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lunes, 9 de enero de 2012

Ni la Armada Invencible

Ni la Armada Invencible tuvo que luchar contra tantos elementos (incluido el poco tino que tuvo el fulano que le puso el nombre), como yo a la hora de actualizar este blog.

Los elementos ya no es que se alíen contra mí, es que han creado una liga y juegan los domingos por la mañana, y solo para impedirme publicar mis magníficas entradas que traen sonrisas a los niños del mundo, por que

¿Qué hay mejor que regalarle una sonrisa a un niño?

Pues el barco pirata de los clicks te dirá un niño, sobre todo si es un niño de mi edad. La PSP supongo que te dirá uno un poquito más de este milenio. Digo yo.

Que hace muchos siglos que yo fui niña, pero vamos, que si los Reyes me llegan a regalar una sonrisa me desengaño de la monarquía con más saña que Peñafiel.

Qué bien este hombre ¿eh?. Es el comodín perfecto para hacer chistes sobre reyes y sobre ex presentadoras de televisión con regímenes excesivamente estrictos con los hidratos.

Pues eso, que soy más desgraciada que la cerillera (ese cuento tan recomendado en el teléfono de la esperanza) y no me queda más que recordar cuales eran mis planes para dominar el mundo aquí y aquí.

O me alucinaré un poquito pensando en que cualquier tiempo pasado fue mejor y "antes" había más educación y la música era mejor y no este chunda-chunda.

Por cierto que a quién piense eso le recomiendo que vea un especial de nochevieja o aún mejor, que busque en algún tubo que encuentre por la calle, abandonado de alguna obra, "José Luis y su guitarra" y no sé qué que le pasó en sus vacaciones en Gibraltar, que le gustó mucho al señor.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Más refritos desde ultratumba

Consigo emerger desde las galeras donde he sido condenada a remar día y noche, Fiesta de la Constitución incluida ¡Con lo de la constitución que soy!.

Lo malo no es remar, no, no.

Ni el rancho, y eso que me hace desear que me inviten a comer a cualquier sitio.

Ni siquiera los monstruos marinos que nos atacan en días alternos, que digo yo, señor cocinero, que con tanta abundancia de materias primas, ya podrían aprender a hacer el pulpo como Dios manda.

Oye, que de verdad, qué cansinos los cefalópodos, eh? Que ya la podrían coger con alguna otra embarcación, no sé, a ver que se me ocurra un barco... el Bribón, por ejemplo.

Pues nada, siempre con nosotros, y cada dos por tres se oye:

- ¡Todos a sus puestos! ¡Zafarrancho calamar!

Así que nada, me toca ponerme la espada esa curvada en la boca, y a lanzarme en liana.

Que no sabéis lo difícil que es conservar el equilibrio en una liana, sobre todo cuando te lanzas desde un barco, que está en movimiento y encima estás preguntándote si no había un sitio mejor para llevar la espadita, que hombre por Dios, si a mí me salen boqueras con nada.


Pues eso no es lo peor, que conste.

No, lo realmente malo es el ritmillo ese que como no han encontrado a un tío forzudo que toque el tambor, nos pusieron a uno que tocaba en el acordeón "Bésame mucho" y "Qué tiempo más feliz", que todo el mundo sabe que es lo único que se puede tocar en una acordeón.

La semana pasada, un motín capitaneado por mí misma, acabó con la misteriosa caída del acordeonista por estribor.

Y ahora, tenemos a un tío con interpreta a la ocarina "Yesterday". Quiero morir.

Lo único que me salva es que, esto que no salga de aquí ¿eh?, hay un chico que me gusta. Ji, ji, ji.

No sé mucho de él, pero debe ser extranjero porque se llama Ben.

Yo creo que también le gustaré, porque quizá alguno no lo sepa aún, pero yo, soy muy bella.

Pues sí, me gusta, no voy a negarlo, de hecho tengo una teoría al respecto.

Si tú dudas sobre tu orientación sexual, lo que tienes que hacer es ver Ben Hur, y si cuando sale Charlton Heston remando en el barco ese, donde la ropa se le ha roto estratégicamente, dices:

- ¡Cómo nos hemos puesto en las galeras!

Y eres chica, eres hetero, y si eres chico, pues no lo eres.

Si no lo dices, pues no se demuestra absolutamente nada.

En ese caso, hay una prueba que es realmente infalible y lo que tienes que hacer es... ah, oh, glups, lo siento... una ola... socorro.... glu-glu-glu.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Selebreison

Aviso a la población reclusa:

Amigos, hoy es un día de celebración y jacaranda porque hemos alcanzado la redonda cifra de (redoble de flautas dulces, por favor)

¡¡Doscientas una entradas!!!

Así que para celebrarlo por todo lo alto, el equipo creativo de este este blog (el teclado y yo) vamos a invitaros a algo.

Venga, teclado, sácate algo, no el Ctrl, no hombre: Vamos a sacar unas rosquillas muy ricas que mi tía insiste en traerme del pueblo, son de argamasa y azúcar blanquilla, dice siempre que me las da:

- Como a ti te gusta el dulce...

Y me mira con carita de pena, como diciendo "Desde luego hija, vaya porquerías que coméis los que os gusta el dulce".

Y es que es hora ya de denunciar esta situación: Tradicionalmente en España se ha odiado mucho a los golosos.

Es la única explicación de que desde tan variados rincones de nuestra geografía patria, se hayan lanzado tantos atentados contra nuestro paladar, nuestra dentadura y por supuesto, nuestro nivel de hidratación.

Y si no tuviéramos bastante con todo ese amplio muestrario de pastas que hacen bola, caramelos más resistentes que la caja de negra de los aviones y el turrón "duro" (al que por lo menos, hay que reconocer su sinceridad), aún nos quedaba lo peor: La fruta escarchada.

Venga, saco las pastas, y si la cosa se alarga, puedo comprobar si aún queda contenido líquido de una botella negra que tiene la forma de cabeza humana, y que robé del botellero paterno, donde llevaba abierta desde el último especial de nochevieja de Martes y Trece.

¿Os parece cutre? Pues os habéis librado de una lata de banderillas que me regaló alguien (que pretendía que no le volviera a invitar a mi casa jamás), porque las he visto escabulléndose hace un rato.

Si nada de esto os place, aún me quedan unos ricos refritos con los que amenizar la velada. Venga, que peor sería que os obligara a bailar la raspa todos en fila.

Os presento pues, “lo de" cuando fui testigo de que la atención al público es muy sufridita, cuando fui a renovarme el pasaporte, el pasaporte anterior al que tengo ahora, que no sé ni si había abierto la botella de pisco.

Alguno habrá que sea relativamente nuevo en este blog (hay gente para todo) y al que le sorprenda saber que fui guionista de televisión y que me robaron ideas que magníficas series, como esta tan glamurosa

Y esta es para auténticos históricos ¿Cuántos sabíais que soy la víctima de un complot criminal de extrañas ramificaciones?

Bueno chicos, que sí, que últimamente no puedo actualizar el blog, pido disculpas humildemente y el que no se conforme con eso, que recuerde que aún me queda mazapán de la primera cesta de navidad que me dieron en mi vida.



viernes, 20 de agosto de 2010

Más refrito veraniego

Pues sí, amigos, aquí os dejo otra entrada histórica, que previamente fue correo con el que castigaba a amigos que misteriosamente cambiaban de dirección.

Espero que os guste, yo la acabo de leer y creo que me quedó apañada.

Se llama "Pero qué me pasa en los ojos". O no, no sé.

Yo mientras, sigo esforzándome en ser una escritora de verdad, porque antes parecía que escribía, pero no. Después, por la noche, las palabras huían del papel y por la mañana yo las buscaba desesperada mientras ellas se tomaban un café con porras en el bar de la esquina.

Eso de "escribir de verdad" me recuerda a que un compañero (gran ingeniero y mejor persona) que tenía hace muchos años, acostumbrado a las impresoras matriciales, la primera vez que vio el resultado de una impresora láser dijo

- Anda, si parece impreso.

Lo cual fue un alivio porque por fin se imprimían los caracteres al papel, no como antes, que ponías la hoja boca abajo, y se caían todas las letras y venga a buscar la gente las aes y las comillas. Era muy duro trabajar en aquella época en las oficinas.

Por eso triunfaron ese tipo de impresoras, todo el mundo lo sabe.

viernes, 13 de agosto de 2010

Más Baúl de los Recuerdos

Por si algún queda algún rezagado vacacional, he remozado un poquito una entrada antigua y os la presento aquí, bien peinada y recién duchada, con sus calcetinitos blancos y todo.


Es una ocasión única (o casi), no tiene comentarios, está ahí, esperándote para que tú seas el primero en comentar y deje de ser como el calor.

lunes, 9 de agosto de 2010

Disculpas y un detallito

Pido las más humildes disculpas (ahora me imagino a un tío diciendo "Póngame a los pies de su señora"), por no actulizar convenientemente el blog.

Pero tengo buenos motivos, lo prometo, y es que en mi afán sin límite para mejorar el blog día a día (lo reconozco, quizá cada 20 días), me hallo sumergida en el magnífico curso de escritura creativa que forma parte del magnífico premio (de ya sabéis qué) concedido por la magnífica Escuela de Escritores y que conseguí gracias a mi magnífico público.

Y es que una persona que es capaz de decir "magnífico" tantas veces en una frase, necesita un curso de escritura, más que nadie. Es una causa social, si me apuras.

Por si alguien necesita con urgencia terapia, tengo a mi disposición el recurso más viejo del mundo: El refrito veraniego.

Vale, será viejo, para hasta que no me lo dijo una (sí, lo habéis adivinado) magnífica bloguera, no se me ocurrió.

Lo llamaremos "El rincón del revival" o lo que es lo mismo, alguna entradita que pasó desapercibida en tiempos.

Esta en concreto es de mis favoritas, pero yo era joven, todavía no tenía agente (de la condicional) y está triste y sola.

Hacedla caso, que es de confianza y buena chica, y si os faltan las joyas de la abuela, no ha sido ella:

Se llama El Hospital.


Eso sí, contestaré comentarios y si os gusta, buscaré algo más en el baúl de los recuerdos (uh-uh-uh)