viernes, 4 de enero de 2019

El árbol de la montaña del 2019


Érase que se era una mujer, que no actualizaba su blog con tanta frecuencia como ella quisiera, que se hallaba viajando en el típico autobús de la EMT madrileña en el que pasaban esas cosas que pasan en cualquier transporte público: hordas de personas hipnotizadas con su propio móvil, gente que grita al susodicho móvil y pretende hacernos creer que habla con alguien, viajeros que se agolpan en la puerta cuando le quedan quince paradas para llegar a su destino... en fin lo clásico.

Nuestra, por que no decirlo, bella viajera (que va a abandonar la tercera persona ahora mismo, ya os lo advierto) disfrutaba su viaje mientras sufría en silencio los decibelios de la típica conversación con interlocutor ausente de una pasajera que demostraba, una vez más, por qué se dice que España ha dado grandes voces a la ópera, al griterío en los estadios de fútbol y demás disciplinas del bel canto en general.

- Sí, bueno, te cuento que he pasado cuatro días en el calabozo y acabo de salir.

¿¿Cuatro días en el calabozo?? Por una vez voy a oír algo interesante.

Cuéntanos: ¿Qué tal es la vida "a la sombra"? ¿Hay tanto ambiente como parece? ¿Has encontrado algún anciano abate que estaba trazando un plan de fuga?

Y sobre todo ¿por qué narices te han metido en el trullo? Y no menos importante: dan de comer bocatas de mortadela ¿con o sin aceituna?

- ... Pues porque le di un palo a unos.

Mujer, si te dedicas a darle el palo a la gente, para mí que no es la primera vez que conoces semejantes instalaciones, ni será la última.

Eso lo pensaba yo (oh, sí! Era la bella pasajera, menuda sorpresa), al tiempo que me aseguraba de llevar bien agarrado el bolso. A qué negarlo.

Pero veamos qué decía tan delictiva viajera:
- ¡Es que me insultaron! ¡Me insultaron y me agredieron!

Desde luego, no hay justicia en este mundo ¡Insultan a la muchacha y encima la detienen a ella! O espera ¿No era que había robado a unos? Aclárate, víctima de la injusticia y la infamia, o delincuente habitual:

- ¡Me insultaron! A ver... iba yo el sábado por la noche en un patinete de estos y van unos, que iban andando y me insultan.

Aaaaamiga, que ibas en patinete por la acera ¿verdad? Venga, dímelo a mí, que no te va a pasar nada, venga, que sí, que no va a haber represalias ¿Ibas por la acera con un patinete... eléctrico?

En Madrid, y no sé si en otras ciudades, ahora mismo, cuando vas andando por la acera (insisto, acera) te puede atropellar alguien que vaya montado en:

- Una bicicleta
- Un skate
- Una bicicleta con motor
- Una moto. Sí, una moto grande, con motorista encima, con su casco y todo.
Yo qué sé …. ¡La Carga de las Valkirias en patinete eléctrico!

Un momento que me tome la medicación.

Vale, ya he vuelto.

Y ya que estamos, volvamos a ese autobús que se alejaba de los Juzgados de Plaza de Castilla, lugar éste célebre por la cantidad de políticos y personajes públicos en general que han cruzado sus puertas con, o sin, acompañamiento policial. Sin ir más lejos, la elementa esta, la valkiria, a la que hemos dejado "en pausa" mientras habla con su colega por el móvil.

- … Pues eran dos tíos y van, y van, y van - coge aire - los tíos y me dicen "La tía esta del patinete, me cago en su madre".

La gente, que es muy suspicaz cuando la intentan atropellar, mujer.

Aquí hago un inciso para indicar que, aunque este blog es todo un modelo de elegancia en el lenguaje y se evitan cuidadosamente las expresiones malsonantes, transcribo literalmente las palabras de la patinadora para que se vea de qué cariz eran los insultos que le dedicaron los dos pérfidos peatones.

Vamos, que en mi clase de segundo de BUP se oían cosas bastantes más chungas. Y generalmente, salidas de mis labios.

Sin ir más, lejos, para mí que esta muchacha ha tenido que oír en ese calabazo una o dos cositas pelín más ofensivas.


- Y entonces va el otro: el gordo, ya sabes que uno era gordo...

¡Hombre, quién no sabe eso!

Si alguna vez habéis oído aquello de "De cada dos personas de nuestro país, uno sufre sobrepeso", no se refieren al 50% de la población. ¡Qué va! Sino que, de cada dos personas que andan por la calle, uno es gordo.

Por eso come tanto la gente en Navidades, para no perder a su pareja.

- Y es que... ¡Se me encaraba! ¡Se me encaraba, el tío!
- ….
- Es que... ¡Se me encaraba!

Mujer, dile a tu contertulio que se calle, que estoy en un ay. ¿Qué pasó después?. Difícil de saber, porque entró en un círculo vicioso de "se me encaraba" y era complicado seguir la acción, pero al parecer los tipos en cuestión, se fueron de ahí, entonces ella...

- Y se iban... pero ¡Es que se me encaraba! ¡Se me encaraba!

Que, a lo mejor es producto de mi notoria incultura, pero creo yo que darle la espalda a alguien y alejarse de él, en plan "Hasta luego Maripili" es exactamente lo contrario que "encararse".

Aunque, quién sabe,  a lo mejor es el significado exacto del verbo "encarabarse".

- Y entonces, cogí un palo y... y .. qué conste que no cogí el palo y les pegué, sino que sólo se lo tiré.

Entonces tienes el atenuante de objeto arrojadizo, mujer, eso cualquier estudiante de Derecho te lo podrá decir. Sobre todo si es de la Tuna.

- Y eso, que se lo tiré y ... con la mala suerte de que yo tengo mucha fuerza y … y …. y le'di.

Mala suerte, no, mujer, que parece que acertaste ¿no? Y a un blanco móvil, nada menos. Aunque más que fuerza, lo que tienes es una puntería alucinante. ¡Qué lanzadora de jabalina se ha perdido este país, de verdad!

- Sí, la mala suerte... sí. Bueno, que les dí a los dos en la cabeza con el palo.

¿Cómo? ¿Que era un "les di"? ¿A los dos? Pero ¿cómo se puede dar a dos personas a la vez - y en la cabeza - con un mismo palo?

Ahora ya sé por qué te echaron del equipo olímpico de tiro de jabalina. Porque la lanzabas al revés, así, como en horizontal ¿no?

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¿Veis esta elegante imagen de Roxy Music? Pues, lo contrario

- Y sí, la mala suerte... que les hice a los dos sangre en la cabeza.

A ver, a ver, a ver: ¿Qué palo cogiste tú? 

Porque yo me he imaginado al principio un palo de esos que te encuentras en el campo, como ese que le hacía tanta ilusión al niño del anuncio.

Un palito de esos que le tiras a tu perro. ¡Pero le tiras eso a un cocker spaniel y lo pulverizas! ¡Qué digo un cocker! Te cargas hasta a un gran danés, eso sí, si sobrevive no se te vuelve a encarabar en la vida.

¿Y esto pasó en Madrid? Porque una ramita sí que se puede caer de algún árbol, no te digo yo que no, pero esto debía ser el árbol entero. Estoy por llamar al ayuntamiento.

Aunque mira, ahora entiendo lo de la fuerza, porque sólo levantar eso del suelo... Oye, jabalina no puede ser pero ¿Y el equipo de lanzamiento de martillo? Yo ahí te veo futuro... Futuro es lo único que te quiero ver, que ni en la tele te vería lanzando, por si acaso atraviesas la pantalla o algo.

Pero oigamos de labios de tan atlética agresora el final de la historia:

- Y bueno, llegó una ambulancia y la policía y...

Ya, no sigas, nos hacemos una idea de quién se llevó a quién

-... Es que... es que ¡Se me encaraba! ¡Se me encaraba el tío!

Esto del "encaramiento" lo repitió unas veinte veces, que ya me estoy imaginando al juez de guardia, escuchando "Es que se me encaraba, señoría" con la cabeza apoyada en la mano, poniendo los ojos en blanco y pensando:

- Cinco cursos de carrera, dos de escuela jurídica, los del máster y más de cuatro años para sacarme la oposición; pero ha merecido la pena ¿eh? ¡Vamos que si ha merecido la pena!

En fin amigos, y esto ¿qué enseñanza nos deja? Pues os dejo escoger

  • Que no sabes si es peor que te "den el palo" o que te den con un palo en la cabeza.
  • Que ese niño del anuncio tan cansino que se ponía tan contento con que le regalaran un palo, tenía problemas mentales (aún) más graves de los que todos pensábamos.
  • Que el Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid tiene un problema muy serio con esos árboles caedizos.
  • Que una potencia atlética, mal encauzada, acaba malamente. Porque la potencia sin control, ya se sabe... Y no lo digo yo, qué conste.
  • Que oír a la gente pegar gritos al móvil en el bus es un pestiño, pero que nunca hay que encararse con ellos, y mucho menos encarabarse.
  • Que si actualizo el blog con menos frecuencia, el plural este que empleo como si me leyeran más de dos personas, voy a tener que corregirlo.


En fin, que este año que empieza, sea maravilloso y hasta escriba yo algo más que aquello de "Patatas, leche, harina, yogures, jabón de lavadora..." en un post-it.

Así que MUY FELIZ AÑO NUEVO y que tengáis mucho cuidado con quién os encaráis y a qué disciplina atlética os apuntáis.


Y una duda final:

¿Qué hubiera pasado si en vez de "tirarles el palo" les hubiera dado con él? La solución en otro autobús, el que pasa por Alcalá... Meco.

jueves, 15 de febrero de 2018

Mi mortal enemiga strikes again

En estos días que tanto ha nevado ora aquí, ora allá (esto también aprendí a decirlo en otra vida), he recordado como hace ya unos añitos conté en este blog mis experiencias con el líquido elemento cuando se vuelve tan blanquito y tan... Mejor que os leáis (si queréis), vale que solo es un remozado de aquella entrada, pero ni yo me acordaba de lo que escribí en el año del Señor de 2009, así que los cuatro lectores que le quedan a este blog, supongo que tampoco. Helo aquí:


Érase que se era una niña que soñaba con que un día, al despertar, oiría las palabras mágicas "Ha nevado". Entonces correría hasta la ventana y contemplaría un paisaje nevado, unos árboles preñados de copos y un suelo completamente blanco, como sacado de "Mujercitas". Sí, además de ingenua, era muy cursi, porque lo de los árboles "preñados", no me diréis...

Pero aunque algunas (pocas) veces pudo escuchar aquellas palabra, la nieve que tanta ilusión le hacía apenas sí caía, y mucho menos cuajaba y a media mañana solo quedaban unos pocos restos negruzcos en alguna cuneta asquerosa (como si hubiera cunetas que no lo fueran).

Así que ni podía ir en trineo con un manguito (ay, esa ilusión aún la tiene), ni podía saltarse el colegio porque, siendo sinceros, librarse del cole gusta muchísimo, aunque tenga que haber un tornado que se lleve medio país por delante.

Confesaré ya que yo soy aquella niña (pedazo de spoiler) y que una gran nevada, grande, grande, no la he visto hasta hace 5 años aproximadamente, o sea, cuando ya trabajaba y para mí la nieve era sinónimo de gran atasco, y resbalones en la calle.

Como el año pasado en el trabajo, que se me caían las lágrimas imaginándome que no podía volver a casa y que nos quedaríamos ahí aislados, teniendo que recurrir a opciones extremas para no pasar hambre, cosas tan abyectas como... no quiero escandalizar a nadie, pero un momento que pensé incluso en comerme un sándwich de máquina. Ea, ya lo he dicho, siento si he herido alguna sensibilidad (gastronómica).

Y es que los fenómenos metereológicos me odian, quizá porque nunca sabré si se dice metereológicos, meterológicos, meteóricos o yo qué sé (que reconrosillas que son las isobaras, la verdad).

Pues bien, esta bonita mañana, al levantar la persiana, he visto una nevada de las que soñaba cuando era niña: Una capa gordísima de nieve, casi sin pisadas y ni la más mínima pinta de que fuera a desaparecer en horas y horas.

Escenario correcto, momento incorrecto: Lunes a las 7 de la mañana y dejé el colegio hace más de 25 años. 

Hace pocos años, solo podía ir en autobús, pero ahora puedo ir en metro, que por extraño que parezca es la ruta más larga y procelosa, además me pilla más lejos de casa, pero previendo el atasco del millón de dólares, es el medio de transporte por el que he optado.

Así no me pasará como la penúltima gran nevada, que cuando el bus se quedó totalmente varado en la nieve, llamé a mi oficina y le dije a la recepcionista lo que pasaba y añadí: Bueno, si veo que nos empezamos a devorar unos a otros, ya te avisaré.

Sí, se lo dije, es cierto.

Después el autobús consiguió arrancar y anduvo unos metros dando tumbos, que la gente acompañaba con oooooooooeeeeee. Y es que al final va a ser verdad que en España somos muy flamencos (quién lo hubiera dicho)

Pues bien, he salido de casa y para mi inmensa alegría he visto que había un pasillito en la acera, con su sal y todo. 

La felicidad me ha durado lo mismo que el pasillo: 5 metros, y es que se ve que solo han limpiado en lugares selectos, que no digo yo que mi portal no sea un lugar selecto, pero desde ahí ¿A dónde voy?

En mi caso, he ido a luchar contra los elementos, o lo que es lo mismo, a intentar bajar una cuesta con un desnivel del 40% y con hielo.

Que ahí quería ver yo al "Último superviviente" ese, y que deje de comer gusanos y otros bichos (que no sabemos qué le habrán hecho al hombre), y que intente llegar a trabajar desde la periferia, el día que nieve.

Yo le he dicho muchas veces, yo a esos grandes aventureros que salen en la tele haciendo el chorra por ahí con chalecos con muchos bolsillos, les daba un bono-bus y les decía que fueran desde una urbanización en alguna parte perdida de la provincia de Guadalajara (a 15 minutos del centro), hasta un polígono industrial de Fuenlabrada escogido al azar, y te digo que termina llorando hasta el más pintado.

Ya les estoy viendo mientras buscan desesperadamente unos kleenex en los trescientos bolsillos para enjugarse las lágrimas.

Volviendo a mi aventura, ha habido un momento en medio de la cuesta abajo esa helada, en que yo también he estado a punto de llorar. Cómo me habrá visto de desesperada un tipo que había por ahí, que me ha gritado:
- Agarrate aquí, agárrateeee.

Hay que decir que mi caballero andante tenía una voz "aguardentosa" a la par que una pinta de lo menos recomendable, pero en semejante circunstancia he pensado que era mejor no tomar muy en cuenta el consumo de bebidas espirituosas del caballero.

Y es que en ese momento, me hubiera agarrado hasta a Matías Prats y le hubiera reído hasta los chistes, me hubiera agarrado a cualquiera, incluso, incluso...¡Incluso a Sánchez Dragó!. Vale, quizá en ese caso, hubiera preferido esperar al deshielo.

Por fin llego a la estación de Metro, y en la puerta me para una chica
- ¿Sabes dónde está la Avenida de Somosierra? (Que buena calle para ir hoy, eh?)
- Pues no, pero ¿Dónde vas exactamente?
- Pues voy a la Avda. de Somosierra

Sí, algo había oído al respecto... 
- Ya pero ¿Me puedes dar alguna referencia más?
- Ah, sí, sí....
Resumiendo: Iba al 5º pino, esa no ha llegado, palabrita, a menos que llevara los esquíes de travesía escondidos.

Segundo capítulo: El Metro no iba tan llenísimo como me estaba temiendo, hasta que hemos llegado a un estación que simplemente sirve para que todo el mundo se baje y cambie de tren.

¿Cómo expresar lo que había en el andén esperándonos? No sé... ¿Habéis oído alguna vez que en los años 60, las películas que iban a tener escenas muy espectaculares, con muchísimoos extras, tipo "Doctor Zhivago", se rodaban en España?

Lo certifico: Se rodaban en España, en concreto en la estación de Metro donde he estado yo esta mañana.

Para salir del vagón, nos habían hecho un pasillo, como el los futbolistas, pero a lo bestia, llegabas al fondo del andén y se acababa el pasillo, pero no podías pasar. 

Una iba diciendo Guau-guau-guau. No sé si sería la que decía lo de oooeeee cuando pasó aquello del bus, o la hija de Joaquín Luqui. 

Pasar al otro andén, donde iba a pasar nuestro tren, ha tenido su gracia, menos mal que los seguratas lo amenizaban pegándonos gritos, mientras sus perros ladraban. 

Unos que cogen un tren y van hacinados, con unos guardias muy malos con perros...¿En qué película he visto yo esto?

Al llegar al famoso andén, ha quedado claro, que todos no cabíamos en el tren que llegaría.

Así que lo hemos dejado pasar, después ha llegado otro, y ha sonado por megafonía:
- Este tren no admite viajeros.

Bueno, el tren no admitiría los viajeros, pero los viajeros admiten cualquier cosa y se han metido a saco.

Ha vuelto a oírse:
- Este tren no admite viajeros.

Varios nos hemos quedado fuera mirando a los de dentro pensando "Qué tontuelos" y los que los de dentro nos miraban como pensando a su vez "Creo que me he dejado el audífono en casa".

Así nos hemos quedado unos y otros mirándonos cuan rivales de peli del Oeste, a ambos lados de las puertas de los vagones, bueno, pero con más cara de "desorientados" que otra cosa. Algunos que estaban dentro, asomaban la cabeza por las ventanas (la actitud más inteligente, antes decapitado que no enterarte).

Al final han sonado los pitiditos de costumbre, se han cerrado las puertas y el tren se ha ido con un buen número de personas dentro, quién sabe a dónde ¿A cocheras? ¿A su destino? ¿A la dimensión desconocida? 

Si mañana véis en el periódico "Record de denuncias de desapariciones, ayer en la capital". Pues ya sabéis quiénes eran...

Así que después de dos trenes diferentes, pude subirme en uno, que no iba hasta los topes, y así he podido fijarme en que aunque había gente que hasta llevaba esas botas que dan tanto miedo ¿Cómo se llaman? Ah, sí, de goretext y otros pasaban de todo, como la de mi lado, que llevaba zapatitos de charol de tacón de aguja, medias y falda. Antes descalabrada que sencilla.

Yo pensaba que al llegar a la parada de mi oficina que está en la zona noble de la capital, todo sería mejor, y me decía a mí misma:

- Mujer, en la Castellana, habrá sal y estará limpio.

Y habrá, habrá... esta tarde seguro que habrá sal y estará limpio, porque cuando yo he llegado solo faltaba el trineo que llevaban las de "Mujercitas", que yo me hubiera subido encantada, incluso sin manguito, sobre todo porque era lo único que tenía pinta de poder desplazarse en ese escenario.

¿Que si he llegado? Bueno, media hora tarde y después de pisar todo el césped del barrio (lo siento, era él o yo), he vislumbrado el edificio de mi oficina, con la misma ilusión que deben experimentar los peregrinos que ven la Catedral Santiago a lo lejos y he pensado, embargada por la emoción:

- ¡Lo que más odio de estos días, es que me hace desear llegar al trabajo!

martes, 9 de enero de 2018

París era una botica

Tengo algo que comunicaros, que a algunos les gustará, y a otros no, cuando uno vive tantas vidas cuan es mi caso, ocurren dos cosas:

Una: que dices cosas como "cuan" (venga o no venga al caso).
Dos: que tarde o temprano, te toca ser francés.

Ser  francés, o francesa en mi caso, tiene sus cosas buenas y malas. ¿La mejor? Pues que puedes comer paté, queso, nata y croissants y no engordar. Claro que a cambio te hacen gracias las películas de Louis de Funes.

Louis de Funes vs croissants. Ahí lo dejo.

Os dejo reflexionar sobre esta dura disyuntiva de la vida (de las vidas, para una servidora) y mientras os contaré una de esas veces que fui francesa. En concreto, en el siglo XVIII.

Pues bien, yo era una inocente muchacha que se crió en la granja de sus padres, una próspera explotación agropecuaria (aka "Pues sí que va bien la vaquería") en el norte del país.

De ahí me viene mi amor incondicional por los productos lácteos, estoy segura (o de cuando fui roedora, no sé).

La granja de mi familia eran tan rentable que me proveyeron de una golosa (éramos franceses, ya lo he dicho) dote con la que pensaban que encontraría un marido de mayor posición social.

Y así fue: un día me comunicaron, llenos de alegría, que habían encontrado un pretendiente inmejorable porque era nada más y nada menos que.. ¡Un pequeño burgués!

¡Qué alegría! ¡Qué emoción! Yo estaba llena de gozo y de exclamaciones: ¡Cómo iba a presumir con mis amigas! ¡Me casaba con un pequeño burgués!

¿Qué pasa? ¿No os emociona? Pues que sepáis que en aquella época ser burgués era ser un avanzado de la sociedad, un estandarte de la modernidad, la burguesía tenía un je ne sais quois... (¿qué? ¿creíais que os ibais a librar de unas cuántas frasecitas de primero de francés? Pues no)

Sí, hubo una época que ser burgués molaba mucho, fuera pequeño, grande o así-así.

Claro que eso fue años (siglos) antes de que ser burgués (y además bajito) fuera un insulto. Mucho antes de que Chabrol les cogiera tirria y le diera por hacer unas películas que, al parecer, son tan aburridas porque son críticas a la burguesía.

Por si no fuera poca alegría, iba a irme a vivir a París. Oh, là, là! (otra cosa mala de ser francés es que te da por escribir los acentos al bies, se me había olvidado).

Aún recuerdo la impresión que me produjo llegar a la capital. París era tan hermosa, cuan era yo provinciana (¡ja! Creíais que no lo sabía utilizar).

Ah, París... "La Ville Ognion". Sí, es que entonces no era lumière, sobre todo porque todos los sitios de noche eran muy oscuros por la noche, pero sí que era muy conocida por su comercio de cebollas.

Podría llenar páginas y páginas contando cómo era París en aquellos días, y haciendo una comparativa de cómo ha evolucionado en estos últimos siglos. Pero creo que os haréis una idea fidedigna si os digo lo siguiente:

París era como ahora, pero con menos japoneses.

Es que los japoneses antes eran de salir menos. Os lo digo yo, que he sido japonesa unas cuántas veces.

En fin, que por fin conocí a mi marido, que se llamaba Jean-Jacques.
- ¡Hala! ¿Estuviste casada con Jean-Jacques Rousseau?
- ¿Quién? No, mi marido se llamaba Jean-Jacques Radin.

El Rousseau ese no sé quién sería, pero seguro que hubiera resultado mejor marido que el mío. En fin, hora es ya de decirlo: tan grande fue mi ilusión, cuan terrible fue mi decepción marital.

Me di cuenta que las cosas no iban bien la primera vez que le pregunté "¿Esta falda me hace gorda?" y después de mirarme de arriba a abajo contestó "Sí".

Recuerdo que corrí hacia mi cuarto y me tiré en la cama cuan larga era, para llorar.

¡Ja! ¡Al fin he conseguido colocar la frasecita de marras! ¡Ya soy una escritora de verdad! ¡Ahora solo tengo que dejar de poner una exclamación cada dos párrafos!

Volviendo al tema que nos ocupa, mi marido era boticario y comercializó unas pastillas sumamente populares en su época.

Fue el primero en incluir un prospecto y en él ponía, por ejemplo "Fiebre", "Dolor de cabeza", "Molestias Estomacales" y oye, no fallaba: te daba fiebre, dolor de cabeza y molestias estomacales.

¡Fue un rotundo éxito! ¡Se hizo rico! ¡Vivíamos a lo loco!

Bueno... yo no, porque se gastaba el dinero con su amante en un coqueto pisito de las afueras. Es que las amantes siempre viven en un coqueto pisito, eso lo sabe todo el mundo. Por eso si le preguntas a un agente inmobiliario

- ¿Tiene algún coqueto pisito?
- Depende ¿Es usted amante de algún pequeño burgués?

Resumiendo, que mucho coqueto pisito, pero conmigo mi marido era un tacaño y un miserable y un ... ¡Oye, que me guardaba bajo llave los croissants!

Será posible, Jean Jacques, por una vez que no me iban a engordar.

El hombre es que era muy de ahorrar, pero mucho-mucho, por ahorrar ahorraba incluso en palabras. Qué digo en palabras, ahorraba hasta en sílabas. Por eso se buscaba tantas amantes bisilábicas, ya sabéis: Ma-rie, Chan-tal, Sophie...

Ah, que no lo he dicho antes: yo me llamaba Marianne Agustine.

Me detestaba el hombre.

Con los años se acentuó en él tanto esa costumbre de ahorrar que empezó a tener amantes con las que ahorraba aún más porque no tenía que acordarse más que de dos letras: Lulú, Naná, Mimí...

Bisilábicas de nivel avanzado, las llamaba yo.

En todo caso, sus específicos adquirieron tanto nombre que llegó el día en que la alta nobleza se empezó a interesar por su trabajo y fue llamado por el mismísimo Duque de Ville Meilleure.

El Duque tenía el capricho de que le provocaran una severa dispepsia, pero una vez que se le pasó el capricho (y afortunadamente, la dispepsia) se encaprichó....de mí.

Resulta que a (espera... ¿cómo he dicho que se llamaba mi marido?) Resulta que a Radin le molestaba ir a su palacete cada vez que al Duque le daba por ahí y como le parecía poco respetuoso mandar al mancebo a tratar con tan noble caballero, me empezó a mandar a mí de recadera.

Y ahí me plantaba yo con mi modesta cofia de burguesa decentona y no es por presumir, pero a mí, me queda la cofia.....

¿Que no sabes cómo queda una cofia? A ver ¿Tienes un gorro de ducha? Pues póntelo y ahora mírate al espejo.

Te dejo un momento para que lo hagas.

File:Portrait of a Lady in Blue Dress (Christian Albrecht Jensen).jpg
No soy yo y es posterior, pero os hacéis una idea
Te queda divino ¿verdad? Es lo que tiene la cofia, que le queda bien a todo el mundo.

En fin amigos, que el amor surgió entre el Duque y yo como surge el moho en paredes expuestas a la humedad. ¿Qué pasa? No todo lo que surge son florecillas en primaveras, que se lo digan a los propietarios de casas con un deficiente aislamiento.

He hablado de mi cofia pero yo, cuando vi al Duque, me quedé prendada de su varonil estampa: todos aquellos volantes y lazos, aquella peluca con cascada de rizos cayendo por sus hombros... ¡Ah, qué hombre!

¡Qué pasa! En el siglo XVIII eso es lo que llevaba un tío bueno.



Para muestra, un botón, o cincuenta mínimo que debería llevar este mozo, que no, no es mi churri, de hecho es un poco anterior,  pero os hacéis una idea. Mirad, mirad lo discreto que iba el pimpollo.

Ay (suspiro), lo que os digo, que nos enamoramos como dos tontos y nunca mejor dicho, porqueo ¿he dicho ya que era muy decentona? Pues sí, yo fui probablemente la única francesa que no se unió a la vorágine de concupiscencia extra-matrimonial que asolaba el reino por aquellos tiempos.

Porque en aquellos tiempos los franceses eran muy extra-matrimoniales, pero ahora no ¿eh? Aunque se ve que tienen nostalgia y por eso lo sacan tanto en sus películas, que en todas hay algún lío extra de estos.

O eso, o una crítica a la burguesía. Una de dos.

Así que los encuentros entre el Duque y servidora se limitaban a que él me miraba (tiernamente), yo le miraba (tiernamente) y el valet de chambre nos miraba pensando "Hay que ser idiota".

Nada, ni aún sabiendo lo de las bisilábicas y los pisitos coquetos, me decidía yo a ser infiel y me conformaba con suspirar por el Duque y con bordarle unos pañuelos llenos de volantes que, aunque le pegaban mucho con su atuendo general, supongo yo que no le consolarían mucho de mi decentona actitud (y cofia).

Y se decía "Tan enamorado estoy de ella, cuan imbécil es la pobre".

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Luis XIV, otro tío bueno de la época, yo le llevaba en mi carpeta
Se me que ya me iba conociendo, el hombre.

Todo continuó más o menos así hasta una mañana a principios de verano. Pero del verano de París, que es un verano de esos de rebequita por la noche, no es un verano madrileño de esos que te dan ganas de llorar amargamente, si no fuera porque tienes miedo a deshidratarte.

En fin, que era un día de esos que dan ganas salir a la calle a vivir. Ya os digo, que estaba la calle de bote en bote, menudo algarabía, pensaba yo.

Hasta se oían cánticos llenos de alegría y energía, no sé... algo parecido a la música de la cantina de "La guerra de las galaxias", más o menos.

El que no debía estar muy de acuerdo con esto era mi Jean-Jacques que, ambicioso como era, estaba probando nuevos preparados, cada vez más arriesgados.

En concreto estaba trabajando en "graves dolencias cardíacas" y ... bueno... digamos que una vez más tuvo éxito.

Pero un éxito fulminante, que al médico no le dio tiempo a llegar a verle vivo. Yo, sin embargo, no me moví de su lado y cuando vi que me hacía un gesto e intentaba hablar, me apresté a escuchar porque pensé que, en sus últimos momentos, sus últimas palabras serían conciliadoras y me compensarían de haber sido una esposa fiel y de todos esos croissants que me había escondido.

Me dijo dos cosas. Bueno, también dijo "aaagh", pero eso no creo que cuente mucho.

1º) Se lo he dejado todo a Lulú.
2º) No era la falda lo que te hacía gorda.

¡¡Pero cuán malaje era el tío!! me dije a mí misma (es una expresión francesa, por si no lo sabéis).

Después solté unos cuántos Oh, là, là y Oh mon dieux, y "Ya sé por qué Chabrol os tiene tanta manía, burgueses, más que burgueses" hasta que me di cuenta de que ya era libre de vivir mi amor con el Duque y salí a la calle gritando:

- ¡Viva el Duque de Ville Meilleure! ¡Muera el burgués! ¡Viva la nobleza!

Pues no, no fue un buen día para decir eso, no. ¿He dicho ya que era comienzos de verano? Mediados de julio, para ser más exactos. El año, es fácil recordarlo, todos los estudiantes lo hacemos porque parece un número de teléfono de Jazztel, o algo así.

Un detalle irónico: el médico al que esperábamos aquel día era un amigo de mi marido, un tal doctor Guillotine, yo le conocía mucho de ir por casa y después conocí, aún mejor, a su invento.


En fin amigos, que espero que en este 2018 que comienza no perdáis la cabeza (si no lo digo, reviento) y que tengáis paciencia si tardo un par de siglos más en actualizar, pero pensad que no es fácil escribir sin nada en la cabeza! (literalmente)



martes, 29 de agosto de 2017

Alex Brettan el director de El Jueves


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Hola soy Alex brettan el director del WhatsApp JUEVES YA ESTAMOS AVISADOS POR HOTMAIL, LO PASARON EN LA TELE POR LAS DUDAS!!

Hola, Alex ¿Qué tal? ¿Qué tal el verano? ¿Bien? Eso espero. Hacía mucho que no sabía de ti, pero por lo que veo sigues sin repasarte el Vacaciones Santillana, porque ni siquiera sabes poner la mayúscula de tu apellido.

Veo sin embargo que te han hecho director de "El Jueves". Hace tiempo que no la leo, pero está bien, buena revista, me alegro.

No, espera, te han hecho director de "Whatsapp JUEVES". Será una filial, digo yo.

¿O sólo eres director de WhatsApp los jueves? Original manera de dirigir una empresa, uno cada día de la semana. No, si puede funcionar, aunque tengo mis dudas.

Así que pasaré por delante de la tele. Ya se sabe "por las dudas". Perdón "POR LAS DUDAS!!"


Hola a todos, parece que todas las advertencias eran reales , El uso del WhatsApp costará dinero. 

¿Hola a todos? Qué decepción, Alex, pensé que me escribías a mí sola, después de lo que tuvimos aquel verano que pasamos juntos en Matalascañas... (suspiro melancólico). Hombre, que si me escribes con tanta confianza será que nos conocemos de algo ¿No?.

Bueno, pues que no, que a todos y que "parece que todas las advertencias eran reales". ¿Todas? No te creas, a mí, sin ir más lejos que dijeron que si tenías faltas de ortografía no llegabas a ninguna parte en la vida y mírate a ti, no tienes ni idea de que después de una coma no vienen mayúsculas y ahí estás, siendo director de Whatsapp, por lo menos los jueves.

Aunque una cosa te digo, para ser el director de Whatspp, te veo bastante desinformado porque si no sabes tú si el servicio de tu propia empresa va a costar, o no va a costar dinero, me vas a decir quién lo sabe.

Claro que como solo eres director los jueves, esto lo sabe el de los lunes, que se ha aliado con el de los martes en tu contra y te están ninguneando

¡Cuidado, Alex! ¡Los principios de la semana siempre han sido muy rencorosos!


Si envías esta cadena a 18 diferentes de tu lista, tu ícono será azul y será gratis para ti. 


Si envío esta cadena a 18 ¿qué? ¿Qué? ¿Contactos? ¿Amigos? ¿Números de teléfono? ¿Ex-alumnos del colegio Gabril y Galán de Móstoles? ¿Personajes de Quién es Quién?

Si no me crees ve mañana a las 6 de la tarde que se cerrará el WhatsApp  y para abrirlo tendrás que pagar , todo esto es por Ley.

¿Cómo no te voy a creer, Alex, por favor? Te prometo que mañana (sea cuando sea este mañana) iré. No sé dónde iré, pero yo mañana te prometo que a las seis de la tarde (o de la mañana) voy a ver si alguien me regala un ícono azul de algo.

Ah, no espera, que si voy a tener que pagar por "abrir" WhatsApp. ¿Cómo que abrirlo? ¿Te cierran las puertas de la oficina a las seis, Alex?

¿Seguro que eres el director? ¿Seguro-seguro?


Este mensaje es para informarles a todos nuestros usuarios, que nuestros servidores han estado recientemente muy congestionados, por lo que estamos pidiendo su ayuda para solucionar este problema. 

¿Cómo? ¿Ahora me hablas de usted? ¡Y en plural! Jo, Alex, pensé que había algo entre nosotros, sobre todo porque me llevas tuteando todo el rato.

Pero bueno, como no soy rencorosa, si estás congestionado te mando un Vicks Vaporub o lo que haga falta.


Requerimos que nuestros usuarios activos reenvíen este mensaje a cada una de las personas de su lista de contactos a fin de confirmar nuestros usuarios activos que utilizan WhatsApp, 

Una pregunta tonta: si los servidores están congestionados ¿Por qué quieres que todo el mundo se ponga a mandar mensajes a la vez? ¿Esto los descongestionará? ¿Eso, quién te lo ha dicho? ¿El director de los martes? Ese tío te tiene ojeriza, ya te lo digo.


si usted no envía este mensaje a todos sus contactos de WhatsApp, entonces su cuenta permanecerá inactiva con la consecuencia de perder todos sus contactos. 

¿No bastaba con que se lo enviara a 18 contactos? ¿Ahora tiene que ser a todos? Ah no, espera, era a 18 "diferentes" así, en general, gente única y diferente, ahora lo entiendo.

Bueno y si no se lo mando, me cobran por usar... No, me quedo sin mi agenda de WhatsApp, esa que tengo llena de gente única. Creo que me estoy liando, Alex.

El símbolo de actualización automática en su Smartphone, aparecerá con la transmisión de este mensaje. Su Smartphone se actualizará dentro de las 24 horas siguientes, contará con un nuevo  diseño y un nuevo color para el chat. 

Vamos a ver si nos aclaramos: yo mando este mensaje tan bien redactado y tan claro a 18 personas únicas e inigualables, y en un plazo de 24 horas, WhatsApp será de otro color, y me habré salvado de la quema. Vale, parece que ya voy entendiéndolo.


Estimados usuarios de WhatsApp, vamos a hacer una actualización para WhatsApp de 23:00 p.m. hasta las 05:00 a.m. de este día. Si usted no envía esto a todos sus contactos la actualización se cancelará y no tendrá la posibilidad de chatear con sus contactos.

¿Pero de qué día? Lo recibí ayer, pero no lo he abierto hasta hoy ¿No era a las 24 horas de que enviara el mensaje?

Ah, pues no, no lo estaba entendiendo.


WhatsApp pasará a tarifa de pago a menos que seas un usuario frecuente. Si tienes al menos 10 contactos envía este SMS y el logotipo se convertirá en rojo para indicar que eres  un usuario. 

Si tengo al menos 10 contactos no sé de qué me va a servir, si tienen que ser 18. Hombre, si tengo 10 y 8 más. Y si son todos únicos e irrepetible.

Vale, yo mando un SMS si quieres, Alex, aunque no sé en qué os afecta esto a los de WhatsApp. Pero vamos, que yo les envío un SMS, les llamo por teléfono y además les mando una postal. Yo, con tal de no quitarte la ilusión, lo que sea.


Confirmado… Se nos acaba lo gratis Mañana empiezan a cobrar los mensaje por WhatsApp a 0.37 centavos. 

¿Cómo que "empiezan"? Y ¿Se NOS acabó lo gratis? A ver Alex... que los vas a cobrar tú, majo. Que eres el director. Ese dinerito no me digas que no te llega de alguna manera, por lo menos los de los mensajes que se envíen los jueves.


Reenvía este mensaje a mas de 9 personas de tus contactos y te será gratuito de por vida fíjate y se pondrá verde la pelotita de arriba hazlo y veras

¿No eran 18? Ahora son la mitad. Regateando ¿Eh, Alex? Y perdona que te diga, pero si puedes cobrar los mensajes a 0,37 centavos ¿Por qué me das la oportunidad de que yo (y mis 18 amigos más "diferentes") podamos tenerlos gratis?

Jo, Alex, qué majo eres, tío.

Pues mira, por la amistad que nos une, te voy a pagar cada mensaje para que puedas contratar una secretaria que te corrija las faltas de ortografía, o que por lo menos te ponga los acentos de "más" y "verás" que son de Primero de la ESO.

Y hasta que te proponga algún término más elegante que "pelotita de arriba".


 Ya  WhatsApp es gratis desde ahora, mándalo a 10 personas para reactivar tu servicio nuevamente sin costo para ti. A mi ya se actualizó. 

Primero eran 18, después 9, ahora 10... Jo, Alex, qué mal se te da regatear. Venga, se lo mando a 12, ni pa'ti ni pa'mí.


WhatsApp y tiene nuevos stickers reenvíalo a 15 personas para que se actualice en cuanto lo envíes espera 10 minutos

No, Alex, no. Las siguientes 24 horas no es lo mismo que 10 minutos. Y 10 personas no es lo mismo que 18, ni que 15.

Tú no eres de Ciencias ¿verdad? Bueno, ni de Letras. Vamos, que  aprobaste la Flauta dulce y para de contar.  Y ya ves, directivo de WhatsApp.

Por lo menos, por lo menos...hasta el Jueves.


Bueno mozos, por si acaso no puedo abrir la puerta del WhatsApp a los 18 unicornios esos y no puedo utilizar el móvil, sus cuento que el próximo 23 de septiembre a las 18 h  en Barcelona (sí, un día grande) estaré en la Casa del Libro del Paseo de Gracia hablando de mi niña (aka "yo he venido aquí a hablar de mi libro").

Las 18 horas.... los 18 diferentes... abrir a las 6 ... ¡Te esperamos, Alex!

Imagen sacada de esta noble página.

viernes, 13 de enero de 2017

Brevérrimo. Mis otras vidas ¡Café!

¡Café! ¡Daría cualquier cosa por un buen café!

De hecho en 1.725 me prometí en matrimonio con cierto pirata solo porque traía de contrabando un magnífico café de Java.

Sin embargo, como no me gusta solo, después me comprometí con un lechero de la zona de Yorkshire, el pirata se enteró y aquello acabó como el rosario de la Aurora.

Y ahí es donde comenzaron las famosas luchas entre corsarios y productores lácteos de las que todos hemos oído hablar.

Para entendernos, me llamaban la Helena de Troya del sector desayuno.


pd. Una serie de aburridísimas excusas me impide actualizar como y cuanto me gustaría y, sobre todo, cumplir con las entradas pendientes. Espero que esta revelación consiga que me disculpéis.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Un año más os advierto

Es cierto, lo reconozco. Os debía y os debo (además de otras muchas cosas, como el respeto que me merecen sus señorías) la segunda parte del "Disfracismo Ilustrado", pero es que es perentorio (¡toma ya, perentorio!) que os alerte de un tema muy inquietante: la escalada sin precedentes de invasiones que sufren en estas fechas azoteas y terrazas de todo el país.

¿No os lo creéis? Pues yo no paro de verlo, cada vez que enciendo la televisión, ahí están, jóvenes ocupando las terrazas ajenas.

Claro que en algo os he mentido porque he dicho que "no tiene precedentes" y no hay año que no ocurra. Lo que sí es verdad, es que es muy preocupante.

Si tenéis una azotea, o una terraza bien hermosa, cerradlas bien que en cuánto os descuidéis se os llenará de gente con aspecto desnutrido.

Sí, sí, aspecto muy desnutrido, pero que no os den pena, que comen de todo, lo que pasa es que están así por la genética, o por  su metabolismo. (¿O es porque duermen ocho horas?).

Allanadores azoteriles. La plataforma de la chica con falda verde ¿No es más gruesa que su pantorrilla?

Fijaos bien que dicen "Mi metabolismo" así, recalcando que tienen uno propio, y los demás nos tenemos que conformar con cualquier cosa.

Porque los metabolismos son como las piscinas. Hay quién dice "mi piscina" y se refiere a la suya, la particular, la que cuando llueve se moja, como las demás (y por eso se tienen que comprar una lona). 

Otros, cuando dicen "mi piscina" se refieren a la de su urbanización, esa que comparten con unos niños que siempre se están tirando a bomba y con unas señoras sentadas a la sombra. Oye, que si no hay señoras de esas, la piscina pierde mucha categoría y tiene que hacer una reunión de urgencia la Comunidad de Propietarios y contratar unas.

Así que normalmente las instala ahí el socorrista cuando pone el cloro por las mañanas, y no os creáis, salen por un pastón, por eso hay que pagarlo entre todos los vecinos. 

Los niños que se tiran a bomba, no. Esos salen gratis, porque simplemente brotan cuando se construye una piscina, como el verdín de los azulejos.

También hay algunos, digamos optimistas, que dicen lo de "mi piscina" y en realidad quieren (o quizá no quieren) decir "mi piscina ... municipal"; piscina que se diferencia de la de la urbanización en que a las señoras esas las instala por las mañanas un empleado de la Junta del Distrito y las pagamos todos con nuestros impuestos. 


Pues sí, los salteadores de azoteas tienen su metabolismo, el suyo y el de nadie más. Y otros nos tenemos que conformar con un cuarto o un quinto de metabolismo. Con un metabolismo multipropiedad, vaya. Y todos sabemos la mala publicidad que tiene la multipropiedad.

Yo, en concreto,  comparto el mío con un señor de Zamora, una señora de León y dos chavales de 4º de la ESO del Instituto "Gabriel y Galán" de Móstoles El Soto. Y así me va.

Algunas de las chicas incluso cuando acaban de dar a luz ya están así de metabólicas, pero es porque se pasan el día corriendo detrás de su hijo.

Inquietante como poco, porque no hay niño recién nacido que corra, ande o ni siquiera gatee. Pero quién sabe a lo mejor los niños con su metabolismo, nacen así.

Aunque para inquietante es cómo estará la niñera que es la que se lo cuida.
Jugándose la vida en el andamio

Pero volviendo al grave asunto que nos ocupa (que nos ocupa las terrazas), el que tenga acceso a un azotea, que no se sorprenda si en las próximas semana se encuentra a una metabólica pareja mirando al infinito. 

Muy especialmente surgen al amanecer. Sí, al amanecer, como los cangrejos.

Que por cierto, a las 6 de la mañana en una azotea, debe hacer una rasca...

¿Y por qué? Pues los cangrejos, no sé pero los metabólicos es que... Primero una cosa, vosotros ¿Sois mucho de ir a azoteas, sobre todo si son de otras personas? 

El antenista que no conteste, por favor. Porque yo, la verdad, como que no. Y eso ¿Por qué? Pues porque no molo nada, está claro. 

Porque si fuera una chica alta, de rubia melena (y con metabolismo) que no para de reírse todo (pero todo) el rato cuando sale con su chico, y se pasan toda la noche (pero toda) bailando y riendo, y amanece mientras siguen riéndose....entonces acabaríamos la noche, sin duda, en una azotea de esas.

La acabaríamos así, y la empezaríamos llamando a nuestro camello de confianza, sospecho.
 Giselle Bünchen suplicando que le dejen entrar en una fiesta descolorida

Al parecer el país está llenito de esas fiestas. Que alguno pensará que también ha ido a fiestas, y que sin ir más lejos, ya tiene las entradas para una mega fiesta de Nochevieja en Móstoles El Soto (saluda a mis co-metabólicos, por favor). 

Pero no quiero decepcionaros, igual que hay metabolismos de primera, de segunda y hasta de quinta regional, una cosa es una fiesta normalita, con sus chicas haciendo cola en el baño y sus luchas a muerte para intentar que te sirvan una copa en una barra atestada (que es lo que irónicamente se llama "barra libre").

Y otra cosas son las fiestas que acaban en terraza. Y se las distingue fácilmente, no por nada de lo que he dicho, sino porque son en blanco y negro. Sí, sí, sí, en blanco y negro. 

Bueno vaaale, algunas no son estrictamente en blanco y negro, pero cuesta distinguir más de tres colores desvaídos. ¿Cómo explicarlo? ¿Alguna vez habéis visto alguna película de Carmen Sevilla y Luis Mariano

Nota: quiero pedir disculpas a los que haya hecho escuchar lo de "en esta corte franceeeesa, eres más que gitana princeeeesa".
Llevándose el ligue a la azotea al amanecer. Lo típico, vaya.

Bueno, yo ya os he advertido, aunque ya lo habréis visto vosotros, que está la televisión plagadita de documentales de esos que nos muestran las extrañas costumbres de estos  juerguistas allanadores de azoteas. 

Si hasta interrumpen los programas y las películas para que los veamos, una y otra vez.

¿Cómo? ¿Que son anuncios?

¡Hombre por favor! ¿Cómo van a ser anuncios? ¿Y qué promocionan? ¿Cerrojos para terrazas?

Y ahora me diréis que el evento ese de las chicas con las alitas es para vender bragas y no para que Leonardo diCaprio escoja el recambio de su rubia de turno. 

Y que ese chico que sale sin camisa, que entra en un estadio y hace así con los brazos hacia atrás y ¡zas! se le van los rivales a tomar viento, es un anuncio de perfume. ¡Venga hombre, por favor!
El míster le ha dicho que haga así(n)con los brazos...

No me querréis hacer creer que hay alguien que está viendo eso en su casa y ve que le dan al muchacho ese una copa deportiva (sin hacer absolutamente nada) y dice:

- Cariño ¿Tu hermano es muy deportista, no?
- Ni para atarse los zapatos.
- Peroo... ¿Juega a la Liga Fantástica, verdad? Porque entonces ya tengo regalo para él.

Por cierto, un aviso al chico ese del gesto torcido: no te están esperando cinco mujeres ¡Es que te has equivocado de vestuario!

Claro que a lo mejor no os importa que os invadan la azotea, porque así conocéis a algún famoso vestido con traje de noche. Que en estas fechas se ven muchos. Observad sin ir más lejos, este impactante documento gráfico firmado al parecer por el fantasma de Scorsese. 

Va de que Scarlett Johanson y Mathew McConaughey (he tenido que copiarlo) se visten como para ir a una fiesta de gala (aunque él lleva el cuello de la camisa flojo, que para eso es un tío guay); pero a ¿Dónde van? Pues a dónde van a ir dos guapos y ricos que van vestidos de gala ¡A una azotea! 

¿Que cómo acaba? Pues nada, que se no se dicen absolutamente nada más que dos pamemas (a mí tampoco me parecían estos chicos de mucha conversación, la verdad) y al final él pregunta:

- ¿Para esto querías que viniera desde Sebastopol y que rodara con Martin Scorsese?

¿Absurdo? ¿Ridículo? ¿Pretencioso? Pues claro, pero aún así me ha dejado mejor sabor de boca que "El Lobo de Wall Street".

Aunque al parecer "mantienen una conversación épica"  que no te digo yo que no, porque El Cid y Doña Jimena era mucho de charlar en azoteas. Eso lo sabe todo el mundo.

- Oye Rodrigo, que digo yo que qué va a ser de nuestras hijas, con ese padre que anda siempre por ahí perdido...
- Tranquila, mujer, que ya les encontraremos unos buenos maridos.

Así que lo dicho, que lo mismo no os importa dejar la terraza descuidada por ver a estos dos mozos cuando subáis a tender, y así podréis decir, si no por mitomanía, por utilidad:

- Mathew Maco... ¿Mathew Maculeyculkin?...  ¡Scarlett Johansson ! ¿Me ayudas a doblar las sábanas?

Bueno chicos, pues ya que os he advertido ya solo me queda desearos una
MUY FELIZ NAVIDAD

Y un
¡¡¡¡AÚN MÁS FELIZ AÑO NUEVO!!!


Ah, eso y adjuntaros la foto más navideña que existe:

Documento gráfico navideño de valor incalculable

¿Qué pasa, no os parece navideña? Pues es mi portal, así que ea, ya tenéis una foto real del Portal de Belén.

Que a otros les invadirán las terrazas en estas fechas, pero a mí todos los años se me llena el portal de casa de:

- Estrellas,
- Sol
- Y luna,
- La Virgen
- Y San José
- Y el niño que está en la cuna.

¡Que no veáis lo que ocupan, caramba!




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