martes, 29 de marzo de 2011

El por qué de que las bombonas pesen tanto

Amigos, romanos, compatriotas, prestadme vuestros oídos. Como sabréis en nuestra ciudad (Roma) aún perdura un sistema arcaico, obsoleto quizá, pero que es el único recurso energético de algunos pobres plebeyos: El butano.

¿A que es difícil decir la palabra sin pegar gritos? ¡BU-TA-NOOO! Tampoco se puede decir "el butano", como mucho "er'butano", y por supuesto "er butanero", ese Hércules de nuestra mitología patria, cuyas pruebas son muchas pero siempre la misma: Cargar a pulso una bombona de chorrientos litros escaleras arriba y a la vez, ser mito erótico.

Porque sí, la mítica del butanero se basa en dos pilares, a saber:

a) El primero es completamente cierto: Los butaneros de España son los padres ignotos de cientos de niños, y solo el que estén ocupados esparciendo por ahí su semilla, explica porqué los que esperamos simplemente que nos traigan una bombona, no tenemos ningún éxito.

b) El segundo es falso, y una cosa os digo, romanos míos: El que creó el personaje del butanero sexy en las películas para adultos tenía Gas Natural.


Y os preguntaréis cómo es posible que anden engendrando hijos a troche y moche si carecen del más mínimo atractivo, pues porque cuando necesitas que te traigan una bombona urgentemente, estás dispuesto a todo.


Que algunos no estemos dispuestos a vender nuestras carnes morena y aún vivimos en esas viviendas adornadas con bisontes, a lo que se une que el horario de reparto no es compatible con actividad profesional alguna, explica por qué terminas pasándote cualquier día de vacaciones suspirando por tu Ulises apostado/a en la ventana mientras esperas oír ese particular canto de sirenas:


- Plonc-plonc, plonc ¡BUTANOOOOOOOOOOO!

- ¡Aquí, aquí, fornido guerrero de la energía! ¡Ven a mí!


Últimamente ya ni eso se oye, y hay que llamar por teléfono a un número mágico y vivir en un perpétuo vía crucis de súplicas, amenazas, llantos y chantaje sentimental de todo tipo.


Y es que convencer a un repartidor de butano que vaya a tu casa cuando no hay nadie, y por lo tanto nulas posibilidades de recibir una compensación de tipo carnal, es francamente difícil y caemos en promesas y tácticas variadas.

Así a los que no tenemos vecinos o preferiríamos no tenerlos solo nos queda un absurdo ritual consistente en dejar la bombona en el rellano de tu casa, con el importe de debajo (junto a una generosa propina, que no tendremos gas natural, pero sí dos de higos).


Es el ritual "Ratoncito Pérez" y os aseguro que es más verosímil que un ratón mágico venga y te deje un regalo a que te encuentres la bombona llena cuando vuelvas a casa.


En este ir y venir tan energético, durante años me han pasado todo tipo de cosas, y creedme, he aprendido algunas grandes verdades, como que los términos en los que hay que realizarlo son muy estrictos y no deben ser alterados baja ningún concepto.


Un día, hace años, después de emitir los lloros y súplicas reglamentarios por teléfono, antes de irme a trabajar dejé mi bombonita fuera de casa, y encima cucamente sujeto, un monedero negro muy mono que tenía yo, con sus 10 euritos dentro (precio de entonces + propina).

Cuando volví a casa, iba rezando para que se produjera el milagro y estuviera una bombona llena esperándome en el rellano y no un hombre con la barriga asomándole por el mono naranja diciendome:

- Venga chata, que tengo prisa.

Pues no, ni estaba er'butanero, ni el gas, por no estar, no estaba ni el monedero y su billetito de 10 euros.

¿Habría sido el ratoncito Pérez que harto del, a priori, poco lucrativo negocio del tráfico de dientes de leche, ha cambiado de sector profesional?. Me preguntaba yo.

Mi vecina de aquel entonces, era una amable anciana que a menudo, cuando me la cruzaba en la escalera, me saludaba muy cariñosa y siempre acababa la conversación diciendo:

- Ya sabes donde estoy, para lo nesecites
- Gracias, gracias, hasta luego
- Y ya sabes: Para lo que nesecites
- Sí, ya lo sé, de hecho se me ha grabado en mi cerebro de tal manera que nunca más conseguiré decir "necesites" en mi vida.

Por cierto, que no me equivocada, nunca más lo he dicho bien.

En aquellos momentos de pánico, mientras examinaba el escenario del crimen con esa lupa gigante que todos los detectives tenemos en casa, pensé en sus nietecitas, dos niñas pequeñas a las que me imaginaba cayendo por la resbaladiza cuesta de la robo infantil.

Por la que por cierto hemos caído todos, no me digáis que no, yo por ejemplo, una vez robé unos "Bonis" cuando encima, prefiero Tigretón, pero bueno, es el oscuro encanto de la delincuencia.

Subí a casa de la dulce abuelita, con la intención de interrogarla haciéndome la tonta, hablando de cualquier tema, elaborada estrategia que he aprendido de Miss Marple. Así que le hice una bandeja de magdalenas caseras y me presenté después del oficio dominical del pastor O'Flannery (que sí, que volverá Edwina).

Vale no, subí a las bravas y empecé a preguntar con cara de inocentona.

- Estoooooooo, Pepitaaaaaa ¿tú no habrás visto si ha pasado alguien por mi piso, verdad?
- No hija, no. Me contestó con la acostumbrada amabilidad. ¿Por qué?
- Nooo, es que verás, resulta que bla-bla butano bla-bla monedero....
- ¿Un monedero pequeño negro?
- Sí.
- Ah, pues lo tengo yo.

Y se quedó igualmente sonriendo, sin decir nada más, mirándome con cara de "¿Querías algo más o ya me puedo volver a mi casa para regodearme en mis ganancias obtenidas de forma ilícita?".

Bueno, es posible que una persona que dice "nesecitas" a lo mejor no verbalice así sus pensamientos, pero por lo demás.

Yo a continuación, dije:

a) Yo no, por supuesto pero hay quien a eso lo llamaría robar, vecina dilecta.
b) ¡Ladrona, sucia ladrona!
c) Pues lo nesecitaría (probad a a decir nesecitaría tres veces seguidas)
c) No dije nada, miré a cámara para obtener la complicidad del público.



La opción fue la c, más o menos, que tampoco recuerdo mis palabras exactas, pero vamos, que se lo pedí con la misma sonrisa y buen tono, sin hacerla sangre ni nada.

No sé qué más hablamos, pero sí que ella me dijo:

- Es un monedero muy mono.

Vamos, como si te roban el bolso por la calle con el método del tirón y te gritan mientras huyen en la mobilette "Por cierto ¡Qué cucada de bolso!".

- Sí, es un regalo.

Respondí yo a ver si por esas le daba pena y por el valor sentimental me lo daba.


Se puso a rebuscar en un mueble que tenía cerca de la puerta en la que estábamos hablando. La costó un buen rato, vamos, que lo había guardado bien. Por si se lo robaban, supongo.

Me lo entregó por fin y cuando lo abrí vi que estaba vacío. A esto repuse:

a) Yo no, por supuesto pero hay quien a eso lo llamaría robar, vecina dilecta.
b) ¡Ladrona, sucia ladrona!
c) Pues lo nesecitaría (probad a a decir nesecitaría tres veces seguidas)
c) No dije nada, miré a cámara para obtener la complicidad del público.

Una vez más, la opción "c" le pedí el dinero como si fuera la cosa más normal del mundo.

Ella se hizo la longuis
- Y cuánto cuesta ahora la bombona? Ocho eur...
- No me acuerdo, yo tenía 10 euros (ahí ya la sonrisa se me había congelado bastante)

Estuvo otro buen rato buscando el dinero, que al final me dió en monedas, con mucha dificultad, el billete que yo había dejado se lo había pulido estaba bastante claro.

Cuando ya me lo había dado todo y antes de que nos despidiéramos con total cordialidad, todavía la escuché:

- Mujer, no lo dejes ahí fuera que te lo van a quitar.


Que oye, el que avisa no es traidor, diría la buena mujer.


Y esta, amigos romanos, es la explicación de por qué el dinero se deja sin monedero ni nada, debajo de la bombona, porque la mayoría de las ancianas tienen el lumbago fatal y nesecitan agacharse demasiado.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Últimas búsquedas invernales

Bueno amigos, mientras vuelve Edwina (que va a tardar, ya os digo), os dejo unas magníficas búsquedas en gugle que han traído a mi blog al personal con peor ortografía y mayor fijación por los botes sifónicos de la historia.

Insisto, las búsquedas están copiadas tal cual y advierto que si en alguna aparece algún acento, eso es que se les ha escapado.

Ah, he pensado escoger "La Búsqueda del mes", bueno de la tanda. Lo pondré al final de la entrada. A ver si la adivináis.


bajo que régimen se vivia en la epoca que se publico el cuento los tres cerditos

En uno en que la vivienda estaba fatal.


cria cuervos y te sacaran los ojos nunca he entendido ese refran

Gracias por compartirlo con nosotros, de verdad, de hecho estaba pensando en hacer un sondeo a nivel mundial sobre cuánta gente no comprende este refrán. Venga, me apunto otro.


como se llaman las patas de la mosca

Depende. Tú ¿cuánta confianza tienes con esa mosca? ¿Y con sus patas?.


es mi setimo dia de la ia y estoy atacada

No me extraña nada. La ia es lo que tiene, que ataca mucho.


estudio ingles y karate

Qué suerte, hay gente que lo tiene todo en la vida.


google youtube manolo escobar con la cara lavada

Con la cara lavada habrá algún video de Manolo Escobar, eso no lo dudo, pero con el pelo recién lavado y sin laca, será difícil.


la historia psicoanalítica del personaje de scooby doo

No podría explicarla en este modesto blog, por falta de espacio y conocimientos técnicos. El gran danés es lo que tiene: un bagaje psicoanálitico muy complejo.

Sobre todo el de dibujos animados.


vi dios reales de los tres cerditos

¿El dios verdadero es el de los tres cerditos? ¿Y tú lo has visto? Me pregunto si después de todo no era una teocracia.


pitufo ciclotimico

Solo los muy fieles a los pitufos sabemos que fue un personaje central de los primeros cómics, pero después desapareció sin dar explicaciones, como la hija perdida de los Winslow.


quien fue balto lome colon y a que se dedico

Un perro muy famoso que se dedicaba a salvar a mucha gente atravesando Alaska, aunque para eso tuviera que llamar a su hermano para que descubrir antes el continente en el que se encontraba Alaska.


recepcionistas bordes en osakidetza

Mira macho, no he pisado un solo establecimiento de la sanidad pública vasca en ni vida, pero así sin más en vista de mis experiencias en la meseta, me voy a arriesgar: Muchos.

¿He acertado?


voy hacer monitor de una misa y no se en que momento le digo a la gente que se ponga de pie ó que se levante

Tranquilo hombre, si tu duda está entre que la gente se ponga de pie o se levante, no te preocupes demasiado que no se va a dar cuenta nadie.

Vamos, ni Dios.

(lo siento, no he podido evitarlo, espero que los tres cerditos no se lo tomen a mal)


que significa tener un gato sordo

¿Que no oye?


puede el vecino querer cambiar toda la fontaneria de su baño pr el vecino de abajo

Y tanto que puede querer, que hay vecinos con mucho morro, hijo. A mi uno me quiso robar el buzón.

Y lo consiguió.


siento cosas estrañas por mi enemiga

¿Tu enemiga es la ortografía?


fotos pozos sifonicos

¿Ligeritos de ropa?


algun test que me diga que personalidad tengo

¿Ingenuo?


ayudas teatro 2011 españa

¡Ingenuo!


busquedas mas absurdas de google

Por fin alguien que llega al sitio que estaba buscando






Pues mi búsqueda favorita ha sido sin duda la del que no sabe si es monitor de spinning o de misa de once. Esta, esta, esta la consulta que se lleva la palma esta vez (sobre todo el domingo de ramos)

martes, 15 de marzo de 2011

Querida Edwina

Hola jóvenes y bellos amigos, esto lo empecé a escribir hace algún tiempo a raíz de una búsqueda que me recordaba a la enésima película/serie basada en cualquier cosa que hiciera Jane Austen: Un cuento, una novela, la receta del pudding de lengua y pasas...

Desgraciadamente me he quedado en una página y media (y tres párrafos más que no adjunto porque no vienen a cuento). Decidme si sigo o no, si os place vivamente o mortecinamente, si merece la pena que emprenda la senda de la parodia (y el plagio más descarado) o paso de todo.

Se admiten ideas respecto al devenir de la historia, porque reconozco que no se me ocurre nada (iba a decir "qué merezca la pena", pero vamos, que no, que nada), pero advierto: Soy una copiota asquerosa y robaré cualquier idea sin empacho ninguno.

Imaginad pues una mansión en medio de la campiña inglesa, el joven siglo XIX da sus primeros pasos y una muchacha escribe una carta sentada frente a la ventana, en la que cree vislumbrar su futuro y al lechero aguando su mercancía:


Querida Edwina,

Los últimos días del invierno languidecen aquí, en Pasley Manors , tal y como languidezco yo.

No tengo mucha idea de lo que significa "languidecer", pero espero que sea "estar aburrido hasta el límite" porque es lo que me pasa exactamente a mí.

Así que cuento los días para que comience la temporada social de Langfalls Upon Avon y pueda acudir a bailes y por fin, cazar marido. Mi madre dice que no debo emplear esas expresiones pero a ti te lo puedo confesar, estimadísima amiga:

Mi situación es desesperada ya que este año cumpliré los 19 y todavía no he recibido ninguna oferta de matrimonio digna de mención. Encontrándome como me encuentro (además de en este saloncito tan cuco) a punto de ser oficialmente una solterona, me pregunto si no acabaré las dos décadas de vida que, siendo optimistas me quedan, en un convento, en vez de morir en mi tercer parto múltiple, antes de cumplir los 25, tal y como soñamos todas las jovencitas.

Sería un drama que no me casara precisamente yo, que como sabes deseaba fervientemente tener muchos hijos para seguidamente dárselos a la nodriza, para no volver a verlos en la vida.

Que de la nodriza pasen a la niñera, de la niñera a la institutriz, de la institutriz al internado, del colegio a la universidad, y de ahí a donde les de la gana, porque ni creo que entonces ni esté viva, ni que me importen lo más mínimo esas criaturas a las que no habré visto en la vida.

Eso me recuerda que la semana pasada mi hermano pequeño Vincent volvió del internado junto a un amigo, para pasar las vacaciones.

Esto nos llena de sentimientos ambiguos al recordar aquellas otras vacaciones en que hermanito volvió a casa, acompañado una vez más de un colega de estudios.

Fue muy emotivo: Mi madre, le abrazó emocionada y colmó de atenciones, mi padre le consideró mayor para confiarle la combinación de la caja fuerte .... Tardamos dos días en darnos cuenta de que estábamos abriendo nuestro corazón a un tal Thomas, el amigo que había venido a acompañarle.

Algo muy normal teniendo en cuenta que mi hermano lleva en internados diversos desde los 7 años y que la verdad, estos escolares son exactamente iguales con esos uniformes. El compañero tampoco se percató porque tampoco visitaba a su familia desde las Navidades de hacía 3 años, que tampoco tenía muy claro si realmente las pasó en su casa o en la de algún otro compañero de estudios

Este año, teniendo fresca en nuestra memoria aquella embarazosa situación, aunque no así la cara de mi hermano menor, desde que han llegado nos hemos zafado esperando a que alguno de los dos llamase al otro, y el que no se llamaba Vincent, pues no era. Pero hemos descubierto con horror que los dos se llaman igual y en consecuencia, no sabemos qué hacer.

Así que, por precaución, les tratamos exactamente igual y mi padre ya les ha dado una paliza a ambos, sin motivo ni justificación de ninguna clase. Después de lo cual tanto uno como a otro han declarado sentirse como en casa. Sea la que sea.


lunes, 7 de marzo de 2011

Ayudas al teatro en España (y II)

Tipo Cinco: Los entremeses

Hará un par de años vi a la gran Lola Herrera actuando en "Seis lecciones de baile en seis semanas", junto a Juanjo Artero.

La obra se divide seis escenas en las que se nos cuentan más o menos, las clases de baile del título, entre medias de estas, mientras los actores se cambian de vestuario, se proyectan imágenes de los personajes bailando el estilo al que se refiere la clase que acabamos de ver: Tango, vals... mientras se oye una música ad-hoc. La música suena muy alta, supongo que para indicar que no se trata del final de la obra, ni de un intermedio.

Bueno, eso lo supuse yo, una amiga con la que iba, y cuatro más, porque los numerosos "voluntarios" que habían acudido, pensaron que quizá nos íbamos a aburrir en esos minutos, hablaban mucho y muy, muy alto, porque vamos a ver ¿Qué querían que hicieran si ponían la música tan alta? ¿Cómo íbamos a oírles si no gritaban?

Tipo Seis: La admiradora nada secreta

Pero ese mismo día la que se lució fue una señora, que por lo menos tiene a su favor, que es muy positiva. Se ve que le han dicho que lo bueno hay que decirlo siempre y ella se lo ha tomado al pie de la letra.

En una escena, irrumpe el personaje interpretado por Juanjo Artero en el escenario, los actores están en silencio, y el público (por una vez) también, y se oye gritar a una mujer de edad avanzada, pero voz no mermada por el tiempo, alto y claro:

- ¡GUAPO!

Hacia el final, y para no ser menos, volvimos a escuchar un:

- GUAPA

A grito pelado, que digo yo que iría dirigido a la actriz protagonista, pero vamos, que para mí que era por disimular porque el que la gustaba era el muchacho al que le volvió a gritar su característico, ¡GUAPO! (entusiasta: mucho, creativa: poco ) en medio de un diálogo de una escena muy dramática. Pero bueno, si a ella le surgió del alma, pues que se interrumpa el dramatismo y lo que haga falta.

Pues no hace ni dos meses, no contenta con eso, llamé a esta buena señora, la que ve a la gente con buenos ojos, para que me volviera a acompañar, porque mira, la echaba de menos y le dije, venga, vente. ¿Qué quieres ver? Como es una clásica nos volvimos a decantar por una veterana de la escena, ahora Concha Velasco, acompañada de un chico joven, en este caso, casi un adolescente en "La vida frente a sí".

Para poder seguir con la farsa en la que se ha convertido mi vida, nos sentamos cada una en una zona diferente del teatro, ella en el patio de butacas, yo en el segundo piso.

Aunque os aseguro que la oí perfectamente.

Durante un tiempo se estuvo más o menos en silencio, pero cuando ya estábamos aplaudiendo y los actores saludan, la protagonista hace un gesto al público para que la dejan hablar (hija Concha, a ver si aprendo yo ese gesto) y explica que quiere pedir un aplauso especial para el jovencísimo actor que la acompañaba, que era sustituto del intérprete habitual.

El mozalbete, colorado y emocionado de ver como una gran dama de la escena le felicita en público, a lo mejor recuerda ese momento toda su vida profesional, sobre todo por ese bonito, a la par que cañí colofón de la buena mujer aquella gritando:


- ¡Y ES MUY GUAPO!

- ¿Verdad que sí? Le respondió la actriz y continuó: Y es que yo creo que cuando se encuentra un nuevo talento hay que reconocerlo y..

- PUES CLARO QUE SÍ

Y aquí pido disculpas pues debería haber dicho “e intentó continuar”. Y es que estos voluntarios, si tienen que cortar a Concha Velasco que está hablando, pues la cortan, qué pasa.

Que yo creo que la mujer pensaba "Hombre, Conchita, si la conozco yo desde Las Chicas de la Cruz Roja”, y claro, donde hay confianza, ya se sabe.

Y es que a lo mejor, a lo mejor, a lo mejor, va a resultar que más que buenos samaritanos, es que a todos nos consideran amigos. Y piensan que si hubiera más gente a favor de gente en cada pueblo o nación, habría menos gente difícil y más gente con corazón.

Y los que vivimos los setenta sabemos lo peligroso que es eso ¿verdad? ¿Que no?

Algún día se demostrará científicamente lo que todos sabemos ya: Que el aumento del consumo de drogas duras en nuestro país a principios de los ochenta se originó tras una actuación de "Viva la Gente" en el programa de Íñigo. Al tiempo.

Volviendo a nuestro tema: Ya se sabe que si estás con unos amigos viendo una peli en casa, tranquilamente comentas cosas. Y en un tono normal, nadie se va a poner a susurrar en un grupo de amigos.

Otra prueba: ¿Por qué decía Roberto Carlos que quería “tener un millón de amigos”? Pues para así más fuerte poder cantar, es decir, si todo el mundo es tu colega, pues cantas o hablar o comentas quién es la chica, sin vergüenza ninguna.

Y al final, puedes convertir cualquier platea en tu salón, y hacerte a la idea de que estás con “tus seres queridos” (o con tu familia, si no queda más remedio) en casa viendo el Telediario y dice uno:

- ¿Te acuerdas de cuando decían que Pedro Piqueras era guapo?

- ¡Qué tiempos! ¿Y de cuando decían que era periodista?