sábado, 27 de junio de 2015

Presentación en Sociedad de la muy noble Miss Edwina Locke

Amigos míos, prestadme atención, os lo imploro, he de comunicaros varias magníficas noticias:

1) Aún os podéis apuntar al sorteo de los dos ejemplares de "Las pequeñas mentiras", merecido premio La Trama de novela negra y obra de una lectora del blog, Laura Balagué.

2) Aún os podéis apuntar al Club de Lectura de Edwina, que comienza el lunes 29 de junio (si os apuntáis más tarde, tranquilos, que no se lo diré a nadie) y de paso, apuntaros al sorteo de dos ejemplare de "Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre" (Edwina para los amigos), merecido... ¿libro? y obra de la autora de este blog, servidora de Dios y usted.

3) Ya somos 90 miembros en el Club de Lectura, noventa, ninety, quatre-vingt-dix ...
Quatre
Vingt
Dix
Hay quién dice que los franceses fueron invadidos durante la Segunda Guerra Mundial porque sus comunicaciones militares por radio no eran muy ágiles cuando se trataba de explicar posiciones, batallones y otros datos numéricos.

Falacias y más falacias.

4) Que por fin, nuestra querida Edwina ¡hará su presentación en sociedad!
Y lo hará por todo lo alto: el próximo viernes 3 de julio a las 19 horas en La Casa del Libro de la Gran Vía de Madrid.

Sé que ha tardado un poquito, pero es que organizar una puesta de largo de una señorita tan importante no es fácil, no os creáis.

Así que el que esté en Madrid, el viernes que viene, que no lo dude y venga a La Casa del Libro a conocernos a Edwina, a servidora y a un gran número (o eso espero) de nobles damas y caballeros que ahí se darán cita.

¡No faltarán los sándwiches de pepino!

¡Bueno vale, sí que faltarán!

Y como primicia a todos mis lectores (los tres) os puedo decir ya cómo será la presentación en sociedad de Edwina. Sí, sí, yo lo sé ya, sin esperarme al viernes, ni nada

En realidad algunos os acordaréis porque lo conté hace tiempo y después, el viento se lo llevó, pero ahora, como una primicia (repetida) mundial, os ofrezco la primera carta de Edwina (de Edwina-Edwina, no de "la otra") en la que cuenta cómo fue (irá?) su presentación en sociedad.
Mi querida amiga,

¡Por fin se ha producido mi presentación en sociedad! Tengo que contarte todos los detalles porque esta es, sin duda, una de las ocasiones más memorables en la vida de una jovencita. A mí, por lo menos, se me han hecho eternos estos dieciséis años hasta que ha llegado.

Los preparativos para mi gran noche comenzaron horas antes, cuando todo un ejército de criadas y familiares femeninos vinieron a resaltar mi belleza natural por medio de todos los afeites, lazos y postizos habidos y por haber. Al principio me resultó incluso divertido. Tres horas más tarde, algo menos. 

El pelo me tiraba horriblemente del moño que me hicieron y además la joven segunda doncella que me hizo los bucles me quemó tres veces la oreja izquierda. Lo último que pude oír por ese lado fue a mi tía diciendo “Mary, guarde los pendientes de la abuela, que creo que no van a hacer falta.” 

Cuando por fin llegó el momento, hice mi entrada triunfal bajando la escalinata con majestuoso porte, setenta horas de trabajo de fina pasamanería encima y sorda de un oído para toda la vida. 

A mi paso (o eso me pareció) se oyó un oooooh de admiración, bueno quizá el oooooh no era de admiración, sino porque parecía una lámpara de araña.

¡Qué noche, querida! ¡Qué noche! No paré de bailar en toda la velada, ora con un conde, ora con un duque, ora con un señor que no tengo ni idea de quién era pero con el que me cruzaba cada dos por tres.

Y todos aquellos jóvenes se interesaban muchísimo por mí y no paraban de hacerme sutiles preguntas como “¿Cuántas libras anuales diría que consideran sus tíos que es lo adecuado para dotar a una jovencita tan encantadora como usted? Así, por hablar de algo.”, “Esos pendientes de diamantes ¿Son suyos?. Por lo menos el de la única oreja que le queda.”

De todos mis pretendientes que ese día surgieron, Freddy Ploverhead es sin duda el más incapaz y, por lo tanto, mi favorito.

Cada vez que mi tío y tutor, Lord Worthington, veía que le prometía los siguientes dos bailes, se lo llevaban los demonios. A mi tío, se lo llevaban los demonios y a mi tía, sus compañeros de partida. 
Que a ella su familia le preocupa como al que más, pero siempre dice que cuando juega al whist, le importa más un séptimo punto que una sobrina primera y que un segundo marido. 

Pero mi tío no ha olvidado a Freddy, y desde aquella noche nos ameniza todas las comidas negándose en redondo a permitir mi boda con semejante botarate. Lo sé porque con el bastón que le regalamos las últimas navidades se dedica a dar golpes contra la mesa (de fino repujado continental) mientras grita:

- No te casarás con ese bo-ta-ra-te. 

¡Ay, cómo voy a echarlo de menos el día que me case y deje esta humilde mansión de quince habitaciones que es mi hogar! 

En esas ocasiones yo me levanto de la mesa, me llevo un pañuelito a la cara con mucha afectación, estiro el brazo izquierdo todo lo que puedo para disimular que me sale chepa con los vestidos que me cosió la segunda doncella (que a este paso, no llega a primera, eso si llega al verano), y llorando digo:  “Pues me mataré.”

O "me meteré en un convento", o cualquier otra pamema que se me ocurra en ese momento, y abandono el comedor con grandes suspiros. Intentando siempre que estos arranques de dignidad herida coincidan con el día que la cocinera, Mrs McGalaway, prepara su pudding de morro relleno de riñones.

Tuya por siempre, o hasta que tenga un marido del que ocuparme,
 Edwina 



lunes, 22 de junio de 2015

Más sorteos, más club, más "de tó"

Mientras os apuntáis al Sorteo de Las Pequeñas Mentiras de Laura Balagué os recuerdo que queda una semana para apuntarse al Club de Lectura de Confesiones de una Heredera con Demasiado Tiempo Libre.

Así que para celebrar tan magno acontecimiento, creo que por fin ha llegado el momento.

Sí, ya va siendo hora, voy a ¡¡¡Sacar la Sidra el Gaitero!!

Bueno, y por fin regalar mi libro, que ya iba siendo hora.

Así que entre los que se apunten habrá un sorteo de dos ejemplares.

Además, se darán puntos por
+2 puntos por anunciarlo en facebook
+2 puntos por anunciarlo en twitter

Sus dejo que me voy de vacaciones, por eso no podré contestar comentarios, etc... pero ya veremos los apuntados al club y ¡¡Sacaremos la sidra...vale, jo, ya lo dejo

Fecha límite de participación: Sábado 4 de julio

miércoles, 17 de junio de 2015

Regalitos y una invitación

"Harry se despertó con ese pertinaz martilleo en las sienes que sentía últimamente por las mañanas. 

O a las cinco de la tarde, como ahora.

La visión borrosa de las botellas de bourbon vacías que aparecían desperdigadas por el suelo de su apartamento, le dio la explicación. (Se nota que este tipo es detective, vamos bien)

Se incorporó a duras penas y se dirigió a la nevera de su apartamento, donde solo encontró tres cervezas y medio envase de comida china comprada -hace más tiempo del que podía recordar- en el restaurante de Madame Cho, el establecimiento más sórdido de todo Chinatown. 

En realidad, a dos manzanas de su casa había un restaurante asiático mucho más barato, con mejor comida y que cumplía escrupulosamente con todas las normativas de sanidad, pero dejó de ir al comprobar que no disponía de ningún callejón trasero en el que le pudieran abordar un grupo de mafiosos chinos con aviesas intenciones.

Se bebió una de las cervezas de dos tragos y encendió un cigarrillo. El desayuno de los campeones. (Irónica, muy bien María del Carmen, el Cosecha Roja es tuyo)

Después entró en el cuarto de baño, el espejo le devolvió la imagen (Ahí te he visto Maripili, eso sí que ha quedado profesional) de un tipo al que a duras penas reconoció: barba de cinco días, rostro macilento y el ojo derecho amoratado e hinchado, tanto que apenas sí podía abrirlo. 

Era la tarjeta de visita que dejaron anoche los matones de Joe El Cangrejo (Nota: ¿¿este no es uno de los malos de Mortadelo y Filemón??)

Recordó a duras penas que después de que los dos ex-boxeadores que le hacían ese tipo de recaditos al Cangrejo le utilizaran como saco de boxeo (Bien traído Maria de la Encarnación, porque como eran boxeadores...) bebió todo el whisky que pudo hasta quedar inconsciente. (Nota: ¿este hombre no debería estar ingresado en la UCI?)

Miró al tipo del espejo a los ojos (bueno, al ojo ¿no?) y se dijo a sí mismo en voz alta:
- Jo, macho, ahora a ver cómo hago que la rubia explosiva de turgentes carnes (hay muchas turgencias en estos libros) se lancé a los brazos de este despojo humano." (Nota: me parece que me he perdido)

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Como veis, parece que que mi primer comienzo de novela negra está encontrándose con algunos escollos en su camino, además de con una colección de tópicos más larga que "El Tiempo" de Televisión Española.

Quizá debería intentar otro estilo pero sin salirme del género. No sé, novela policiaca en plan ... A ver qué os parece esto

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"- Y el asesino es... el mayordomo -exclamó el teniente Simpleness con acento triunfal, al tiempo que señalaba al imperturbable sirviente que aún mantenía la bandeja de los cóctels en las manos con gesto profesional.

- Lamento tener que disentir con usted, mi querido Simpleness, es imposible que fuera Jenkins -le interrumpió Mr Owl con una sonrisa bailándole en los labios.

Ahora que había conseguido la atención de todos, Mr Owl comenzó a limpiar su pipa con mucha ... pachora (Nota: buscar sinónimo de "pachorra" que cuadre en una mansión británica).

- ¿Podría solicitarle que aclare esa afirmación? -le preguntó gentilmente la anfitriona de la mansión, la duquesa de Host.

- Por supuesto -respondió Mr Owl, pero continuó con su labor de limpieza que, por el tiempo que le requería, no se había realizado desde los tiempos en que la reina Victoria aún no se había puesto de largo.

- ¿Y podría solicitarle que lo haga antes de que se enfríe el asado? Porque a mí, tener un cadáver en medio del salón no me inquieta excesivamente, pero detestaría tener que hacer esperar a la cocinera, que ya saben lo difícil que es encontrar buen servicio hoy en día...

Un murmullo de aquiescencia se oyó en la sala. (Nota: buscar si aquiescencia significa lo que creo que significa)

- Sí, sí, si fuera usted tan amable...por favor. -interrumpió Miss Goodgirl la deliciosa sobrina de los duques, una jovencita de mejillas sonrosadas y candor en la mirada que había ido a pasar el fin de semana al campo con sus tíos, y ahora se debatía sobre si debía vestirse para la cena, o no, porque la aparición del cadáver suspendía la etiqueta. 

Algo que lamentaría terriblemente, porque había traído el vestido perfecto para la ocasión, y que un deceso fuera de programa le impidiera lucirlo daría al traste con una planificación de semanas. 


- Venga, amigo, no sea tímido -exclamó Mr Foreinger, el joven y alegre piloto de carreras americano que con su vitalidad y franca mirada se había granjeado la enemistad de todos y cada uno de los invitados en la mansión. 

Excepto de Miss Goodgirl que le llevaba lanzando lánguidas miradas desde el desayuno, sin que el joven americano reaccionara de ninguna manera.

Claro que no contaba con que en el Nuevo Mundo las caídas de ojos de alguien que se enfrenta a un plato de riñones a las ocho de la mañana no se suelen interpretar como inicio de un cortejo, sino como una clara aversión a las vísceras de buena mañana.

- Por favor, Mr Owl ¿Sería tan amable? -preguntó Sir Landowner, el inevitable pariente rico de la familia al que habían invitado al evento con la sana intención de que revisara su testamento si es que no estaban en él, o si ya figuraban, que no los sacara.

Sir Landwoner tenía tanto dinero como poca afición a gastarlo. De hecho su falta de prodigalidad había llegado hasta las palabras, y hacía años que no pronunciaba un solo predicado.

Mr Owl se seguía afanando con la preparación de su pipa.

- Si lo prefiere, puedo ofrecerle uno de mis cigarros puros, son de la mejor calidad y es posible que podamos resolver este acertijo antes de que empiecen a llegar los vecinos para preguntar por qué hemos invitado a un cadáver a pasar la velada -exclamó Mr Host, sin poder evitar un deje de rudeza en su voz porque el fin de semana estaba siendo un gran fracaso social, por no hablar de que le inquietaba la factura del tinte de esa alfombra sobre la que el finado había tenido el mal gusto de caer muerto.

La gente debería saber que no debe morirse en los salones ajenos, y menos aún, poco antes de la cena.

Su esposa susurró un "querido" al tiempo que le lanzaba una mirada recriminatoria, algo muy meritorio teniendo en cuenta que su refinada educación le impedía mover más de un músculo facial a la vez. (Nota: si hay versión en cine, preguntar si Nicole Kidman está libre)

- Por favor, caballero, explíquese -dijo ya con una manifiesta impaciencia el teniente, mientras pasaba el peso de una pierna a la otra, ya que nadie le había invitado todavía a tomar asiento y además comenzaba a sospechar que el mayordomo no le iba a traer ese jerez que le habían ofrecido.

Mr Owl cesó por fin su hercúlea misión de limpieza y miró uno por uno a todos los invitados entre los que no hemos mencionado a la señorita Amapola y a Mr Mandarino, y seguro de contar con su atención explicó lentamente:

- La razón por la que Jenkins no puede ser el culpable es que .... ¡El mayordomo nunca es el asesino!

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Vaya, a lo mejor tengo que trabajar un poco en la trama ¿No? Y es una pena porque por lo demás yo creo que me estaba quedando bien, y además un rato original.

Empiezo a pensar que la novela negra y policiaca no es lo mío, quizá debería dejárselo a los que de verdad lo hacen bien, a gente incluso que haya ganado algún premio, no sé... a algún lector de este blog.

Porque sí, amigos y amigas, una lectora (y comentarista) de este blog es la primera ganadora del Premio de Novela Negra La Trama, nuestra Niu de Mones, alias Laura Balagué (y no al revés).

Y a la flamante ganadora, en cuánto se le apagaron las llamas,  se ofreció a regalar a sus compañeros de dominación mundial (sí, también está en el ajo, guiño conspirador), dos ejemplares de la novela ganadora: "Las pequeñas mentiras".


Yo la he leído y le doy mi aprobación más entusiasta (yupiiiiiii), como podréis ver aquí y no soy la única: novela policíaca española de calidad, sin lugares comunes ni argumentos manidos ni detectives alcohólicos que aún recuerdan a su tercera ex-esposa.

Insisto: a mí una mujer que ha escrito "Carmen se contuvo, no le parecía el momento de pelearse con su cuñado. Eso podía esperar a Nochebuena", se merece todos mis respetos.

Bueno, y como para todos no hay, habrá que hacer un sorteo. Pero sin puntos ni zarandajas, ponéis aquí "Que sí, que me apunto ¿eh?" y ya está, apuntados quedáis.

Aunque claro, si lo anuncias en facebook, twitter, vuestros blogs, o la hoja parroquial de vuestro barrio, os lo agradeceríamos (ambas dos) con la más expresiva de las sonrisas (que no vais a ver, pero bueno).

Yo, por mi parte, espero que con estos presentes y dádivas perdonéis mi inexcusable ausencia en esta vuestra casa

Una cosa ¿si es inexcusable, cómo lo vais a perdonar? Y si es vuestra casa...  ¿qué pinto yo aquí?

Bueno, pues lo dicho, que os recomiendo el libro vivamente (no es peloteo, palabrita), y que si no consigo hacerme perdonar así, lo intentaré invitándoos al club de lectura de Edwina, que va a comenzar próximamente (29 de junio) en el Territorio Lector del feisbuk de Planeta.

¿Veis? Dominamos el .... planeta.... ¿Eh? ...

Vaya, me temo que este chistecillo sí que no hay quién me lo perdone.

Nota: este sábado 20 de junio, en Madrid en la cool librería Tipos Infames, Laura Balagué estará presentando su libro por la tarde. Id en mi nombre (que yo no estoy en Madrid!)

Nota2: El final del sorteo será el sábado 4 de julio (actualización tardía, lo sé)