jueves, 24 de julio de 2008

Esta es una fotocopia compulsada que entra en un bar y...

Todos los días cuando espero el bus por las mañanas, veo más o menos a las mismas personas.
La chica perfectamente "complementada", la señora flamenca, el chico que se da rayos UVA solo en la cara porque le han dicho que es bueno para el acné, el que se parece al emperador Ming y que pone carteles de que se alquila habitación... En fin... un submundo.

Desde hace unos días, una mujer de unos 40 años se ha unido al grupo de los habituales.
El primer día preguntó si no valía el metrobús (es increíble el número de gente que lo pregunta aunque no estemos en Madrid).

Lleva toda la semana pagando el billete a toca-teja (una locura, ya hubiera amortizado un bono de 10 viajes).

Pues hoy, mientras esperábamos, se ha sentado a mi lado y la he visto con un taco de tickets, no sé cómo explicarlo, a mí me recordaban a las entradas de las fiestas de fin de curso (bueno, las de mis tiempos pre-impresora).

Y venga a revolver papeles y a escribir mucho.. en uno de los tickets he visto que ponía algo de "familia numerosa" (sí, soy una cotilla) y también que tenía la fotocopia del libro de familia numerosa.

En seguida me he acordado del mío! Con mi madre con un peinado de esos anti-gravedad... Y yo, que como debía tener como 3 meses. Como para que alguién me identificara con esa foto! Y creo que si la hubiera presentado me hubieran dicho
- A tí no sé, pero un poco sí que se parece al baby mocosete.

Sigo: cuando ha entrado en el bus, le ha dejado la fotocopia y no sé cuántas cosas más al conductor, en el sitio típico donde se dejan las monedas. Se lo ha colocado ahí y se ha sentado en la primera fila.

El pobre chico se ha quedado loco, mirando aquello. Yo creo que estaba pensando "No tiene algo más pequeño? no tengo cambio de más de 5"

Yo no les oía hablar, porque llevaba los cascos, pero me he enterado de que le decía que le tenía que hacer el 50% de descuento y que cuál era la mitad de 1,50 € (espero que no ayude a sus hijos con las matemáticas).

También le ha dicho que no sería la primera vez que se lo pedían. Pues no sé el conductor, pero yo no lo he visto en la vida y soy la cronista oficial de los autobuses de la periferia madrileña.

Cuando hemos llegado al intercambiador, el chico le ha dicho que se esperara a que llegara el inspector y ahí les he dejado: Al conductor, la madre, el padre calvo y a los 5 chavales (por lo menos en foto).

Después he cotilleado un poco en Google y sí que habla de descuentos de un 50 % para familias numerosas de la categoría más alta (que digo yo que serán más de 5) en autobuses inter urbanos (no especificaban mucho en cuáles, ni con qué condiciones), pero también hablaban de una tarjeta, para no tener que ir por la vida con la fotocopia compulsada de marras.

Hombre, pues es una idea! Es curioso en todo caso, que el ser humano haya desarrollado la microcirugía y los viajes espaciales, décadas antes de empezar a idear algo que sustituya llevar arriba y abajo, una fotocopia manoseada y con los bordes ya doblados.

Pero ahora que lo pienso, ella no la tiene, así que ¿todos los días le va a montar el numerito a todos los autobuseros?. Y todos los días a las 8, poniéndoles la fotocopia delante y ellos diciendo:

- Muy monos los niños, señora. Yo tengo una foto en la cartera de la mía pequeña disfrazada de Pocahontas, que es para verla...

jueves, 17 de julio de 2008

Multiaventura

¿Os van los viajes multiaventura? Estáis aburridos del rafting y los deportes extremos?. Pues dejaros de chorradas y coged el tren nocturno Madrid-Vigo. Yo lo hice hace años y fue una experiencia inolvidable.

Pero vamos, que si quieres emociones fuertes-fuertes, ir en el tren nocturno Madrid-Vigo en la clase más barata, es lo mejor, sin duda.

La cosa empezó en la estación y ver nuestro tren, ("tren-hotel" creo que lo llamaban)
inocentemente al ver unos vagones muy monos con sus camitas, nos emocionamos, después vimos el vagón restaurante, con sus mesitas con floreros ¡qué mono! ¡qué bien!.

Seguimos avanzando, empezamos a ver unas literas, no tan monas, seguimos avanzando, un vagón ya más cutre con asientos... y nosotros venga a andar y andar, que no sabía yo que Chamartín fuera tan largo y aquello venga a empeorar y empeorar...

Hasta que llegamos al nuestro: El último, y en este caso sí, el peor.
Aquello se parecía a las pelis sobre el Titanic, cuando van dejando los camarotes de lujo y llegan a esos de 3ª.
Solo faltaban unos inmigrantes italianos bailando la tarantella, Marco y el mono Amedio.
Hombre, eso no estaba, pero el espectáculo estaba garantizado.

Cuando todavía no había encontrado mi asiento, me fijé en una familia (el papá, la mamá, el nietecito) que se despedían de la abuelita ¡¡con un enfasis!!. Oye, qué despedida más cariñosa!!! hasta me enternecí y todo.

Después vi que me tocaba justo al lado de la abuelita. Vale.

Comienza el viaje y llega el revisor a pedirnos los billetes, cuando mi compañera de asiento se lo da, le pregunta que cuando llega a la estación de xxxx.

El revisor le dice que no existe tal estación. Espera! tiene un billete pero no sabe dónde se baja? y hasta donde lo ha sacado?

Cuando pidió un billete a xxx y le dijeron que no existía ¿no se mosqueó un poquillo?

Pues no. La mujer insistía y el revisor sin saber qué decir. Unos pasajeros bienintencionados le dicen que no, que no existe tal estación, que antes había un apeadero, no sé qué...

Al final alguién le da una alternativa, que se baje en no-sé-dónde (a todo esto, el revisor había huído discretamente).

Vaya, y esta es la mujer al lado de la que voy a viajar 8 horas, francamente no me sorprendió, porque está claro que atraigo a este tipo de gente, por algún motivo kármico.

Al cabo de unos minutos, se levanta y dice muy en alto
- Me voy a por una botella de agua.

Me parece bien, de hecho dicen que hay que beber 8 vasos al día.

No sé si fue en ese momento, que decidí cambiarme de asiento a uno que vi libre.

Hay que decir que este tren consigue parar en todas las localidades con estación de FFCC de Madrid hasta el fin del mundo (Finisterre).

Al ser nocturno, va haciendo paradas a cualquier hora de la noche, las 11, las 12, las 3 de la mañana....

Así que llegamos a pongamos El Escorial y la señora sin destino definido, decide abrir la puerta del vagón, que era automática y hacía un ruido (fliiiiiissss) que aún oigo en mis pesadillas. Naturalmente entró el frío de la noche.

Esto lo estuvo haciendo prácticamente en todas las paradas, y cuando alguién te despierta y hace que pases frío a las 12 de la noche, la odias.

A la 1 y cuarto de la mañana, la odias mucho.
A las 3:45... la intentas empujar fuera del vagón.
A partir de ahí solo te consuela pensar en el final de Ana Karenina.

Ah! también me despertó el revisor para meterme una bronca alucinante por cambiarme de asiento, pero yo me mantuve firme antes que volver con aquella elementa.

También nos avisaba algunas estaciones, como la de Medina del Campo (01:45). A lo mejor había sido ferroviaria, en su juventud.

A las 2 de la mañana entró uno con una radio a tope, para acabar de arreglarlo.

Y el frío que hacía! yo terminé tapándome con una toalla que me había llevado en la maleta, pero a esas horas y en ese ambiente, el ridículo no existe.

Y por fin, después de horas interminables de frío, duermevela, y fliiissss-flaaaaaass de las puertas que nos habría la buena señora, por fin! por fin! alguién tuvo una idea luminosa:

Cuando anunciaron no sé qué parada (ignota para mí) a eso de las 5 de la mañana, alguién se levantó y le dijo
-Señora, señora, esta es su estación ¡bájese!
- Está?
- Sí, sí, corra!

Y ahí que se bajó deprisa y corriendo y bastante alucinada. Claro que como no sabía a que estación iba, se tenía que creer cualquier cosa...

¡Qué alivio! Creo que hasta dormí un par de horas!!! Casi le planto un beso al que se lo dijo. Eso sí... por qué no se nos ocurriría antes!

Esto pasó hace muchos años y muchas veces nos hemos acordado de esta señora (ya sin recordar también a su madre) bajándose en una estación inexistente, en medio de ninguna parte... como el del Coche Fantástico que estaba en un mundo que no existía (o algo así).

¿Encontraría dónde iba? ¿Seguirá perdida? Era un plan premeditado de su familia para librarse de ella?

Sí, porque aquella despedida tan efusiva, ocultaba algo... no me extraña que estuvieran tan contentos....

miércoles, 16 de julio de 2008

Camino del Este. Julio 2008

Hace años que quiero comer en un buen restaurante húngaro o de algún otro país del Este y todavía no he encontrado ninguno en Madrid.

Y estando de vacaciones, por fin lo he encontrado!! claro que yendo al Este, en concreto a Cuenca.

En realidad el sitio es Priego, un pueblo de 994 Habitantes según la web que he consultado.
Por cierto, si soy 6 personas que no sabéis dónde empadronaros, en Priego os lo agradecerán.

También he de decir que el restaurante era búlgaro y que lo que tienen es el menú típico de toda la vida (judías verdes, sopa de cocido, pechuga empanada....) y en la carta, un par de ensaladas búlgaras (con mucho pepino y queso fresco), siempre junto al sempiterno cordero asado y la merluza a la romana de rigor.

También había habido unos pimientos rellenos búlgaros, pero no sé qué extraño contencioso respecto a su contenido en bacalao y que eran empanados, los había desterrado de la cocina.

Aunque no apareciera ni en carta ni en menú, con ciertos problemas (en parte debidos a nuestro escaso dominio del búlgaro) y al parecer a lo inusual de la propuesta, conseguimos convencer a la camarera de que nos sirviera lo mismo que estaban comiendo unos compatriotas en la zona del bar.

Lo que después ella nos intentó explicar con escaso éxito (en parte debidos a nuestro escaso dominio del castellano, que era el idioma en el que la chica nos lo explicaba y bastante bien) es que todo se basaba en una carme picada a la brasa (muy especiada añado yo) que a veces tenía forma de salchicha y a veces de hamburguesa, pero que siempre era lo mismo.

Al final nos dejó por imposibles y optó por traernos de todo un poco, acompañado de una salsa de tomate muy buena, el queso ese blanco rallado por encima y unas patatas fritas (Mc Cain, para ser sinceros, que se ve que también han triunfado por esos mundos de Dios).

Todo estaba francamente bueno, yo comí muchísimo y he añadido lo de que la carne era especiada, porque en justo castigo me pasé toda la tarde pagando mis pecados comprando botellitas de agua mineral, que no pasaba tanta sed desde que comí en la Tasca do Bacalao Portugués (esto es cierto, la forma de escribir el nombre es creatividad y falta de memoria).

Lo único malo fue tener que oir aquello de: Mira, es de Bulgaria... como la reina (humor conceptual, ya se sabe).