En vista de que no había alegaciones, publicaré al final de la entrada, los ganadores del sorteo del libro, pero antes... una bonita historia.
Érase que se era una niña inocente que conoció breve, muy brevemente la bella Roma, fue en medio de uno de esos viajes infernales en los que se ven 52 países en cuatro días.
¿Se ven? Más bien se intuyen.
Y en medio de ese viaje que parecía calcado de "Si hoy es martes, esto es Bélgica" descubrió Roma y se quedó alucinada, y le dijo a su madre:
- Mamá (porque era muy fina y nunca decía "mama") tira una moneda a la Fontana de Trevi, que yo quiero volver.
Y la madre rebuscó y rebuscó en su bolso y encontró un céntimo pocho, cuando no se utilizaban los céntimos en España, que se ve que le habían colado en un cambio y que llevaba esperando años el pobre que le sacaran del fondo del bolso, todo roñoso y aburrido.
Y eso es lo que tiraron, y pensó la niña:
- Pues anda que como tenga algo que ver volver con lo que hayas tirado, no voy a volver en la vida.
Y pasaron los años, las décadas, los siglos, los milenios (bueno, uno), las eras geológicas y la niña (ahora mujer de incontestable belleza) no conseguía volver a la Ciudad Eterna, que se ve que era eterna porque le estaba costando una eternidad el volver.
¡Hasta que por fin, volvió a la ciudad Imperial! A Toledo, en concreto, en verano de 2014, y unos meses más tarde, a Roma.
Aquí, el primer capítulo de tamaña aventura. Cambiemos la persona verbal y volvamos al Siglo XXI. Música de cambiar el tiempo verbal y de avanzar muchos años, que es la misma, más o menos.
Volamos a Roma en un bonito avión de Alitalia, la diferencia entre un avión de Alitalia con uno de Iberia es que en vez de zumo de naranja asqueroso de cartón, te dan aranciata que es una de esas cosas que, al ser italianas, solo por serlo, mejoran.
Y la diferencia con un avión de Ryanair, que te dan algo, algo que no es la matraca con que compres lotería, vaya.
Llegamos de noche al aeropuerto de Fiumicino, que también es exactamente igual que cualquier otro mega-aueropuerto del mundo, pero que también parece mejor por el nombre que tiene: "Fuimicino"
No me digáis que no suena a pasar las vacaciones en "La Riviera", a los años 50 y mujeres que viajan en descapotables con pañuelos de seda estilosamente anudados.
Por cierto ¿alguna vez habéis ido en descapotable?
- Sí, mujer.
- ¿Por carretera? ¿En el asiento de atrás?
- Mmmm no.
- Pues yo sí, y me hubiera gustado llevar un pañuelo.
- ¿Para el pelo?
- Para ahorcarme más bien y acabar con mi sufrimiento.
Os juro que el pelo ya me daba igual, ya solo me importaba llegar viva a mi destino, y a ser posible, sin que las gafas hubieran salido despedidas en el P.K. 25,300 de la Nacional II.
Sí, amigos sí, ir en descapotable (por lo menos sin que el parabrisas te proteja) es de esas cosas que pueden parecer divertidas y glamurosas pero que en la vida real son incómodas, como poco, y pueden llegar a ser profundamente irritantes.
Como hacer un viaje en caravana con tu grupo de futuros ex-amigos o no llevar ropa interior.
En fin, que llegamos al aeropuerto de noche, como uno llega a un aeropuerto: cansado, somnoliento, despeinado, cargado con las maletas.... vamos, como si hubieras viajado en descapotable, pero aún conservando las gafas.
Pero mientras hacíamos una cola interminable con un montón de gente que estaba como nosotros de agotados e irritables (quizá viajaban con amigos... o sin ropa interior) y nos entreteníamos en ver los carteles que llevaban todos los taxis que anunciaban el precio único del tramo "Roma - Fiumicino: 48 €", ignorábamos que estábamos a punto de vivir una maravillosa aventura con un personaje increíble.
¡Sí, amigos, estábamos a punto de conocer a un taxista Jedi!
Por cierto ¿vosotros pronunciáis "yedi" o "yedai"? Yo ahora pienso "Era un taxista yedai". Pero suelo decir:
- ¿Los iguocs qué pintaban en "El retorno del yedi"?
Lo bueno es que la película anterior se despacha universalmente diciendo "El amperio contra Paca", que si no...
Pero dejemos esos bosques donde vivían esos peluches que una desconocida llega a su territorio y le hacen unas trenzas, y llegan unos soldados imperiales y labores de peluquería no les hacen, precisamente, y volvamos a Roma.
Como os decía, conocimos a un taxista Jedi al que la fuerza le permitía conducir sin tocar el volante.
Sí, sí, lo haría con "La Fuerza" o con la rodilla, pero lo cierto es que con una mano sujetaba el móvil y comprenderéis que el otro lo tenía que utilizar para gesticular ¿no?
No solo era Jedi por eso sino porque consiguió convencernos de que - a pesar de que su propio taxi anunciaba que costaba 48 € - a él le teníamos que pagar 60 € porque eso era Roma - Fiumicino, pero no Fiumicino - Roma.
¿Veis como no os mentía cuando le he llamado "personaje" y además "increíble"?
¡Y cuando le insistimos nos soltó un rollo larguísimo en italiano a cien palabras por segundo, sobre un peaje o no sé qué, que lo malo no es el rollo que nos soltó, sino que también soltaba el volante, que ahora necesitaba las dos manos para gesticular!
Que al final decían todos:
- Cóbrame los 60 € pero no me mates, hombre.
Menos yo, que decía
- Ya sabía yo que no volvía a Roma, por lo menos viva.
Aunque lo mismo lo que estaba era haciéndonos los gestos esos para que pensáramos que esos no eran los droides que estábamos buscando.
Lo que pasa es que debía estar aprendiendo y se le escapaba de vez en cuando lo que era él y el resto de los honorables miembros de su covacha, y acababa diciendo:
- ¡Ladri! ¡Ladri!
En fin, que dejamos al Jedi en prácticas antes de que aprendiera a robarnos las maletas a golpe de espada láser y comenzamos la visita.
A la vuelta, se nos ocurrió que si desde el hotel nos pedían el taxi, era más probable que llamaran a alguna compañía de taxis que no se hubiera pasado al lado oscuro. En la recepción nos dijeron que ellos tenían un servicio de transporte puerta-puerta en monovolumen por 50 €, o sea, apenas 2 € más que el precio oficial.
Después de contratarlo, me decía mi hermana:
- Seguro que lo tienen en sentido contrario, si lo hubiéramos sabido, nos hubieran podido venir a recoger al aeropuerto y no hubiéramos hecho la cola.
- Ni el canelo, hermana, ni el canelo
Continuará...
Anexo: El resultado del sorteo de ese libro nuevo que lo está petand... vale, vale, de mi libro, lo reconozco.
Decíamos ayer que había que escoger un número del 1 al 41.
Y los afortunados son el 16 y el 39
Que son Ex-Seminarista Ye-Ye y Sara Cira.
Enhorabuena a los premiados y espero que me mandéis vuestras direcciones de correo postal para que Branson os haga llegar los ejemplares.
28 comentarios:
jajajajaja...qué arte tienes!!! Lo de las diferencias entre los aviones me ha gustado muchísimo.
Enhorabuena a los ganadores.
Besos.
Mª Ángeles Bookeandoconmangeles: Muchas gracias, tú sí que sabes!
Aaaay, los aviones, aaaaaaay, las compañías low cost!!!!
Hasta hoy he vivido con la ilusión de conducir algún día un descapotable rojo por las curvas de la Riviera. Incluso por las de la costa Brava, aunque sin renunciar al foulard. ¿Qué me queda ya? ¿Qué has hecho de mis sueños?
Un abrazo
Pero,mujer de incontestable belleza, tú ¿por qué crees que Thelma Y Louise se tiraban por el precipicio?
Enhorabuena a los ganadores, se lo van a pasar genial con tu libro, eso seguro.
Atención pregunta: ¿cuando conduces un descapotable molón no suena música molona y pasas a ser automáticamente guay? Hollywood nos ha tomado mucho el pelo, tanto como el taxista jedi.
Yedai se pronuncia sólo cuando hablas con jedis o cuando los jedis habaln entre ellos, sino hay que pronunciar yedi, porque si dices yedai delante de la gente común suena ridículo.
Lo más parecido que he hecho a viajar en descapotable fue de pequeña, con un minitriciclo de esos que ni tenían pedales y había que ir dando arreones. Qué invento más tonto.
Quizá el taxista no llevaba ropa interior y por eso estaba tan exaltado.
ay, hija, cuidado con los pañuelos de seda estilosos y los descapotables. Mira que a Isidora Duncan no le fue bien con eso. Y hagas lo que hagas, siempre lleva un par de bragas.
¡Ay almas de cántaro! ¡Desde Fiumicino hay que coger el tren! (si es que llegas a una hora en que haya tren, y si no llegas a esa hora, pues cambia el billete de avión, porque si en la cuenta metes el precio del taxi, al final te sale más barato y no arriesgas tu vida).
No, en serio, si aún estás allí y tienes dudas, mándame un correo.
Uno: Bueno, bueno, si vas conduciendo, creo que no se va tan mal, lo importante es llevar las gafas bien sujetas y ... llevar ropa interior! :-)
Mona Jacinta: Te juro que he pensado ¿Por lo del taxista?? Pero ahora lo entiendo, además ¡iban despeinadísimas!
Chechu Rebota: Qué amable caballero. Sí, sí, suena música, pero un poco, no sé... como "máquina" sabes?
Y sí, nos han tomado el pelo en la vida, así en general, hasta los jedis!
Doctora: Tus aclaraciones me parecen pertinentes y sin duda las más adecuadas al caso.
Y lo del taxista y su ropa interior... genial, como siempre.
Blackmount: De pequeña vi una película en la que se reproducía ese episodio de la vida de Isadora Duncan, bueno... de la vida, de la vida...
Creo que la interpretaba Vanessa Redgrave y desde entonces tengo pánico a las motos, los fulares y hasta las gafas de motorista.
MadreconCarné: Muchas gracias! Desgraciadamente el viaje duró cuatro días (vale, tres y medio) y acabó hace meses :-(
Pero si algún día vuelvo (ojalá), lo tendré en cuenta.
Los taxistas en general ya tienen más peligro que un nublao, pero es que si además son italianos...
Pero bueno, la moraleja de la historia es que los descapotables son una lata y los monovolúmenes son la mejor elección, ¿no? Vaya como te enrollas para contar algo tan sencillo. ;D
Espero que hayas disfrutado mucho de Roma, que seguro que ellos se han quedado prendados de tan incontestable belleza.
Tarambana: No te puedes imaginar la de veces que dijimos aquello de "están locos estos romanos".
La moraleja es que escondas la mano, que viene la vieja.
Y si la vieja te dice que te lleva en la parte de atrás de un descapotable a Fiumicino, mucho peor.
Prendidos, prendidos...
Yo también probę lo del descapotable. Nunca más. Un beso.
Desmitifiquemos los tópicos de los viajes aventureros:
- coche descapotable,mal.
- interraíl, mal.
- dormir al raso, mal.
- albergues juveniles, mal.
En conclusión, como mejor se viaja es en hotel de 3 estrellas para arriba, a ser posible con desayuno tipo buffet.
Susana Moreno: ¿¿Verdad?? Me alegra que alguien apoye mi versión de los hechos.
LaEsti: O de cuatro para arriba, a ser posible. Aunque en un hostal se está cien veces mejor que durmiendo al raso, y eso sin haber dormido al raso jamás.
OH, Roma, la ciudad eterna... ¿Por qué llegar allí siempre es complicado cuando todos los caminos conducen a ella? Mi vuelo tardó 24 horas: nevadas, pérdida de avión, noche casi en vela, pérdida de maletas, taxista jedi (¿sería el mismo?)... Cuando llegamos a un hotel un poco cutre (aunque caro y en medio de todo), le rezamos de rodillas, agradecidos, a un esplendoroso cuadro de la virgen que había sobre nuestra cama ¡Estábamos en Roma!
Jane Jubilada: Lo malo es que todos esos caminos están llenitos de taxistas jedis y así nos va.
No me extraña que rezarais a la Virgen, por eso la habían puesto ahí, para que la gente diera las gracias al cielo después del viaje!
Pues a mi el taxista jedi (siempre he dicho yedi, y el amperio contra paca) no me hace ninguna gracia. Es más le habría montado yo el pollo a él por mucho que juntara las yemas de los dedos. Y si hay que llegar a las manos, se llega, que ese tipo de comportamientos me revientan y de qué manera.
Te doy la razón en lo del descapotable (aunque no haya ido nunca en uno, bueno, si un todoterreno sin nada por arriba cuenta, entonces si), lo bueno es que si vas por el campo, con un poco de suerte llegas a casa "cenao".
Así que lo de la moneda funciona? Hace años, tiré una en la fontana, estoy esperando mi turno.
Besillos y enhorabuena a los afortunados.
pd. es cierto, Denzel parece anclado en los 30 años. El día que se muera todo el mundo se llevará las manos a la cabeza dicendo "ay, con lo joven que era". .Todo lo contrario que el bueno de Javier Krahe, que parecía que tenía 100 años, y resulta que no era tan mayor.
Ay, que acabo de terminar mi (extensa) serie de entradas sobre el viaje a Londres y ahora empiezas tú la de Roma!! Me encanta :D Así voy cogiendo ideas para cuando decida ponerme a escribir la crónica del viaje a Madrid... allá por el 2016 igual empiezo :P
Ah, y ya tengo tu libro en un hueco de honor en la estantería ;)
saluditos!
¡Hay que ver! Como ya he repetido alguna vez, no sé, un par de cientos de millones de veces, me toca leerte los viernes pero precisamente este viernes pasado estaba por Madrid así que no me enteré ni nada ni me habría enterado hasta el que viene. Menos mal que por aquí anda Lillu para soplarme que soy el afortunado ganador o al menos uno de ellos.
¡¡Muchas gracias!! Más contento que estoy :) ;)
Charly Hell: Di que sí, guerra contra el taxista-yedi-sinvergüenza!! Si en una galaxia muy, muy lejana que yo me sé se hubieran puesto farrucos con los que tonteaban con el lado oscuro del taxímetro, otro gallo nos hubiera cantado.
Sí, supongo que cualquier coche sin capota vale, vale para llegar a casa con un dolor de cabeza del quince, vaya.
Javier Krahe parecía más mayor pero era porque vivió mucho y desparramó mucho y se lo pasó pipa, o eso me gustaría pensar, porque me caía muy bien.
Lillu: Tu serie sobre Londres servirá a la gente que quiera viajar a la capital británica, la mía... solo al que pretenda coger un taxi, como mucho.
Qué bien, para Edwina también es un honor.
ExSeminarista ye-ye: El viernes en Madrid? Hombre, habérmelo dicho y nos veíamos!! ;-)
Enhorabuena, el libro ya está en camino.
Pufff no sé si sabes que he estado de viaje hace poco. Los aeropuertos dan para anécdotas sí. La última mía sucede a las dos de la mañana tras unas ocho horas de vuelo en pleno Barajas, o Suarez, o como sea que a esas horas me daba igual.
Ah, enhorabuena a los ganadores
Besos
Mientras Leo: Te creo, te creo, te creo, pero me da miedo preguntar, porque los aeropuertos... ay, los aeropuertoooos.
Sí, yo lo llamo "Madrid Barajas Adolfo Suarez" sobre todo por lo fácil que es y lo corto. El otro día se lo dije a un taxista
- ¿Me lleva al aeropuerto Madrid Barajas Adolfo Suarez Terminal cuatro?
Y estábamos en Barcelona antes de que me diera tiempo a terminar.
Jajaja, ¡toda una odisea de viaje! Y seguirás contando ...
Por cierto, ¡enhorabuena a los afortunados en el sorteo!, vais a disfrutar mucho el libro.
bsos!
Rossy: ¿Qué es un viaje sin anésdotillas?? Yo, si no me ha pasado algo en el aeropuerto, o similar, me parece que no he ido a ninguna parte!
Gracias por la parte que me toca
Besitos!
¡¡¡Pero qué tarde he llegado a esto!!! ¡¡Con lo que me hubiera o hubiese gustado participar!!
Ah, mira, ¿ganó Ex-Seminarista ye-ye? Bien, me alegro de que al menos se lo llevara un amiguete
JuanRa Diablo: Sí, yo también me alegro, aunque todos los participantes son bienvenidos. Bueno, eran.
Buenísimo el relato de tu viaje.
Me he reído un rato. Gracias!
Y un saludo desde Viena
Querida Loque:
celebro que no hayas muerto a manos del yedi-taxista. Una vez viajé en jeep (el descapotable tuyo es más glamoroso) y no me gustó. De por sí tengo el pelo como Mafalda, ya te imaginarás como quedé. Para eso eran las mascadas: para esconder el desastre capilar.
Erma Bombeck decìa que el turista debe regresar a su país de orígen cuando comienza a parecerse a su foto del pasaporte (ya se ve que todo mundo sale fatal en esas fotos) :D el viajante es sufrido.
Pero fuiste a Roma ¡y tomaste aranciata! :D
Me alegro que pudieras regresar a ese lugar.
Un beso,
Ale.
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