El Síndrome

En mi oficina nos han puesto las mesas súper juntas, estamos de lo más íntimos, estoy por traerme unas velas...

Un ejemplo: De la pantalla de mi compañero de al lado, me separa como un bote de gel grande, y de la silla del de atrás, como dos más o menos.

Se supone que entre mi silla y la de atrás pasa la gente, pero solo si no respiran y meten tripa.

Hace 3 días vino un chico nuevo a ocupar ese puesto, desde entonces me ha dado con la silla unas 37 veces. Haced la cuenta si queréis, yo no sé, pero sospecho que tiene decimales y esos no son de fiar.

Resumiendo, que estoy recibiendo más que un extra de una peli de Jackie Chan.

Al principio pensé que había ligado, porque en los coches de choque, cuando alguién te daba muchas veces, es que le gustabas. Pero se ve que no.

Ya se lo hemos dicho varias veces y siempre responde
- Ah! Es que no me doy cuenta.

¿Chocas tu silla con otra y no te das cuenta? ¿No lo sientes? Entonces a lo mejor tienes un problema muy serio en las terminaciones nerviosas. ¿Te lo hicieron en Vietnam? ¡Malditos Charlies!

Espera, espera.... ¿a ver si va a ser eso?

Ahora que lo pienso, en la película Molokai, pasa eso.

Va de uno que se hace misionero y a va a una isla de leprosos, cuando lleva ahí años y años, un día uno de la isla le va a lavar los pies, (porque una cosa es cuidar leprosos y otra, no tener quién te lave los pies) y se equivoca y le echa todo el agua hirviendo, pero el prota no se da cuenta, porque ¡¡se ha contagiado y ha perdido la sensibilidad!!! Cha-cha-chaaaaaaan (momento de gran intensidad dramática)

Y a este Federico que se sienta detrás de mí, le pasa lo mismo, ha perdido la sensibilidad.

Y nunca mejor dicho, porque tampoco tiene sensibilidad estética de ningún tipo, que me lleva una melenita macarrilla-ochentera, que esa una locura.

Entre eso y que luce camisa+corbata morada (ahora que lo pienso, lleva 3 días con la misma ropa), parece El Torete pidiendo un crédito.

Nota: El Torete era colega de El Vaquilla y de Chorbito

Tampoco tiene sensibilidad musical, porque lleva en el móvil la música de El Equipo A.

Aaaaaaay, que esto es más grave de lo que pensaba. Va a ser un síndrome o algo.

Y no hay síndrome que se precie que no tenga unas cuántas siglas, a ver, a ver...
Yo te bautizo el Síndrome de Insensibilidad Extrema (SIE)

Sospecho que está muy extendido. Una vez, volviendo de Italia, coincidimos en el avión con un colegio de Viaje de Fin de Curso (el infierno está aquí).

Una de las jovenzuelas abrió el compartimento este donde se guarda el equipaje de mano, para buscar algo.

Cuando terminó, fue a cerrarlo, sin darse cuenta de que otro pasajero también estaba cogiendo/dejando algo en el mismo compartimento.

La cosa es que siguió intentando cerrarlo, sin darse cuenta, dando golpes y más golpes contra la mano del pobre hombre y diciendo en alto

- No se cierra, qué raro

Aclaración: No, la amputación no se produjo al final.

Yo pensé que era el típico egoísmo adolescente o como dijo mi cuñado
- Los adolescentes viven en un mundo donde están solo ellos.

Pero empiezo a tener mis dudas, a lo mejor era otro ejemplo de SIE.

Sí, amigos sí, todas esas gente que veis a diario que pisa, empuja, se cuela, no apaga el móvil en el teatro, deja el coche en segunda fila ....(podéis añadir en esta lista lo que queráis), no son maleducados ni incívicos, no!

Son víctimas de un terrible síndrome y hay que ser comprensivos con ellos.

Ahora, cuando veáis a uno hablando a todo volumen por el móvil, pensad "Pobrecito mírale, está piendo ayuda a gritos" (y nunca mejor dicho).

Y a ese que se hace fuerte en la parte delantera del autobus para que nadie pueda pasar al fondo (por mucho que insista el conductor y la megafonía), ya no le llamaréis malandrín, pilluelo ni palabras aún más fuertes.

Cuando no podáis avanzar por unas escaleras mecánicas, porque uno ha decidido plantificarse en el lado contrario ¡Tendedle la mano!! Pero esta vez, no para tirarle escalera abajo.

Espero que estéis avergonzados del comportamiento que hasta ahora habéis tenido con esta minoría (bueno, minoría, minoría...) yo lo estoy, os lo aseguro.

A partir de ahora voy a ser más simpática con mi compañero Federico y prometo no hacerle sangre ni nada.

Aunque tengo una buena noticia:

Ha venido a alguien a preguntar algo a un compañero, y le ha cogido la silla de Federico, aprovechando que no estaba en su sitio.

Cuando ha vuelto, se ha quedado un buen rato de pie, mirando con añoranza su silla...

Y ¡¡Yo creo que esta vez sí que se daba cuenta!! Creo que está mejorando!! Milagro, milagro!!