Confieso, sin poder evitar una sonrisilla, que os abandono temporalmente porque ¡¡ME VOY DE VACACIONES!!!
Lo dicho, que os dejo unas semanas pero probablem...
- Manolo, Manolo, que nos deja Loque abandonados a nuestra suerte.
- Entonces ¿no tengo que sacar la Sidra el Gaitero? ¡Pues menos mal!
No sé qué hará el Gaitero en cuestión, pero yo iré a sanar mi maltrecha autoestima más allá del horizonte.
Que conste que yo quería hacer una despedida amena y con gran despliegue de medios, pero una serie de problemas relacionados con onerosas e inevitables obligaciones (básicamente, planchar), me han impedido completar mi misión.
Iba a ser preciosa, iba a tener de todo: música, regalos, sorpresas (¿por qué que algo sea una sorpresa se supone que es bueno? ¿cuántas buenas, lo que se dicen buenas sorpresas os han dado en la vida?)
Tendría incluso números de cabaret circense, que no sé muy bien en qué consisten, pero que al parecer están muy de moda y yo siempre estoy a la última. En concreto, suelo ser la última que se entera de una moda.
Y todo porque de pequeña no vi V y aún resuena en mi cabeza cómo me zaherían los muchachos
- ¿Que no has visto V?
- No, por eso he dicho "No he visto V". Y otra cosa, no, no veo si me quito las gafas.
Pues eso, que iba a haber música, bailes y grandes bestias salvajes realizando grandes proezas tan increíbles como saber a qué contenedor sí se tiran los vasos rotos.
Tenía unos leones del Serengueti (aburridos de sus propios documentales) y unos cuántos tigres. Pero surgieron muchas diferencias creativas y de ego, y después de una pachanga de solteros contra casados que organizamos intentando calmar las cosas, la cosa acabó con una serie de desmembramientos parciales y algún que otro "ya no te ajunto".
Y es que ya se sabe, leones y tigres... tigres y leones, todos quieren ser los campeones.
Lo del partidillo se me ocurrió después de de las últimas campañas publicitarias de Coca-Cola que te explican que si bebes una Coca-Cola te conviertes en un tipo barbudo con un hijo del Atlétic, y que cada vez que un futbolista se hace un corte de pelo de los suyos, muere un gatito.
Bueno, creo que quiere decir algo así. O eso, o que con el dinero que se han ahorrado echando a gente, patrocinan el furgol, que era algo muy necesitado de apoyo. No sé.
Pues eso, que me voy pero que sepáis en que estos días voy a recapacitar seriamente sobre qué quiero hacer cuando domine el mundo (además de erradicar todas las campañas publicitarias futbolero-cafeinómanas, claro)
Y os dejo esa pregunta ¿qué queréis pediros para cuando llegue El Día de la Venganza?
Abriré el debate: que se erradique el print animal, esa terrible plaga cada vez más extendida.
¡Dios! ¿hasta cuando seguirá esta masacre de leopardos de poliester?