. Es como las arenas movedizas o meter la pata en un velatorio: lo mejor es pararse en seco.

Pero yo no lo hice, y poco a poco, capa a capa, aquel pobre conejo fue mutando de raza, y de blanco inmaculado fue pasando por todos los colores hasta llegar a un marrón "fosa séptica".

El conejito me imploraba piedad con su ojitos.... con sus ojitos que eran cada vez más opacos.
Pero yo insistía e insistía, convencida que un error soluciona otro error, hasta que aquellos ojitos quedaron tapados para siempre jamás (risa tenebrosa a lo Vincent Price).

En ese mismo colegio intentaron que hiciéramos papiroflexia, no estaba mal pensado, porque no había tijeras, ni seguetas (a estas lo mismo les dedico otro capítulo), ni pegamento... no había ni que dar capas y capas de barniz.

Será casualidad, pero lo decidieron después del conejo-gate.

Recuerdo que nos sentábamos todos con nuestro folio encima de la mesa, y el profesor delante
- Doblad la hoja por la mitad

¿Doblar una hoja por la mitad? ¡Hasta yo sé hacer eso, guay, esto es lo mío!

- Ahora volved a doblarla

¡Maravilloso! ¡Seré la mejor papiroflexista del mundo!

- Y ahora.... la esquina izquierda superior se junta con .... y se da una vuelta... cojo la manzana, la muerdo y la tiro... y otra vuelta más... gire a 200 metros ....y ¡¡Tenemos una langosta!!.

¿Una langosta tío? Venga ya hombre, cómo va a salir una langosta de un cacho-peazo-de trozo de papel?? Como no sea de la carta de un restaurante...

Pero a mis compañeros sí, les salían langostas, bueno quizá a alguno le salía un langostino, pero aquella clase se llenó de mariscos.

Menos mi mesa, claro, porque yo me había perdido en la tercera frase, y aquel amable profesor se había convertido para mí, en un sucio trilero.

Que ya se sabe que los primeros tres movimientos los ves muy claros, pero que cuando te toca a tí, todo se mueve demasiado deprisa y ya solo oyes

- ¿Dónde está la bolita? ¿dónde está la bolita?

Y yo no encontraba ni la bolita, ni la langosta, ni nada.

Claro que hubo una boda en la que me sirvieron una langosta que sabía a cartoncillo, cosa mala.

No sé, a lo mejor en la cocina, estaba un ex-compañero mío ahí, haciendo dobleces como un loco...