viernes, 4 de enero de 2019

El árbol de la montaña del 2019


Érase que se era una mujer, que no actualizaba su blog con tanta frecuencia como ella quisiera, que se hallaba viajando en el típico autobús de la EMT madrileña en el que pasaban esas cosas que pasan en cualquier transporte público: hordas de personas hipnotizadas con su propio móvil, gente que grita al susodicho móvil y pretende hacernos creer que habla con alguien, viajeros que se agolpan en la puerta cuando le quedan quince paradas para llegar a su destino... en fin lo clásico.

Nuestra, por que no decirlo, bella viajera (que va a abandonar la tercera persona ahora mismo, ya os lo advierto) disfrutaba su viaje mientras sufría en silencio los decibelios de la típica conversación con interlocutor ausente de una pasajera que demostraba, una vez más, por qué se dice que España ha dado grandes voces a la ópera, al griterío en los estadios de fútbol y demás disciplinas del bel canto en general.

- Sí, bueno, te cuento que he pasado cuatro días en el calabozo y acabo de salir.

¿¿Cuatro días en el calabozo?? Por una vez voy a oír algo interesante.

Cuéntanos: ¿Qué tal es la vida "a la sombra"? ¿Hay tanto ambiente como parece? ¿Has encontrado algún anciano abate que estaba trazando un plan de fuga?

Y sobre todo ¿por qué narices te han metido en el trullo? Y no menos importante: dan de comer bocatas de mortadela ¿con o sin aceituna?

- ... Pues porque le di un palo a unos.

Mujer, si te dedicas a darle el palo a la gente, para mí que no es la primera vez que conoces semejantes instalaciones, ni será la última.

Eso lo pensaba yo (oh, sí! Era la bella pasajera, menuda sorpresa), al tiempo que me aseguraba de llevar bien agarrado el bolso. A qué negarlo.

Pero veamos qué decía tan delictiva viajera:
- ¡Es que me insultaron! ¡Me insultaron y me agredieron!

Desde luego, no hay justicia en este mundo ¡Insultan a la muchacha y encima la detienen a ella! O espera ¿No era que había robado a unos? Aclárate, víctima de la injusticia y la infamia, o delincuente habitual:

- ¡Me insultaron! A ver... iba yo el sábado por la noche en un patinete de estos y van unos, que iban andando y me insultan.

Aaaaamiga, que ibas en patinete por la acera ¿verdad? Venga, dímelo a mí, que no te va a pasar nada, venga, que sí, que no va a haber represalias ¿Ibas por la acera con un patinete... eléctrico?

En Madrid, y no sé si en otras ciudades, ahora mismo, cuando vas andando por la acera (insisto, acera) te puede atropellar alguien que vaya montado en:

- Una bicicleta
- Un skate
- Una bicicleta con motor
- Una moto. Sí, una moto grande, con motorista encima, con su casco y todo.
Yo qué sé …. ¡La Carga de las Valkirias en patinete eléctrico!

Un momento que me tome la medicación.

Vale, ya he vuelto.

Y ya que estamos, volvamos a ese autobús que se alejaba de los Juzgados de Plaza de Castilla, lugar éste célebre por la cantidad de políticos y personajes públicos en general que han cruzado sus puertas con, o sin, acompañamiento policial. Sin ir más lejos, la elementa esta, la valkiria, a la que hemos dejado "en pausa" mientras habla con su colega por el móvil.

- … Pues eran dos tíos y van, y van, y van - coge aire - los tíos y me dicen "La tía esta del patinete, me cago en su madre".

La gente, que es muy suspicaz cuando la intentan atropellar, mujer.

Aquí hago un inciso para indicar que, aunque este blog es todo un modelo de elegancia en el lenguaje y se evitan cuidadosamente las expresiones malsonantes, transcribo literalmente las palabras de la patinadora para que se vea de qué cariz eran los insultos que le dedicaron los dos pérfidos peatones.

Vamos, que en mi clase de segundo de BUP se oían cosas bastantes más chungas. Y generalmente, salidas de mis labios.

Sin ir más, lejos, para mí que esta muchacha ha tenido que oír en ese calabazo una o dos cositas pelín más ofensivas.


- Y entonces va el otro: el gordo, ya sabes que uno era gordo...

¡Hombre, quién no sabe eso!

Si alguna vez habéis oído aquello de "De cada dos personas de nuestro país, uno sufre sobrepeso", no se refieren al 50% de la población. ¡Qué va! Sino que, de cada dos personas que andan por la calle, uno es gordo.

Por eso come tanto la gente en Navidades, para no perder a su pareja.

- Y es que... ¡Se me encaraba! ¡Se me encaraba, el tío!
- ….
- Es que... ¡Se me encaraba!

Mujer, dile a tu contertulio que se calle, que estoy en un ay. ¿Qué pasó después?. Difícil de saber, porque entró en un círculo vicioso de "se me encaraba" y era complicado seguir la acción, pero al parecer los tipos en cuestión, se fueron de ahí, entonces ella...

- Y se iban... pero ¡Es que se me encaraba! ¡Se me encaraba!

Que, a lo mejor es producto de mi notoria incultura, pero creo yo que darle la espalda a alguien y alejarse de él, en plan "Hasta luego Maripili" es exactamente lo contrario que "encararse".

Aunque, quién sabe,  a lo mejor es el significado exacto del verbo "encarabarse".

- Y entonces, cogí un palo y... y .. qué conste que no cogí el palo y les pegué, sino que sólo se lo tiré.

Entonces tienes el atenuante de objeto arrojadizo, mujer, eso cualquier estudiante de Derecho te lo podrá decir. Sobre todo si es de la Tuna.

- Y eso, que se lo tiré y ... con la mala suerte de que yo tengo mucha fuerza y … y …. y le'di.

Mala suerte, no, mujer, que parece que acertaste ¿no? Y a un blanco móvil, nada menos. Aunque más que fuerza, lo que tienes es una puntería alucinante. ¡Qué lanzadora de jabalina se ha perdido este país, de verdad!

- Sí, la mala suerte... sí. Bueno, que les dí a los dos en la cabeza con el palo.

¿Cómo? ¿Que era un "les di"? ¿A los dos? Pero ¿cómo se puede dar a dos personas a la vez - y en la cabeza - con un mismo palo?

Ahora ya sé por qué te echaron del equipo olímpico de tiro de jabalina. Porque la lanzabas al revés, así, como en horizontal ¿no?

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¿Veis esta elegante imagen de Roxy Music? Pues, lo contrario

- Y sí, la mala suerte... que les hice a los dos sangre en la cabeza.

A ver, a ver, a ver: ¿Qué palo cogiste tú? 

Porque yo me he imaginado al principio un palo de esos que te encuentras en el campo, como ese que le hacía tanta ilusión al niño del anuncio.

Un palito de esos que le tiras a tu perro. ¡Pero le tiras eso a un cocker spaniel y lo pulverizas! ¡Qué digo un cocker! Te cargas hasta a un gran danés, eso sí, si sobrevive no se te vuelve a encarabar en la vida.

¿Y esto pasó en Madrid? Porque una ramita sí que se puede caer de algún árbol, no te digo yo que no, pero esto debía ser el árbol entero. Estoy por llamar al ayuntamiento.

Aunque mira, ahora entiendo lo de la fuerza, porque sólo levantar eso del suelo... Oye, jabalina no puede ser pero ¿Y el equipo de lanzamiento de martillo? Yo ahí te veo futuro... Futuro es lo único que te quiero ver, que ni en la tele te vería lanzando, por si acaso atraviesas la pantalla o algo.

Pero oigamos de labios de tan atlética agresora el final de la historia:

- Y bueno, llegó una ambulancia y la policía y...

Ya, no sigas, nos hacemos una idea de quién se llevó a quién

-... Es que... es que ¡Se me encaraba! ¡Se me encaraba el tío!

Esto del "encaramiento" lo repitió unas veinte veces, que ya me estoy imaginando al juez de guardia, escuchando "Es que se me encaraba, señoría" con la cabeza apoyada en la mano, poniendo los ojos en blanco y pensando:

- Cinco cursos de carrera, dos de escuela jurídica, los del máster y más de cuatro años para sacarme la oposición; pero ha merecido la pena ¿eh? ¡Vamos que si ha merecido la pena!

En fin amigos, y esto ¿qué enseñanza nos deja? Pues os dejo escoger

  • Que no sabes si es peor que te "den el palo" o que te den con un palo en la cabeza.
  • Que ese niño del anuncio tan cansino que se ponía tan contento con que le regalaran un palo, tenía problemas mentales (aún) más graves de los que todos pensábamos.
  • Que el Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid tiene un problema muy serio con esos árboles caedizos.
  • Que una potencia atlética, mal encauzada, acaba malamente. Porque la potencia sin control, ya se sabe... Y no lo digo yo, qué conste.
  • Que oír a la gente pegar gritos al móvil en el bus es un pestiño, pero que nunca hay que encararse con ellos, y mucho menos encarabarse.
  • Que si actualizo el blog con menos frecuencia, el plural este que empleo como si me leyeran más de dos personas, voy a tener que corregirlo.


En fin, que este año que empieza, sea maravilloso y hasta escriba yo algo más que aquello de "Patatas, leche, harina, yogures, jabón de lavadora..." en un post-it.

Así que MUY FELIZ AÑO NUEVO y que tengáis mucho cuidado con quién os encaráis y a qué disciplina atlética os apuntáis.


Y una duda final:

¿Qué hubiera pasado si en vez de "tirarles el palo" les hubiera dado con él? La solución en otro autobús, el que pasa por Alcalá... Meco.