Suspaqué

Un día, cuando iba al instituto, estaba con unos compañeros, haciendo esas cosas que hacen (o hacíamos) los adolescentes: Sentarnos durante un tiempo ilimitado, en cualquier lugar incómodo y no preparado para tal efecto: En el capó de un coche, encima de un pupitre, en una escalera.

En los bancos o sillas estaba permitido, pero en el respaldo, con los pies encima del asiento.

Y es que nada expresa mejor la rebeldía juvenil que hacer que la porquería que llevas en tus zapatos se la lleve el siguiente que se siente en un banco.

Bueno, pues que estábamos en una clase vacía, preparándonos para nuestro futuro papel en la sociedad o sea, sin hacer nada, cuando entró una de las limpiadoras y vio que aquello estaba como solían estar las clases de los intitutos al final del día, por lo menos a los que iba yo (lo que a lo mejor no era casualidad, ahora que lo pienso).

Restos orgánicos variados, pipas, goma de borrar, colillas, una horquilla de Hello Kitti...

En fin, los rastros fósiles que denotan el paso de la juventud que algún día gobernará el páis.

Claro que me sorprendería mucho, que alguno de mi clase gobierna ahora algo, que no sea un karaoke o una comunidad de vecinos.

La mujer, lógicamente enfadada, nos empezó a decir:

- ¿Sus pa qué me tiráis los papeles al suelo? ¿Y sus pa qué no utilizáis las papeles? ¿Y sus pa qué limpio yo?

En fin, que no solo no causó mella alguna en nuestro ánimo, sino que se ganó el mote inevitable "La Suspaqué" y para más inri, su compañera pasó a llamarse "La Suspaqué 2"

Estoy tan profundamente avergonzada de aquello, como de haber robado la SuperPop a mis compañeras, aunque en mi descargo diré antes empezaría el año con Ramón García y su capa, que tirar algo fuera de una papelera.

Y es que, bastante poco gratificante debe ser el trabajo de limpiadora, para encima tener que desarrollarlo, luchando a brazo partido con generaciones y generaciones de adolescentes que están pasando ese mal momento y que están en lucha constante en contra de todo:

De sus padres, de sus profesores, del uso del desodorante....

Eso sí, su venganza ha sido terrible y hace años que no olvido la famosa palabreja ni un solo día y que pienso cosas como:

- Suspaqué habré estrenado estos zapatos "que se iban a dar de sí".

- Suspaqué me apuntaría yo al Círculo de Lectores.

- Suspaqué Catilina, agotas la paciencia nuestra.

Vale, la frase no era así, pero no sabéis lo difícil que es hacer un chiste en latín!